Muchos viven la vida en medio del
confort, la tranquilidad y la abundancia, parece que nada les preocupara, pues
tienen todo lo que requieren para vivir una vida sin afanes, a su ritmo y en
perspectiva con su realidad. Sin embargo, la pregunta es ¿están viviendo una
vida en plenitud?, es decir, una ¿vida de realización, logro y trascendencia?
Para tratar de aproximarnos a
responder esta última pregunta, resulta conveniente revisar los planteamientos
de Drummond, en su libro “El poder de tres”, donde enuncian tres sabidurías,
como fundamento de nuestro trasegar en la vida, tres dones divinos que descubren
nuestra fuerza interior para transformar el mundo exterior.
La primera sabiduría es la
serenidad, que está condensada en el corazón, en la forma como acallamos
nuestros temores y miedos, para mantener una visión renovada de la realidad. La
serenidad no implica quietud o pasividad, es motivar el bienestar interior que
cultiva el equilibrio dinámico de mente, cuerpo y espíritu. Esto supone indagar
por las necesidades profundas del hombre, que no desaparecen cuando se ignoran
y por tanto, orbitan su esencia permanentemente para lanzarnos a navegar en
aguas profundas, donde todo es posible.
La segunda sabiduría es la finalidad, un don que nos posibilita indagar porqué estamos aquí. Esto supone
que tenemos un llamado, una vocación que nos enciende y moviliza para construir
el camino que nos lleva a la plenitud. Si sientes que debes estar en otro
lugar, haciendo otra cosa y esperas que se presente en algo mejor, estarás
siempre con un vacío interior, con un “pendiente” que no entiendes qué es. La
finalidad está enraizada en nuestra alma; es una propuesta por indagar aquello
que te hace plenamente vivo, es la ruta que te lleva hacia las fronteras de tu
propia vida, para que al llegar al límite se abran tus alas espirituales y
liberes tu verdadero potencial.
La tercera sabiduría es el
servicio, es el camino para encontrar el sentido de nuestra vida. Es la fuente
que nutre la entrega y destruye el egoísmo; es la ruta que conduce hacia el
otro, un itinerario de conquista de sí mismo para encontrarse con su prójimo.
El servicio manifiesta la voz interior que se mantiene cual zarza ardiente en
tu corazón, un contexto que nos enseña el terreno sagrado de la vida, para
descubrir que las cosas importantes
están más allá de nuestros sentidos humanos. En el servicio no tienes
que encontrar respuestas, sólo reconocer el paisaje y descubrir que el servir,
es “amor en acción”.
Si aplicamos en nuestra vida
estas tres sabidurías, puedes acceder a una espiral ascendente de conocimiento,
comprensión, logro y generosidad que te lleve a transformar lo que piensas,
dices y haces; esto es, que sorteando el laberinto de tus propias
contradicciones, virtudes y capacidades, dejes de centrarte en tus necesidades
y carencias, y logres aceptar el desafío que te impone la vida: salir de ti
mismo, para anunciar un futuro que no te corresponde, en el cual inviertes a
riesgo y cuyo resultados hacen realidad la promesa divina: encontrar tu
grandeza interior, superando el reconocimiento exterior.
El Editor
Referencias
Drummond, N. (2015) El poder de tres. Descubrir lo que realmente
importa en la vida. Bilbao, España:Ed. Mensajero.
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