Comienza un nuevo
año y los retos que se advierten en el horizonte en medio de una geopolítica
global compleja e incierta, nos anticipan un periodo de mucha actividad
política, económica, social, ecológica y tecnológica. Este escenario, lleno de inestabilidades,
presenta al orbe una serie de desafíos importantes, que invitan a todo los seres
humanos a revisar y confrontar sus “seguridades” y conocimientos aprendidos.
El mundo desde hace
algún tiempo convive con un virus altamente contagioso denominado status quo,
esa manera de ver el mundo estandarizada, donde no pasa nada nuevo y la vista
que se tiene de las cosas no cambia y se consolida en un imaginario que manda
sobre aquellos que no están dispuestos a cuestionarlo, so pena de ser
“castigados” y “abucheados” por la mayoría que cree en el mismo.
Una mayoría
generalizada con influencia y poder, impone y mantiene una vista particular del
mundo que muchos de nosotros repite en su diario vivir. La inercia que genera
esta visión no permite que se pueda mirar a otro lado y cualquier intento de
acción diferente, será drásticamente reprendida, para finalmente ajustarlo a
aquello que los mandantes globales quieren que se vea.
De forma paralela
crece una visión económica diferente. Una donde los trabajadores con
habilidades y conocimientos especializados surge como una auténtica revolución
que invita a salir de la zona cómoda y lanzarse a encontrar su propio espacio
en medio de las contradicciones y tensiones globales. Lo que se denomina la
Economía Gig, según Diane Mulcahy (2018), es aquella donde se demanda un cambio
de paradigma laboral: pasar del ¿qué trabajo puedo conseguir? A ¿qué trabajo
puedo hacer y marcar una diferencia sustancial?
Este cambio de
paradigma, establece nuevos valores y parámetros que permiten motivar transformaciones
en las personas. El sueño generalizado que se tenía (¿o se tiene?) de lograr un
título universitario, tener un empleo, formar una familia y finalmente
pensionarse, ha venido perdiendo fuerza, no sólo por las nuevas condiciones del
entorno, sino por ese nuevo despertar del conocimiento y el aprendizaje que
comienza a poblar las reflexiones de las mentes inquietas y erosionar las seguridades establecidas de los acomodados, abre un nuevo capítulo
para la humanidad.
La economía gig es
un cambio de paradigma no sólo a nivel de la esfera laboral, es un llamado a
conectar con los talentos y pasiones de las personas, para que ahora, en un
entorno abierto y competitivo, pueda diferenciarse, lanzarse a probar y validar
sus preguntas, y sobremanera, tener las fuerzas y determinación para romper con
la inercia de los días, las ideas y reflexiones, y retomar el camino perdido para
encontrar su propio llamado, esa vocación con la cual hemos venido al mundo.
En medio de los que
se mantienen ajustados a la visión estandarizada del mundo, recreada misteriosamente
en la “Matrix”, es hora de llenarse de valor para decidir salir de nuestro estado
catatónico, de ese coma inducido por las luces y premios del mundo, para
caminar los senderos inexplorados de nuestros propios talentos, reinventarnos como
seres humanos y darnos la oportunidad de hacernos otros distintos, donde tu espiritualidad,
tus dones y logros, son la fuente de la energía que se libera cuando te “atreves
a liderarte a ti mismo”.
Referencia
Mulcahy, D. (2018) La Economía Gig. La guía completa para
obtener un mejor trabajo, tener más tiempo libre y ¡financiar la vida que usted
quiere! Nashville, TN. USA: HarperCollins.
¡Excelente reflexión! Creo en la tensión esencial existente entre la tradición y el cambio, entre la invariancia y la transformación o entre el nova y el vetera. Pienso que de ella emerge lo nuevo, el cambio de estado y, en definitiva, la mutación de los sistemas.
ResponderEliminarExcelente artículo, invita a la reflexión a siempre estar en continuo cambio.
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