sábado, 27 de julio de 2019

Iniciar un viaje: TRIP

Moverse en el escenario de lo digital y las nuevas tendencias del mercado, implica reinventarse de forma permanente, sin caer en la fatiga que estos cambios imponen tanto a las personas como a la organización. Pareciera que es una carrera sin fin, para mantener una posición estratégica en el escenario global, donde sólo el más versátil, flexible, atento y hábil, puede mantenerse en operaciones, sin dejar de lado su capacidad de ver, aprender y proponer de forma anticipada.

Dicen los académicos Cooray & Duus (2019) que para “lograr y mantener una posición competitiva, es fundamental mirar fuera del ecosistema central de la organización y anticipar la aparición de la competencia de fuentes afiliadas e "invisibles””, esto es, un ejercicio para aprender de las tendencias emergentes, las decisiones y comportamientos pasados, con el fin de desconectarlos y enriquecerlos con los retos actuales, para así responder a las oportunidades latentes y los desafíos futuros.

Para ello, éstos estudiosos plantean un marco metodológico denominado TRIP acrónimo que incluye cuatro elementos fundamentales: Transparencia, Respuesta, Inteligencia y Personalización.

Transparencia, se entiende como apertura e intercambio de las “realidades duras” tanto con clientes, como con los socios. Ser transparente es un ejercicio que requiere el valor de enfrentarse a lo que la empresa y las personas son, sin perjuicio de los comentarios y señalamientos que pueda haber. Es una apuesta que abre al diálogo y buscar crecer con los retos y realidades del otro.

Respuesta, es la habilidad para anticipar las necesidades emergentes de los clientes y dar cuenta de las nuevas oportunidades del mercado. Responder de forma concreta y clara frente a la variabilidad de las tendencias del entorno, implica una reflexión con atención plena de nuestros sesgos cognitivos y mentales, para poder “ver” en medio del ruido mediático, aquellas rarezas, inconsistencias y contradicciones, que pueden ser de valor para los retos y requisitos de las personas.

Inteligencia, es esa habilidad de conocimiento, datos e ideas actualizadas, relevantes para el sector donde se mueve la empresa y el ecosistema del cual hace parte. La inteligencia no es un servicio para tener y contrastar información todo el tiempo, es una acción focalizada y estratégica que desarrolla y construye un cuerpo de saberes necesarios y suficientes para conocer y descubrir escenarios de forma anticipada, y así, establecer actividades que permitan a la empresa actuar con fundamento y no bajo juicios que no estén bien fundados.

Personalización, es la esencia de individualizar productos, servicios y comunicaciones con el fin de atender necesidades particulares y específicas de las personas en contexto. La personalización, es el proceso de construcción de la atención plena y genuina de la persona con el fin de encontrar aquello que hace sentido a sus expectativas y de esta forma elaborar una propuesta que le permita resolver una inquietud, o atender un reto que hace mucho tiempo no podía comprender.

Enfrentarse al incierto que implica moverse y mantenerse en medio del tsunami digital actual, demanda capacidades (patrones de aprendizaje), competencias (prácticas estándares) y posturas trascendentes (experiencia espiritual) que deben desarrollarse y configurarse de forma acelerada en cada individuo. Esto es, una declaración de apertura y reto personal que debe ser capitalizada para iniciar un viaje (TRIP) en medio de un mar de volatilidades y cambios inesperados, y así encontrar algunos archipiélagos de certezas, esos que son los “espacios en blanco” donde es posible hacer la diferencia.

El Editor

Referencia
Cooray, M. & Duus, R. (2019). TRIP Framework: Re-Thinking Organisational Competitiveness in Digital Spheres. European Business Review. Recuperado de: https://www.europeanbusinessreview.com/trip-framework-re-thinking-organisational-competitiveness-in-digital-spheres/

sábado, 20 de julio de 2019

Entre la luz y la oscuridad

Dos frases pronunciadas por dos personas de tiempos distintos, crean una vórtice de reflexión que busca comprender la esencia misma de lo que somos como humanos. La primera de Séneca: “Hay una gran diferencia entre un persona que elige no pecar y alguien que no sabe cómo hacerlo” y la otra de un director de investigaciones de la Agencia Nacional de Seguridad Norteamericana (ya fallecido), Richard Proto que afirmaba: “Las teorías de la seguridad provienen de las teorías de la inseguridad”.

Estas dos frases, establecen un marco de reflexión por el complemento que pocas veces utilizamos para descubrir y hacer evidentes nuestras cegueras cognitivas. Pensar por el complemento, es una invitación a caminar por la mente del contrario, como un espacio de diversión y análisis, para descubrir aquellos efectos no documentados que pueden surgir cuando hacemos evidente perspectivas que permanecen en las sombras, por la marcada postura mecanicista en la cual hemos sido formados.

De igual forma afirmaba Dérrida, “el objeto es por su complemento”. Es decir, un objeto no se puede descubrir o analizar en perspectiva, sino es por su cara oculta, por su relación de contraste, que es tan real, como el objeto mismo. Dicen que hemos escuchado muchas veces, el cuento de “caperucita roja y el lobo feroz” siempre en la persona de “caperucita”, pero no necesariamente en la voz del “lobo”. Cuando logramos entender y no negar nuestras propias limitaciones y zonas “oscuras”, podemos avanzar con mayor profundidad en el crecimiento personal y colectivo.

