sábado, 2 de febrero de 2019

Educación. Transición y respuesta al mundo VICA

Dicen que la educación está siendo afectada por los fenómenos disruptivos globales. En este sentido, muchos afirman que ésta debe repensarse y ajustarse a los retos actuales, para dejar su estado monolítico y magistral que la ha caracterizado por muchos siglos (Marcelo & Vaillant, 2018). Este escenario reta tanto a Instituciones de Educación Superior (IES), como a maestros y estudiantes, pues la exigencia de una capacidad de aprendizaje/desaprendizaje cada vez mayor, para reinventar y enfrentar los retos de la sociedad actual, se hace evidente cuando encontrar soluciones o apuestas creativas se requiere.

De otra parte las empresas, generalmente con personas formadas en el modelo tradicional académico, tratan de reconocer los nuevos patrones de cambio en el contexto de sus organizaciones, pero los temores propios de llegar a fallar y la sanción que esto genera, los inhibe de probar alternativas a las situaciones identificadas, pues entienden el error como un resultado, lo que genera barreras cognitivas (muchas veces no conscientes) que tratan de ocultar en el común denominador de los que “ven que pasan las cosas”.

Entender que “educar” en un contexto VICA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) exige privilegiar el “error”, como ese proceso natural donde se prueba y valida una idea, y cuyo resultado puede o no estar ajustado con aquello que se espera (De la Torre, 2004), es crear un entorno psicológicamente seguro, donde la creatividad y la innovación pueden cambiar la manera de comprender el mundo y las cosas. Es salir de los límites geográficos y cognitivos que se conocen hasta la fecha, para integrar diversos puntos de vista y “hacer que las cosas pasen”, claro está, con arreglo a la dimensión ética que privilegia el bien general sobre el particular.

Formar docentes en esta lógica, es romper con la visión tradicional de la enseñanza, es cambiar la mirada endogámica del “profesor” y abrirse para “aprender/desaprender” con el estudiante, una apuesta que, si bien no define una relación de igualdad, si motiva procesos de autoformación, reconocimiento de saberes previos, aprendizajes y rupturas de paradigmas vigentes, los cuales abren a una experiencia de construcción de conocimientos diversos y flexibles, que no resuelven retos conocidos, sino que se enfilan para deconstruir la realidad y reinventarla de otra forma (Ackoff & Greenberg, 2008).

Los estudiantes que aceptan esta lectura retadora de la educación en un contexto volátil, incierto, complejo y ambiguo, crean con la tutoría y orientación de sus docentes, rutas alternativas para explorar y descubrir elementos no antes vistos de las problemáticas, visualizando nuevas aproximaciones pedagógicas, bien mediadas o no por tecnologías de información, donde se privilegia la construcción de redes grupales de aprendizaje, como fenómeno sistémico que se gesta desde la redes personales de aprendizaje propias de cada persona (Cano, 2018). De esta forma, el estudiante construye con su profesor una espiral ascendente de aprendizaje, cuyo punto de inflexión se crea cada vez que tanto docente y discente se sorprenden en el mundo real.

Si lo anterior, es viable y resulta una experiencia práctica y útil para motivar mejores y mayores avances sociales, las IES deben crear laboratorios de transición pedagógica, didáctica y curricular, de tal forma que sus temores sobre la pérdida de protagonismo en el contexto social, queden conjurados y superados, al reconectar sus pilares básicos en el escenario de la formación de personas.

Para ello, hace necesario “enganchar” a sus ejecutivos, que más allá de los necesarios y exigentes estándares de certificación, se requiere devolver a la sociedad personas capaces de “hacer juicios críticos fundamentados, enfrentarse los inciertos, sugerir de forma respetuosa y lanzada nuevas ideas, y sobremanera tener la habilidad para coordinar y comunicarse con otros” (Edmondson, 2018, p.39) como fundamento de una construcción colectiva, donde las diferencias suman y no son de ocasión confrontación o aislamiento.

