Estamos en un mundo
lleno de un bombardeo permanente de imágenes, sonidos, mensajes y luces que nos
nublan la mente y el entendimiento, para incorporar un marco particular de reconocimiento
de la realidad, es importante despertar
los sentidos internos aumentando la capacidad sensorial, afinando la
observación y abriendo la potencia de la sabiduría interior.
La capacidad sensorial implica concentrarnos
en nuestro objetivo, para eliminar las distracciones que tenemos alrededor. En la medida que aumentamos el foco en
aquello que se quiere lograr, se descubren mas relaciones y mayor conciencia de
lo que es posible alcanzar, recabando información antes desconocida, aumentando
la confianza para avanzar en ese propósito, incrementando la energía que fluye
desde el interior para proyectarla sobre la realidad y así, todo se conecte con la
razón superior que se persigue.
La observación expande nuestra
concentración, abre la mente al aprendizaje para caminar sobre las aguas de la
realidad. La observación oxigena la mente
y abre el entendimiento para conectar con la conciencia profunda de los pensamientos.
Es una atención presente que revela relaciones conocidas y desconocidas, entrando
en un estado de vigilia que se abre a
asimilar detalles y detectar intuitivamente cualquier movimiento importante que
pueda estar fuera de su foco de concentración. Observar descubre el velo de
los detalles que se ocultan tras las luces brillantes de nuestros logros y los
sesgos cognitivos propios.
La sabiduría interior indaga sobre los puntos ciegos, lecturas del trasfondo
y las creencias ocultas, que pueden llegar a sabotear la confianza, la
comunicación y la camaradería que
son necesarias para conectar con las expectativas y retos de las diferentes
partes interesadas para hacer que las cosas pasen. La sabiduría interior
permite comprender las emociones y
situaciones que surgen de las cegueras y opacidades que existen en el interior
del hombre, para renunciar a aquello que nos retiene y atrapa en la zona cómoda,
y dar el paso requerido para visualizar el presente y transformarse en otro
distinto.
Cuando el hombre es capaz de combinar estas tres cosas
aumenta su fortaleza mental y espiritual que le permite avanzar en medio de las
inestabilidades, dejando que las
emociones fluyan, renunciando a aquello que lo hace lento y pesado, para darle
paso a crear los nuevos supuestos de la realidad, visualizando el futuro como
una extensión del tiempo presente. Esto
supone evolucionar y superar los éxitos del pasado, los temores, las culpas y los
miedos para reconocerse como un ser valioso, lleno de recursos humanos y
divinos para lograr todo lo que se proponga.
Despertar los sentidos interiores, sumergirse en la potencialidad de la percepción
sensorial que el hombre posee, es habilitar
la atención presente, entrar en el
gimnasio mental, para que el entrenador personal nos oriente sobre las emociones y las sensaciones, con el fin de distinguir
su nivel de intensidad y aprender de dicha experiencia, como fuente de
sabiduría para vivir en plenitud y con salud perfecta del cuerpo y del espíritu.
El Editor.
Ideas de: Divine, M.
(2015) Pensar como los mejores guerreros.
El método de los Navy SEAL para liderar y vencer. Bogotá, Colombia: Penguin
Random House Casa Editorial.
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