Estamos en un
escenario cada vez más abierto y expuesto de relaciones entre personas, habilitado
por una realidad digital, hiperconectada y tecnológicamente modificada. Esta
realidad, establece nuevos escenarios de aprendizaje y desaprendizaje que centran
su atención sobre el individuo y la forma como él se hace parte de este
contexto.
Sin perjuicio de lo
anterior, esta realidad advierte sobre situaciones que son de especial interés para
la sociedad, como quiera que vivimos en comunidad y la tecnología no puede ser
la voz cantante en el desarrollo y evolución de los seres humanos. Sobre este
particular, el profesor Onrubia (2016) de la Universidad de Barcelona, anota
una serie de características del entorno actual sobre las cuales hay que estar
atentos y tomar distancia prudente y crítica para armonizar los avances
tecnológicos, la globalización y la dinámica social.
Dichas características
son:
- Abundancia y facilidad de acceso a la información: El exceso de información puede ocasionar “infoxicación”, es decir, ruidos informativos, desorientación y manipulación de la información creando confusión o imaginarios falsos que manejan la opinión.
- Rapidez de los procesos y acelerado cambio tecnológico: El deseo desaforado de velocidad, puede limitar los espacios de reflexión sobre realidades claves, creando un escenario para motivar la superficialidad y falta de estructuración conceptual, que comprometan las comportamientos requeridos frente al desarrollo tecnológico.
- Complejidad e interdependencia: Las relaciones entre los diferentes actores del entorno pueden crear o desarrollar situaciones emergentes, las cuales confrontan el nivel de preparación de las empresas para avanzar en medio de un escenario inestable e incierto.
- Cultura de la imagen: Se advierte un prevalencia de lo sensorial, lo dinámico, lo emocional y lo espectacular, sobre lo abstracto, lo analítico, lo estático, lo racional y lo cotidiano. Un contraste que deja poco espacio para descubrir y conocer en profundidad, sino impresionarse con el brillo instantáneo de un momento.
- Homogenización de la cultura: La generación y distribución de contenidos por grupos humanos dominantes, impone tendencias y formas de ver el mundo, las cuales son consumidas de forma pasiva por el resto de participantes del entorno global.
- Desigualdad digital: No solamente por acceso a la tecnología, sino por el uso y prácticas sociales entre diferentes grupos de personas. Esta nueva dinámica establece estratos sociales digitales, diferenciados por uso y acceso a la información, creando masas digitales muchas veces muy informadas con datos de poca confiabilidad y profundidad, y otra bien documentada, con información verificada y validada.
Estas
características deben alertar las reflexiones tanto de empresas como de las
personas con el fin de crear estrategias que permitan desarrollar competencias
digitales adecuadas entre los nuevos participantes de una sociedad digital, de
tal forma que sea posible encontrar espacios de reflexión y diálogo que aumenten
la sensibilidad del entorno sobre el tratamiento de la información, y sobremanera
se habiliten canales que vuelvan a lo básico del ser: esa mirada sospechosa y descreída
que quiere salir al encuentro del otro y no descubrirlo sólo desde una “pantalla”.
El Editor
Referencia
Onrubia, J. (2016)
¿Por qué aprender en red? El debate sobre las finalidades de la educación en la
nueva ecología del aprendizaje. En Gros,
B. & Suárez-Guerrero, C. (eds) (2016) Pedagogía
red. Una educación para tiempos de internet. Barcelona, España: Octaedro-Instituto
de Ciencias de la Educación. Universidad de Barcelona. 13-36
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