Recorrer las zonas de luz y oscuridad que tenemos como seres humanos, nos permite construir una visión del mundo más enriquecida. Esto es, diseñar y desarrollar propuestas que potencien las capacidades humanas, desde las especificaciones de las propiedades emergentes deseadas; un ejercicio que permite a los individuos reconocerse a así mismos como los facilitadores de sus propias transformaciones, de sus propios cambios, sin juzgarse ni acusarse de aquello que los avergüenza, buscando nuevas oportunidades que lo lleven a nuevas fronteras de conocimiento antes ignoradas.

Cuando contrastamos las zonas de luz y oscuridad que los seres humanos tenemos, hacemos un ejercicio donde revelamos las argucias y movimientos del adversario, para crecer en sabiduría y visión, no para imitarlo en su acción reprochable, sino para comprender mejor “porqué los atacantes adquieren frecuentemente la ventaja” y cómo éstos logran materializar sus acciones con el mínimo de esfuerzo y el máximo de beneficio. Hacer este ejercicio, nos permite no sólo construir barreras para demorar al agente agresor, sino visión sistémica para advertir la relaciones emergentes que podrán afectarte de forma efectiva en el futuro y prepararse para ello.

Cuando tu corazón se debate “entre el mal que no quieres hacer y el bien en el cual has sido creado”, estas en una zona de tensión interna y espiritual, que muchas veces fatiga tu fuerza interior, cuando tratas de superarla. Mira mas bien y estudia tus propias tendencias proclives, sin prevenciones o juzgamientos, para que, abiertos a la gracia sobrenatural, puedas iluminar esos puntos ciegos que persisten en tu mirada trascendente, y así concretar una experiencia generosa y abundante de la vida, para aquellos que se saben seres necesitados de la misericordia divina, y que son un proyecto humano en permanente evolución y construcción.

El Editor.

domingo, 14 de julio de 2019

Flexibilidad cognitiva: intentando nuevas respuestas

Si entendemos que el mundo en que vivimos no es estable por sí mismo, es decir, que constantemente esta en una dinámica de inestabilidad, es claro que nuestra capacidad para “navegar” en medio de estas “olas de cambios” debe estar fundada, no en conocimientos estables debidamente probados y verificados, sino en las diversas posibilidades de futuros, la producción de innovaciones, la capacidad de absorción de grandes perturbaciones, en últimas en la flexibilidad de nuestros saberes, para repensar la realidad, con el fin de responder y anticipar nuevos escenarios no previstos.

Los conocimientos aprendidos con el tiempo, son referentes claves que establecen el punto de partida de nuevas propuestas que evolucionan con el tiempo, para enfrentarse a contextos no lineales, donde es posible abrirse a nuevas posibilidades, donde los resultados no se pueden anticipar, sólo simular y probar, con el fin de advertir algunos patrones de comportamientos y así imaginar cómo será ese nuevo futuro probable y plausible. Es difícil abandonar la idea de causalidad cartesiana, aun sabiendo que muchos de los eventos en el mundo no obedecen a la dinámica mecanicista causa-efecto.

Considerando lo anterior, la dinámica de las relaciones entre los distintos componentes de la realidad, generan propiedades emergentes, que caracterizan y definen la manera como la sociedad se comporta. De acuerdo con Luengo González (2018), “las emergencias significan un cambio cualitativo, más que un mero incremento cuantitativo del sistema; esto
es, significan un cambio radical y no solo marginal”. Si esto es cierto, las comunidades manifiestan situaciones que se explican desde la evolución de sus relaciones, y la manera como han decidido organizarse, para armonizar sus propias contradicciones, su aciertos y desaciertos, como una forma natural de profundizar en su propia evolución.

Somos parte de un todo evolutivo, de un sistema complejo, que se opone al reduccionismo causal y a los determinismos estadísticos o probabilísticos (Luengo, 2018), que busca explorar relaciones emergentes y efectos de borde no documentados, para mantener un balance dinámico de restricción y amplificación, de momentos de desierto y encuentros de oasis, es decir, de la reconciliación y armonía de los contrarios, donde no es la lógica natural y cartesiana lo que da la razón, sino la oportunidad de pensar por fuera de los parámetros establecidos, para crear una realidad distinta y novedosa, fuera de los linderos y marcos configurados por intereses particulares.

Cuando eres capaz de crear tus propias historias y darles forma en el contexto de la realidad vigente, estas siendo protagonista de tus propios logros y abriendo posibilidades donde otros veían limitaciones. Tu carrera no es lo que otros quieren que sea, es una búsqueda permanente de sentido, de servicio a los otros, donde todo tu potencial se hace manifiesto y la vida se convierte en un diario reconocimiento de tus talentos. No has venido al mundo a ser una parte de una historia, has sido elegido para ser protagonista y agente de cambio, un elemento del sistema que reta sus supuestos y lo moviliza hacia zonas desconocidas donde una nueva realidad se escribe con tus iniciales.

Si el mundo no es una zona de estabilidad, ni de situaciones repetidas, ni de jerarquías de conocimiento, sino un escenario de posibilidades y retos, donde sólo aquellos que están dispuestos a abandonar la zona cómoda son lo que toman ventaja, tenemos la oportunidad de liberarnos de nuestra propia prisión del lenguaje y de los hábitos de pensamiento lineales, para intentar nuevas respuestas en la riqueza creativa y diversa del mundo real.

El Editor

Referencia
Luengo, E. (2018) Las vertientes de la complejidad. Pensamiento sistémico, ciencias de la complejidad, pensamiento complejo, paradigma ecológico y enfoques holistas. Guadalajara, México: ITESO. Recuperado de: https://rei.iteso.mx/handle/11117/5421