Referencias
Ackoff, R.  y Greenberg, D. (2008) Turning learning right side up. New Jersey, USA: Wharton School Publishing.
Cano, J. (2018) Los imaginarios sociales y las “nubes de palabras”. Elementos claves en la construcción de redes grupales de aprendizaje. Memorias IV Simposio Internacional en Temas y problemas de Investigación en Educación: Narrativas, Pedagogías y Didácticas en la Sociedades Contemporáneas.
De la Torre, S. (2004) Aprender de los errores. El tratamiento didáctico de los errores como estrategia de innovación. Buenos Aires, Argentina: Editorial Magisterio del Río de la Plata.
Edmondson, A. (2018) The fearles organization. Creating psychological safety in the workplace for learning, innovation, and growth. Hoboken, New Jersey. USA: John Wiley & Sons.

domingo, 27 de enero de 2019

Espiritualidad: Una apuesta por la inestabilidad

Muchos buscan la tranquilidad y la paz espiritual en medio de las turbulencias de los afanes del mundo y los tildan de locos y raros. Otros decidieron alejarse de las pretensiones de los sistemas sociales mandantes y se les critica de idealistas y desenfocados. La realidad de estas dos afirmaciones, está en las perspectivas científicas del Profesor Prigogine, cuando afirma que “sólo en la inestabilidad se introducen nuevos esenciales. (…)” (Prigogine, 2017, 14). Parafraseando al mencionado académico, podríamos decir que, sólo en la inestabilidad podemos descubrir capacidades esenciales humanas, esas que están más allá de nuestro conocimiento.

El caos que vemos en las dinámicas sociales actuales, entendiendo caos, como las inestabilidades propias de las relaciones entre las personas y las estructuras sociales creadas por los hombres, no sólo permiten ver aspectos contrarios a una visión compartida y común deseada, sino igualmente las estrategias y acciones de aquellos que encuentran en esa dinámica respuesta inéditas, que resultan desconcertantes tanto para los que apelan al egoísmo y falta de vocación de servicio, como a los que buscan privilegiar y encontrarse con el otro.

En medio de las inestabilidades existen nuevas preguntas que están esperando que alguien les de respuesta. Muchas veces la respuesta a una situación no es una declaración concreta y detallada, sino una nueva pregunta. En cada nueva pregunta, lo que existe es un foco de inestabilidad, ese que cuestiona y reta el conocimiento previo. En la medida que las preguntas incomoden y generen escozor, mayor inestabilidad habrá y se estará abriendo un camino para construir un equilibrio dinámico, que se nutre y navega sobre las fuentes de nuevos retos y desafíos.

Cuando las personas buscan paz y armonía en su corazón, no buscan quietud o serenidad, o ausencia de ruido exterior, sino comprender y conquistar un equilibrio dinámico en su vida, que les permita navegar en medio de los mares insospechados del mundo y sus tormentas, con el corazón abrazado a su espiritualidad, donde las palabras del maestro se repiten a diario, anda yo te lo mando, no tengas miedo, “navega mar adentro y echa las redes” (Lc 5, 1-11) y confía en que el te acompaña y te alimenta con su fuerza y con su luz.

La paz no sinónimo de quietud o inercia. La paz no es dejar de actuar cuando corresponde, ni de habilitar espacios de contraste de ideas con otros, es reconocer que somos seres diferentes con visiones y posturas distintas, que a través de la inestabilidad reinante en las situaciones del mundo, queremos encontrar nuevas respuestas, nuevas preguntas y sobremanera nuevos caminos para reinventarnos a nosotros mismos.

Es claro que en este ejercicio de inestabilidad podrán primar los intereses personales y los generales, y en la medida que alguno tenga papel protagónico, habrá elementos para continuar avanzando y creando oportunidades para la reconstrucción de los tejidos humanos. 

Conectar al hombre con su espiritualidad, es liberarlo de su condición de esclavo de las estructuras sociales, de los mandatos que limitan su desarrollo y principalmente, lanzarlo fuera de espacios conocidos, donde sólo la inestabilidad será su maestra para alcanzar, bien la sabiduría que nace de un encuentro consigo mismo, o bien perseverar en la necedad de conseguir los intereses personales o de aquellos que las estructuras mandantes le indican.

Referencia
Prigoine, I. (2017) Las leyes del Caos. Ciudad de México, México: Ediciones Culturales Paidos.

