domingo, 29 de marzo de 2015

Presencia y trascendencia

Casi todos hemos sido formados en el paradigma competitivo, donde “ganar” es la consigna que se persigue, el valor más importante para realizar y el credo que debemos profesar, pues si jugamos el “juego de la vida”, alguien dijo, “jugamos para ganar”. Vamos por la vida preparándonos para cerrarle la brecha a la incertidumbre, al miedo y las dudas, tratando de tener el camino más certero y conocido para anticipar los movimientos más inesperados de la vida.

Sin embargo, la vida nos muestra que no podemos ir tan rápido como queremos, ni tan conocedores como creemos, ni tan temerarios como parecemos. La vida exige presencia, darnos cuenta que estamos en un momento y lugar, que debemos advertir los matices del paisaje y descubrir las bondades de nuestras cegueras mentales y cognitivas, pues allí se esconden los nuevos normales que nos lanzarán al siguiente nivel de evolución.

Dice Álvarez de Mon (2012, p.48) “toda fortaleza, llevada a su extremo, esconde una debilidad”, una frase que entra en tensión con la búsqueda del experto. Quien se vuelve experto, debe saber que su saber disciplinar entrará en una oscuridad cognitiva que no le dejará ver otras opciones. En este sentido, cuando un saber disciplinar, se pone en contacto con otras visiones del mundo, no solo se ensancha, sino que descubre nuevas formas de cambiar sus paradigmas e ilustrar nuevas rutas antes inexploradas.

Si bien, anota Álvarez de Mon (2102, p.67) “No somos nuestros errores, tampoco nuestros aciertos y ni unos ni otros descubren la esencia y enigma de nuestra existencia”, nuestras acciones y luchas por propósitos superiores nos ofrecen una ruta de conocimiento interior, que privilegia el bienestar de otros y nos abren la puerta a la trascendencia, a la búsqueda de recompensas superiores, que reconocen nuestras limitaciones y nos habilitan para potenciar nuestros talentos y virtudes. Nada más elevado para nuestra humanidad, que recorrer nuestro interior accidentado de limitaciones, para compartir con otros la oportunidad y aventura de aprender.

La presencia y la trascendencia nos definen como seres humanos, centrados en lo importante y alejados de lo transitorio y caduco. Álvarez de Mon (2012, p.78) lo confirma diciendo “cuanto mejor conozcamos nuestra urdimbre interior de pensamientos y sentimientos, unos y otros, los más sanos y también los menos hermosos, más pensada, libre, noble y responsable será nuestra conducta”, y sólo así, podremos advertir en la incertidumbre y las dudas la manera como encontramos con nuestra propia verdad, nuestros propios retos y nuestros propios sueños.

En este sentido, concluye Álvarez de Mon (2012, p.80) “Si nuestra meditación sobre lo que es, sobre lo que acontece, sin adjetivos ni estimaciones personales, es limpia, presente, consciente y libre, estaremos sentando las bases de un cambio de paradigma personal. Dejaremos de ser nuestro peor enemigo, astuto, oculto y evasivo, para convertirnos en un amigo despierto, razonable y comprensivo, que hace de la disciplina, la paciencia, la humildad y el humor las cuatro patas que sostienen un sillón sólido y cómodo”.

El Editor

Referencia
Álvarez, S (2012) Aprendiendo a perder. Las dos caras de la vida. Barcerlona, España:Plataforma Editorial.

domingo, 22 de marzo de 2015

Tres principios

Parece que vivimos atrapados en un juego de contradicciones. La necesidad de tener una vida sobresaliente, pero al mismo tiempo moderada y prudente; queremos tener el respeto de los otros, sin embargo, muchas veces no lo otorgamos como es debido; queremos una vida de abundancia, pero no queremos trabajar para que eso ocurra. Estas afirmaciones nos ponen en una encrucijada de vida que parece no dejar espacio para puntos medios o vistas balanceadas.

Norman Drummond, nos dice en su libro, “El poder de tres”, que en la vida debemos mantener tres principios, en los cuales las contradicciones se disipan y las presiones se alivian: 1) la persona antes que el procedimiento, 2) la sabiduría antes que el conocimiento y 3) la integridad antes que la política.

La persona antes que el procedimiento, es volver la mirada sobre los individuos, sobre sus necesidades y retos. Es reconocer que las reglas y normas están para mantener un orden y orientación para un conjunto social, pero no para volverse el estándar de estricto cumplimiento que ahoga a la persona, cosifica sus sentimientos e ilusiones y sobre manera encuadra sus deseos y retos. Los procedimientos son declaraciones que indican la forma de hacer una actividad en condiciones adecuadas y ajustadas a los niveles de riesgo permitidos por una organización, sin perjuicio que las necesidades y derechos de los individuos tengan prioridad.

No es posible que al advertir una situación que comprometa la seguridad, higiene, honra, bienes o derechos individuales, no se pueda actuar, porque no hay una autorización que seguir, una indicación gerencial que obedecer o una norma que aplicar. Es probable que, como en la milicia, se llegue a comprometer su siguiente ascenso o promoción, sin embargo habrás privilegiado un bien superior, una vista trascendente que hizo la diferencia para unos pocos. ¿Cuándo llegue el momento estarás dispuesto a hacer lo que corresponde, conociendo de antemano sus consecuencias?

