lunes, 10 de septiembre de 2012

Conversaciones estratégicas


Recientemente he escuchado una expresión que llama la atención en el contexto de las organizaciones modernas: “conversaciones estratégicas”. Mirando con detalle encontramos que las “conversaciones estratégicas” implican conectar diferentes disciplinas de manera interdependiente, de tal forma que le permita al estratega asegurar una vista holística tanto del entorno como de su realidad organizacional interna.

Si bien el autor del concepto anterior, el académico Hoverstadt, anota que este tipo de conversaciones exige un desafío para comprender la incertidumbre, en el ejercicio de  tratar de pronosticar y advertir el futuro de la empresa, es claro que requiere encontrar un balance entre la tensión natural de operar con eficiencia y movilizar sus estrategias para encontrar puntos de quiebre en su entorno de negocio.

Habida cuenta de lo anterior, tener “conversaciones estratégicas” en nuestra vida cotidiana, es una oportunidad de encontrarnos con el universo de conocimiento y experiencia que tienen las personas, un encuentro con los retos y reflexiones de cada individuo, para reconstruir nuestra vista del mundo y así ver aquello que aún no hemos podido descubrir.

Conversar de manera estratégica supone un entendimiento de quienes somos, qué queremos y cuáles son nuestras prioridades. Es descifrar nuestro código interno de pasiones y decisiones, no para “vivir la vida que tenemos”, sino para “transformar el mundo que tenemos”. Las conversaciones estratégicas están basadas en nuestro deseo de encontrarnos con el otro y hacer de ese encuentro una forma de crear el futuro.

Las conversaciones estratégicas nos permiten encontrar el sentido trascendente de nuestra existencia, una forma para explorar en el entorno de nuestras aspiraciones y plegarias, los mensajes y señales que el Creador mismo ha puesto para potenciar nuestras capacidades, para sintonizarnos con su amor y sobre manera para experimentar su presencia.

Las conversaciones estratégicas son una experiencia permanente de renovación de nuestro espíritu de aventura, de nuestra capacidad de soñar, para encontrar nuevas formas de ver el mundo, nuevas formas de lanzarme a conquistar la Creación, que nos invite cada vez más a encontrarnos con la esencia de lo que somos y la herencia que hemos recibido: ser imagen y semejanza con DIOS.

Referencia
HOVERSTADT, P. (2008) The fractal organization. Creating sustainable organizations with the viable system model. John Wiley & Sons. 

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