El Editor

sábado, 19 de enero de 2019

Fuego interior

En un mundo como el actual, donde la efectividad y la eficiencia priman como factores para mantener un permanente nivel de productividad académica o profesional, pareciera que existe poco espacio para pensar en aquello que nos conecta y nos sintoniza con nuestra voz interior, o que el ruido del mundo y sus afanes, tratan de apagar esa llama que ha sido encendida en cada uno de nosotros por el dueño de la vida, cualquiera que sea la idea o imagen que tengas de él.

Muchas veces entramos en el ritmo acelerado de los resultados a toda costa, para satisfacer una meta empresarial, brillar ante un cuerpo ejecutivo o ganar una bonificación generosa para todo el que se esfuerza más allá de lo que su cargo le dice que hacer. Si bien, son relevantes los logros, los reconocimientos y dar la milla extra, es importante tomar distancia cada cierto tiempo, para revisar si esto que estamos haciendo nos permite potenciar esos talentos que hacen la diferencia cada vez que los dejamos actuar, que los dejamos salir y bailar con ellos.

Sentirse bien consigo mismo, es tomar decisiones en la vida que te conectan con tu savia interior, con tus retos personales y con tus deseos trascendente más profundos. Bien anota en este sentido, el Dr. Alberto Linero Gómez, en su libro “Mi vida de otra manera” que “si una decisión de vida no implica transformación, incomodidad, desconcierto, riesgo, entonces lo que se toma no es una decisión, sino que apenas se le hace un cambio de nombre a algo que ya hemos venido haciendo” (Linero, 2018, p.43). Palabras que necesariamente generan incierto y reto para cualquiera que quiere un cambio en su manera de ser y actuar.

Cuando somos conscientes de estas decisiones, podemos luego identificar los pesos de las esclavitudes modernas que tratan de engañar al hombre y a la fuente natural de motivación que son sus propios talentos, sueños y desafíos. Allí, yacen las mociones espirituales más fuertes y profundas que le permiten al ser humano ejercer su libertad, entendida como el compromiso con las causas comunes que lo sacan de su zona cómoda y lo lanzan a explorar fronteras donde ponen a prueba sus seguridades y descubren nuevas posibilidades.

En este contexto, cuando tomamos decisiones como las que hemos comentado, no se anulan los momentos de felicidad, gozo y alegría que tuvimos antes de ese momento, sino que se nutre el corazón con la energía y el sabor de lo vivido, como el combustible necesario para avanzar en el siguiente escenario dispuesto donde nuevas aventuras y desaprendizajes estarán esperando. Por tanto, al continuar el camino, hacer un inventario de lo que se aprendió y experimentó, es un acto de humildad y agradecimiento que permite al hombre abrirse a lo novedoso sin soberbia, sin rencores, ni resentimientos y con toda la disposición para trazar un plan de vuelo diferente.

Afirma el Dr. Linero “No hay  manifestación de libertad más grande que poder elegir lo que uno quiere llegar a ser, más allá de lo que tiene ganas de hacer” (Linero, 2018, p.82), por tanto, sabrás que muchos no querrán que logres eso que “quieres ser” y te darán todas las razones para que entres en el molde que es conveniente para ellos. Esto debe mantenerte alerta, para comprender las presiones, los comentarios y sugerencias sobre aquello que es una vocación, un fuego que te quema y motiva en tu interior. 

Pide al DIOS de la vida, sabiduría, iluminación, serenidad y entendimiento para “mudar eso que quieres dejar” y vivir la decisión más humana y trascendente que nos ha heredado un galileo, la noticia de un sepulcro vacío.

Referencia
Linero, A. (2018) Mi vida de otra manera. Bogotá, Colombia: Editorial Planeta Colombiana.

jueves, 10 de enero de 2019

El Status Quo. Un virus contagioso


Comienza un nuevo año y los retos que se advierten en el horizonte en medio de una geopolítica global compleja e incierta, nos anticipan un periodo de mucha actividad política, económica, social, ecológica y tecnológica. Este escenario, lleno de inestabilidades, presenta al orbe una serie de desafíos importantes, que invitan a todo los seres humanos a revisar y confrontar sus “seguridades” y conocimientos aprendidos.