La sabiduría antes que el conocimiento, Drummond la define la sabiduría como “la capacidad de darse cuenta de qué es lo que vale en la vida, de reconocer la interconexión fundamental de todas las personas y todas la cosas, y de hacer uso de este reconocimiento para elegir y tomar decisiones”, una visión sistémica del mundo que mantiene a un observador de la realidad conectado con su vida interior y la forma como transforma su realidad exterior. El conocimiento te permite recabar información y establecer dominios de saber que revelan variables claves del mundo; la sabiduría te permite ver los patrones y las conexiones relevantes para indicar un camino, una ruta que te llevará al siguiente nivel de evolución.

Tener mucho conocimiento de sobre el mundo, no me habilita para verlo como es, sólo me permite caracterizar los fenómenos que ocurren con una baja capacidad para explicarlos. El sabio ve en el mundo una oportunidad para conocer, un tesoro escondido que descubrir, una aventura que surge en su mundo interior, para ver en perspectiva, actuar con cuidado, y discernir con claridad el nuevo paso que dará, para volverse a sorprender y dar cuenta de nuevas experiencias que transformarán la dinámica del mundo.

La integridad antes que la política. Si entendemos la política en su connotación negativa, como las dobles agendas, motivos ocultos y acciones convenientes, estamos en una ruta de oscuridad, que de manera silenciosa degrada al ser humano y todo cuanto toca, pues es como un veneno que poco a poco te intoxica sin darte cuenta, comprometiendo al final todo cuanto eres. Lo contrario, es la integridad, el mundo te exige la visibilidad de los compromisos, la claridad de los motivos y la transparencia de tus acciones. Es el ejercicio de la decencia y la honorabilidad de cada ser humano que es capaz de asumir sus responsabilidades con el corazón y su conciencia.

El camino de la integridad, es pedregoso, exigente y algunas veces (por no decir siempre) doloroso. Significa anteponer todo lo que somos, nuestros sueños, nuestro prestigio y nuestro honor para dar cuenta de nuestra promesa, los esfuerzos y responsabilidad para hacer que las cosas pasen, para movilizar el bien general sobre el bien particular, para ir en contra de “es que todos lo hacen” y permitir el espacio de la justicia y la verdad, como fundamentos de nuestro actuar: no empeñar nuestro criterio, para devolver un favor cuando corresponda.

Si tenemos en nuestro radar estos tres principios a diario, la vida se vuelve menos complicada (en términos trascendentes), pero más peligrosa en el contexto real, pues serás objeto de confrontaciones y sugerencias que te inviten a ser laxo y abierto, que la sociedad ha cambiado y que estas un poco tenso. La vida ligera, donde todos somos cómplices de las dobles agendas y posiciones “empeñadas” es generosa en recompensas y tranquilidad material, pero aquella fundada en la integridad personal y conexión espiritual es abundante en recompensas invisibles y paz interior, muchas veces con rosas y abrojos materiales, pues al final, de ¿qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?

El Editor

Referencia

Drummond, N. (2015) El poder de tres. Descubrir lo que realmente importa en la vida. Bilbao, España: Mensajero.

sábado, 14 de marzo de 2015

Tres sabidurías

Muchos viven la vida en medio del confort, la tranquilidad y la abundancia, parece que nada les preocupara, pues tienen todo lo que requieren para vivir una vida sin afanes, a su ritmo y en perspectiva con su realidad. Sin embargo, la pregunta es ¿están viviendo una vida en plenitud?, es decir, una ¿vida de realización, logro y trascendencia?

Para tratar de aproximarnos a responder esta última pregunta, resulta conveniente revisar los planteamientos de Drummond, en su libro “El poder de tres”, donde enuncian tres sabidurías, como fundamento de nuestro trasegar en la vida, tres dones divinos que descubren nuestra fuerza interior para transformar el mundo exterior.

La primera sabiduría es la serenidad, que está condensada en el corazón, en la forma como acallamos nuestros temores y miedos, para mantener una visión renovada de la realidad. La serenidad no implica quietud o pasividad, es motivar el bienestar interior que cultiva el equilibrio dinámico de mente, cuerpo y espíritu. Esto supone indagar por las necesidades profundas del hombre, que no desaparecen cuando se ignoran y por tanto, orbitan su esencia permanentemente para lanzarnos a navegar en aguas profundas, donde todo es posible.

La segunda sabiduría es la finalidad, un don que nos posibilita indagar porqué estamos aquí. Esto supone que tenemos un llamado, una vocación que nos enciende y moviliza para construir el camino que nos lleva a la plenitud. Si sientes que debes estar en otro lugar, haciendo otra cosa y esperas que se presente en algo mejor, estarás siempre con un vacío interior, con un “pendiente” que no entiendes qué es. La finalidad está enraizada en nuestra alma; es una propuesta por indagar aquello que te hace plenamente vivo, es la ruta que te lleva hacia las fronteras de tu propia vida, para que al llegar al límite se abran tus alas espirituales y liberes tu verdadero potencial.

