La palabra liderazgo
es una de las expresiones más utilizadas en todos los ámbitos de la vida
personal, profesional y empresarial. Esta palabra, como todos los materiales,
sufre de fatiga estructural, como quiera que todos podemos hablar de ella y dar
una lectura de lo cada uno entiende sobre este particular. En este sentido,
hablar de liderazgo comienza a convertirse en un “commodity”, donde todo mundo supone
sabe qué debe hacer, qué tiene que conocer y basado en ello, poder actuar.
El liderazgo como
práctica y concepto, se ha convertido en una expresión de la manera como se
logran objetivos, como se dirigen personas y como se inspiran individuos. Esta
palabra, cuya etimología encuentra dos lecturas una en el mundo latino y otra
en el anglosajón, se convierte en un signo de contradicción para las personas y
las organizaciones, pues cualquiera que
sea su aproximación, mantiene por lo general un ejercicio de tensión creativa
donde ella ocurre.
En la expresión
anglosajona, liderazgo (leadership),
se habla de lead: dirigir, orientar,
el que ha recibido el encargo de ser guía para otros. Una definición que ha
sido explotada y motivada desde múltiples enfoques y propuestas, hasta
convertirse en un mantra de la administración para aquellos que están en
posiciones ejecutivas. Ser líder, implica un ejercicio que va hacia otros, que
conecta las expectativas de personas para concretar un resultado esperado y
beneficioso, tanto para el líder, como para la organización y sus liderados.
En la expresión
latina, según las reflexiones del Prof. Landolfi (s.f.), liderazgo viene de la raíz
latina lid, que significa disputa,
querella o proceso, donde claramente la confrontación no significa riña, sino
reto y apertura, para encontrar nuevas posibilidades en un entorno disfuncional
y asimétrico. De esta forma, crear distinciones que lo movilicen fuera de la
zona cómoda, experimentando en este ejercicio, malestar y queja, efectos naturales que
son propios de los individuos cuando están atrapados en la inercia de lo
conocido y validado.
Si el liderazgo
mantiene su ruta conocida actual y fortalece su imaginario en las personas,
como se advierte esta reflexión, sin asomarse a las nuevas realidades
inestables del mundo y los negocios, corre el peligro que mantener sus propias
recetas y convertirse en un gurú de un mundo que posiblemente ya no exista. En este
contexto, se hace necesario que el liderazgo, ya no se escriba con “Z”, sino
que se viva con “X”. Donde la “Z”, no sea la última y gastada expresión de lo
que “creemos es” y nos transformemos con la “X” en cada nueva interacción con
un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo.
Para lograrlo hace
falta, reflexionar en al menos cuatro (4) conceptos, que si bien, no buscan
fundar una nueva teoría sobre ser líder, si quiere motivar una perspectiva
dinámica y evolutiva que transforme la vida y haga que las cosas pasen. Los
conceptos básicos son: acción, pasión, fisión y transformaXión.
Figura 1. Lidera X Go (Autoría propia)
Acción, es
el llamado a mantenerse en movimiento. A continuar encontrando cada día nuevas
razones para aprender y desaprender; una forma de recorrer el camino,
descubriendo nuevas aproximaciones, desde diferentes puntos de vista.
Pasión, es
descubrir la esencia de la vocación, de ese llamado que cada persona tiene
donde el talento detona su potencial para servir mejor. La pasión, no es fuego
que se desborda sin control, sino fuerza y poder interior que se quema en el
servicio con los demás.
Fisión, es
el proceso de ruptura con lo cotidiano, para sentirse cómodo con lo incierto y
ambiguo. Cada día es necesario poder habilitar la fisión personal y
profesional, con el fin de ver en el margen de las hojas y poder ver aquello
que otros no han visto.
TransformaXión,
no es solamente cambiar de forma o mudar de lo conocido, sino una renovación de
la vida interior, que se nutre de la fuerza de lo sagrado, para cambiar el
mundo exterior. Sólo desde aquello que es invisible a los ojos humanos, es
posible transmutar lo que somos para ser “otros distintos”.
Reinventar el
liderazgo con “Z” implica quebrar un jarro dorado y bien construido desde la
vista académica y comercial que busca constante aprobación por parte de sus
practicantes. Vivir el liderazgo con “X” significa reconstruirlo y reinventarlo
desde cada perspectiva individual con cuatro (4) hilos dorados (acción, pasión,
fisión y transformaXión), para que cada vez que el mundo demande nuevos retos,
existan formas inéditas para construir jarrones humanos con distintos matices, capaces
de reinventarse todo el tiempo, es decir, morir a sí mismos y sus propios apegos, para revelar el potencial y tener fruto abundante.
El Editor
Referencia
Landolfi, H. (s.f)
Etimología de la palabra líder. Recuperado de: http://www.sabiduria.com/liderazgo/etimologia-de-la-palabra-lider/
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