El mundo desde hace algún tiempo convive con un virus altamente contagioso denominado status quo, esa manera de ver el mundo estandarizada, donde no pasa nada nuevo y la vista que se tiene de las cosas no cambia y se consolida en un imaginario que manda sobre aquellos que no están dispuestos a cuestionarlo, so pena de ser “castigados” y “abucheados” por la mayoría que cree en el mismo.

Una mayoría generalizada con influencia y poder, impone y mantiene una vista particular del mundo que muchos de nosotros repite en su diario vivir. La inercia que genera esta visión no permite que se pueda mirar a otro lado y cualquier intento de acción diferente, será drásticamente reprendida, para finalmente ajustarlo a aquello que los mandantes globales quieren que se vea.

De forma paralela crece una visión económica diferente. Una donde los trabajadores con habilidades y conocimientos especializados surge como una auténtica revolución que invita a salir de la zona cómoda y lanzarse a encontrar su propio espacio en medio de las contradicciones y tensiones globales. Lo que se denomina la Economía Gig, según Diane Mulcahy (2018), es aquella donde se demanda un cambio de paradigma laboral: pasar del ¿qué trabajo puedo conseguir? A ¿qué trabajo puedo hacer y marcar una diferencia sustancial?

Este cambio de paradigma, establece nuevos valores y parámetros que permiten motivar transformaciones en las personas. El sueño generalizado que se tenía (¿o se tiene?) de lograr un título universitario, tener un empleo, formar una familia y finalmente pensionarse, ha venido perdiendo fuerza, no sólo por las nuevas condiciones del entorno, sino por ese nuevo despertar del conocimiento y el aprendizaje que comienza a poblar las reflexiones de las mentes inquietas y erosionar las seguridades establecidas de los acomodados, abre un nuevo capítulo para la humanidad.

La economía gig es un cambio de paradigma no sólo a nivel de la esfera laboral, es un llamado a conectar con los talentos y pasiones de las personas, para que ahora, en un entorno abierto y competitivo, pueda diferenciarse, lanzarse a probar y validar sus preguntas, y sobremanera, tener las fuerzas y determinación para romper con la inercia de los días, las ideas y reflexiones, y retomar el camino perdido para encontrar su propio llamado, esa vocación con la cual hemos venido al mundo.

En medio de los que se mantienen ajustados a la visión estandarizada del mundo, recreada misteriosamente en la “Matrix”, es hora de llenarse de valor para decidir salir de nuestro estado catatónico, de ese coma inducido por las luces y premios del mundo, para caminar los senderos inexplorados de nuestros propios talentos, reinventarnos como seres humanos y darnos la oportunidad de hacernos otros distintos, donde tu espiritualidad, tus dones y logros, son la fuente de la energía que se libera cuando te “atreves a liderarte a ti mismo”.

Referencia
Mulcahy, D. (2018) La Economía Gig. La guía completa para obtener un mejor trabajo, tener más tiempo libre y ¡financiar la vida que usted quiere! Nashville, TN. USA: HarperCollins.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Cuenta regresiva


En estos días se escuchan voces que tratan de anticipar lo que pasará el año que viene. Voces que tratan de escudriñar las fronteras del futuro para ver qué cosas se deben tener en cuenta para preparar el camino a seguir en los próximos 365 días. Te has puesto a pensar, ¿qué harías su supieras la fecha y la hora en la cual dejarás este plano conocido? Una pregunta que puede intimidar y crear gran inquietud, pero al mismo tiempo, una oportunidad para establecer nuestras prioridades y retos como seres humanos para dejar una huella en el mundo.

Tener el cronómetro regresivo cierto andando delante de nosotros, es una apuesta que nos invita a tener una vida siempre presente, viva y llena de propósitos. Saber que el tiempo transcurre delante nuestro, es una exigencia para dar lo mejor de nosotros mismo en cada momento, para transcender más allá de lo que hoy hacemos y amar con tanta intensidad, que muchos verán en cada proceder el signo de la divinidad obrando en cada persona.