La tercera sabiduría es el servicio, es el camino para encontrar el sentido de nuestra vida. Es la fuente que nutre la entrega y destruye el egoísmo; es la ruta que conduce hacia el otro, un itinerario de conquista de sí mismo para encontrarse con su prójimo. El servicio manifiesta la voz interior que se mantiene cual zarza ardiente en tu corazón, un contexto que nos enseña el terreno sagrado de la vida, para descubrir que las cosas importantes  están más allá de nuestros sentidos humanos. En el servicio no tienes que encontrar respuestas, sólo reconocer el paisaje y descubrir que el servir, es “amor en acción”.

Si aplicamos en nuestra vida estas tres sabidurías, puedes acceder a una espiral ascendente de conocimiento, comprensión, logro y generosidad que te lleve a transformar lo que piensas, dices y haces; esto es, que sorteando el laberinto de tus propias contradicciones, virtudes y capacidades, dejes de centrarte en tus necesidades y carencias, y logres aceptar el desafío que te impone la vida: salir de ti mismo, para anunciar un futuro que no te corresponde, en el cual inviertes a riesgo y cuyo resultados hacen realidad la promesa divina: encontrar tu grandeza interior, superando el reconocimiento exterior.

El Editor
Referencias

Drummond, N. (2015) El poder de tres. Descubrir lo que realmente importa en la vida. Bilbao, España:Ed. Mensajero.   

sábado, 7 de marzo de 2015

Superando situaciones problemáticas

Todo el tiempo estamos expuestos a situaciones problemáticas, a condiciones que nos exigen pensar diferente y actuar de manera distinta, con el fin de dar cuenta de lo que ocurre. En este sentido, John Maxwell, en su libro “Las 21 cualidades indispensables de un líder” nos indica las cualidades de las personas que se enfrentan y superan dichas situaciones:

1. Anticipan las situaciones problemáticas
Mientras estemos en nuestra ruta para alcanzar nuestros sueños y cumplir con nuestro propósito de vida, siempre habrá situaciones y condiciones límites que debemos anticipar. En este sentido, se deben planear los más exigentes y disruptivos escenarios que pongan a prueba nuestro entendimiento del mundo y sus condiciones, para estar preparados y contar con una posición privilegiada cuando las situaciones problemáticas aparezcan.

2. Aceptan la verdad
Las condiciones complejas y exigentes existen y no nos van a dejar. Por tanto, podemos rechazarlas, soportarlas o aceptarlas y tratar de superarlas.  En este ejercicio, se pone a prueba la capacidad de acción y movilización de las personas, que no se dejan amedrentar por los hechos, sino que aceptando lo que ocurre, son capaces de transformarlos y crear oportunidades donde otros ven dificultades. Este ejercicio de aceptar la verdad de lo que ocurre, entrena la mente para avanzar y sacar lo mejor de cada ser humano, para superar aquello que lo reta y lo pone en tensión con sus propias creencias.

3. Ven el cuadro completo
Ver el cuadro completo implica tomar distancia de la situación y advertir las diferentes variables que conforman aquello que nos confronta. Esto supone no dejarse abrumar por los eventos que surgen, sino controlar las emociones, muchas veces destructivas, que se presentan y distinguir la visión general de la situación a la que nos enfrentamos. Tener un pensamiento integral o sistémico, permite a los líderes superar los obstáculos de sus propios marcos de pensamiento y romper con el paradigma inmediatista y reduccionista que nos persigue.

4. Manejan una sola cosa a la vez
Cuando un líder se deja agobiar por las múltiples situaciones problemáticas, se complican y se nubla su entendimiento. La trampa que generalmente utilizan los retos que te impone la vida, es hacerte creer que te superan y que no tienes la capacidad para enfrentarlos. Nada más mentiroso, pues en la medida que puedes priorizarlos y asegurarte que cierras las brechas identificadas, podrás sobresalir y dar cuenta de los nuevos aprendizajes y lecciones aprendidas que ahora hacen parte de tu caja de herramientas.

5. No abandonan una meta importante cuando están deprimidos
Lograr los objetivos en la vida, demanda caminar por desiertos calurosos, en medio de abrojos y espinas. Sabemos que vamos a experimentar las marcas de los peligros y las laceraciones de los cardos, pero todo esto no nos desanima, sino que nos engrandece, pues esas huellas son los testigos de la entereza y la fortaleza que no se rinde y mantiene su vista en el horizonte para crear el futuro.

Entender estas cinco cualidades que presenta Maxwell, pone de manifiesto a cada persona y su habilidad para enfrentarse a situaciones problemáticas y vencerlas. Esto supone mantener abierto nuestro entendimiento para dejarnos seducir por las lecciones aprendidas y las nuevas distinciones que nos permitirán tener una vista enriquecida del mundo y sus oportunidades.

Nunca dejes que otros pongan obstáculos en el sendero hacia tus sueños” John Maxwell.

El Editor

Referencia

Maxwell, J. (2007) Las 21 cualidades indispensables de un líder. Nashville, USA: Grupo Nelson.