Cuando sabemos que los plazos se vencen y se cumplen, pareciera que tenemos una acción decidida que nos permite salir de la zona cómoda y hacer aquello, que generalmente hemos pospuesto por otras, que en su momento pensamos que eran más importantes. Nada es más importante que conectar con la espiritualidad que vive en nosotros, con la fuerza de la luz de DIOS que hemos recibido desde que nacimos, para dar cuenta de nuestra semejanza con la divinidad que nos ha acogido y seleccionado para transformar el mundo.

El mundo y sus realidades visibles, crean una zona de opacidad de nuestra verdadera razón de ser, tratando de cautivar aquello que hemos recibido, el amor sin límites; por una lectura de la felicidad basada en el tener, el poder y el placer, donde los objetos y las cosas dibujan la ilusión de la satisfacción qué sólo dura un momento. Una dependencia afectiva y emocional que, a semejanza de las drogas, consume desde el interior al individuo, desdibujando su realidad exterior.

Cuando entendemos que cada día es una oportunidad para crear el futuro, desarrollar y potenciar nuestras habilidades, hemos entendido el evangelio de la fe, la esperanza y la caridad. La exigencia de salir de la zona cómoda, como una misión que tenemos encomendada para avanzar en medio de un camino, algunas veces conocido y otras veces incierto, es buscar los horizontes inexplorados que den sentido al reto inherente de hacernos otros distintos y conquistarnos a nosotros mismos.

Saber que en algún momento las cosas van terminar, no debe ser signo de tristeza y nostalgia, sino señal de fuerza, valor y alegría que nutre nuestros más profundos sueños, como la savia que alimenta el fuego interior, la magia de la voluntad y el valor de creer. Una declaración de poder sobrenatural que anticipa una nueva renovación personal y espiritual, donde el Maestro nos espera, para navegar hacia aguas profundas y lanzarnos a caminar sobre océanos desconocidos, guiados por la luz que nos viene de lo alto: la estrella que brilla en un portal.

El Editor

sábado, 8 de diciembre de 2018

Ciclos de la vida


Durante estas épocas del año se cierran ciclos y se abren nuevos. Muchas veces los seres humanos no estamos acostumbrados a este tipo dinámicas, que son tan permanentes en la naturaleza, pues nuestra necesidad de certezas y poca capacidad de mirar y descubrir en el incierto, paralizan las reflexiones que deben ser cotidianas sobre la forma de abordar la vida y sus retos.

En la naturaleza casi todos los eventos representan ciclos, algunos largos, otros cortos. Las plantas tienen particularmente una dinámica acelerada de intercambio de nutrientes y permanecen en movimiento constante con su entorno, creando un ciclo virtuoso de vida, que se nutre de su propia dinámica interna y de los retos que su ambiente le provee para encontrar su sitio en este ecosistema.

Los ríos y las fuentes hídricas en general representan la dinámica y la savia que conecta la vida del ecosistema. Un complejo y detallado conjunto de relaciones que crean una armonía en medio de un aparente caos, que se genera frente a las diferentes interacciones que reciben, bien por agentes externos que los afectan o por los flujos inherentes de renovación que tiene en sus propios procesos. El agua no es simplemente una ecuación química conocida, sino una declaración de conexión entre la vida y sus fuentes de energía que viven en la naturaleza.

En este contexto somos seres que vivimos y existimos en conexión con otros, con la dinámica del entorno, no sólo para ver sus movimientos y tendencias, sino poder intervenirlos y modificarlos de tal forma, que nuestras mediaciones creen nuevos escenarios de destrucción creativa, de renovación de aquello que conocemos, para rasgar el velo de lo conocido, desconectar nuestros supuestos y habilitar nuevos espacios para construir aquello que aun no podemos comprender.

Comprender la dinámica de estar conectados, es saber que los ciclos de la vida se abren con una posibilidad y se cierran con retos cumplidos y lecciones aprendidas. Esta necesidad humana de mantenerse abierto al cambio y a renovar su “caja de herramientas”, es lo que da al hombre la capacidad de reinventarse y repensar sus propios conceptos, creando una zona inestable interior, que por lo general termina con una propuesta disruptiva exterior.

No hay nada en el mundo visible que permanezca en su sitio, que no cambie de rumbo o se mire de maneras distintas. Cuando en la vida nada pasa, hay que levantar las alarmas pues algo esta pasando y no nos hemos dado cuenta. Mientras los cambios en el mundo exterior continúen alterando la forma de ver las cosas, en tu mundo interior deberá estar ocurriendo nuevas conexiones y experiencias que preparen los nuevos retos que te transformen en otro diferente siempre vivo, siempre nuevo y siempre joven.

Vive intensamente los momentos de la vida, libérate de tu exceso de equipaje, incomoda aquello que sabes y has aprendido, para que un nuevo renacimiento llegue a tu existencia, ese que te permite ver tu pasado en perspectiva, aceptar tu presente como verdadero regalo y experimentar tu futuro como posibilidad permanente para hacer la diferencia.

Recuerda: Una vida llena de certezas, es una vida con inercia intelectual y aridez espiritual. Una vida con certezas e inciertos, es una vida con dinámica reflexiva y sintonía trascendente, un ejercicio que demanda mudar con frecuencia al hombre viejo, y encontrarnos con el hombre nuevo.

El Editor  

domingo, 2 de diciembre de 2018

El misterio

La existencia del misterio divide la opinión tanto de científicos como de las personas del común. El misterio es una sensación y percepción que aparece en el entorno, luego de no poder explicar o reconocer aquello que nuestro entendimiento puede delinear o encuadrar dentro de un aspecto conocido o referenciado. En consecuencia, aquello que no logramos entender se convierte en un “misterio”, que bien puede ser usado para crear “superstición” o generar un “halo” de magia o confusión que puede ser aprovechado a favor o en contra de una comunidad.

Lo mágico y misterioso ha sido una constante en la humanidad, desde tiempo inmemoriales. Las culturas indígenas son y han sido las más pródigas en la creación de mitos y misterios alrededor de aquello que no logran explicar, pero de lo cual logran beneficios. Pues, no existe deidad creada, que no sólo ofrezca protección sino bienestar y grandes manifestaciones de grandeza y poder, con lo cual sus creyentes reiteran su fidelidad y adherencia sin mayores reparos.

Lo mágico en la cultura actual es sinónimo de sorpresa, acciones inesperadas y cambio de paradigma, que permite preguntar a la audiencia “¿y cómo hizo eso?”. La esencia de una ilusión se construye sobre la base de inciertos e información inconsistente, que construye una realidad que es percibida como real, aún esta no lo sea. Se detalla de tal forma que la figura o proyección que se crea responde a ese imaginario compartido que tienen las personas de realidad y las referencias faltantes, el cerebro humano los termina de completar para que haga sentido dentro de los cánones que se esperan de esa realidad compartida.

El misterio es la estrategia de muchas personas para potenciar sus habilidades con el fin de cautivar a muchos con sensaciones y expresiones, que son poco conocidas o estudiadas. Cuando carecemos de información y no “preguntamos más allá” de lo que ocurre, es cuando se confirma que estamos en presencia de una posible manipulación, muchas veces no intencional, pero generalmente muy bien elaborada que nos hace sentido en las reflexiones personales que tenemos a la fecha sobre esa temática.

La próxima natividad, no es un misterio, no es una ilusión, ni una expresión mágica u oculta a los ojos de los humanos. Es una contexto evidente que se manifiesta en tres figuras conectadas por un mismo eje central: el amor, la transcendencia, la fe, la unidad y la familia, que revela su mejor expresión en el otro, como verdadero otro. No hay definiciones o agendas ocultas en ese portal, sólo la realidad concreta del frío, del incierto y de la noche que todos los hombres caminamos, con la esperanza de que la luz salga a nuestro encuentro y nos regale un brillo de sabiduría, una manta de alegría y un vaso de generosidad.

Vive esta próxima navidad sin visos mágicos, o ilusionismo o celebraciones pomposas. Vívela como la esencia de la fuerza de un DIOS (cualquiera sea la imagen que tengas) que te llama para ser parte de un plan donde tus dones y talentos son parte de la estrategia que Él tiene para hacer que las cosas pasen. Si quieres ser sus manos, su mente y sus pensamientos allí en cada momento de la vida, deja que la fe, la esperanza y el amor hagan hagan presencia viva en tu corazón, para que sean la luz y la levadura que fermente los sueños y los retos de todos los hombres en el mundo.

El Editor.