sábado, 4 de mayo de 2019

Reacción y Respuesta


En el mundo de las relaciones humanas dos palabras son claves: reacción y respuesta. La reacción tiene que ver con la memoria, con las experiencias pasadas, con tus conocimientos y saberes previos, con aquello que tenemos como base de nuestras decisiones y quedó marcado en nuestro interior luego de que algo pasó en nuestra vida. La respuesta, es lo que ocurre en el momento presente, no tiene que ver con lo que pasó, sino con la consciencia, con la atención plena, donde nos enfrentamos a la novedad que ocurre en tiempo vigente, que nos permite entender la escena como única e irrepetible (Osho, 2019).

Muchas personas se pasan la vida reaccionando, es decir, tratando de dar forma al presente basados en sus hechos pasados, en sus conocimientos previos, mirando al futuro con un retrovisor, donde posiblemente no podemos ofrecer interpretaciones distintas a la realidad, pues se encuentran atrapadas en sus propias memorias y no se dan la oportunidad, de abrir una nueva página para re-escribir su propia historia en tiempo presente.

Quien constantemente reacciona no se da la oportunidad de vivir la inestabilidad del tiempo actual, ni se ocupa de mirar nuevos escenarios para actuar, pues su manera de ver el mundo y las “verdades” que allí mantiene, le dan la razón de sus acciones. En este sentido, todo aquel que reacciona entra en obsolescencia de su propia vida, en una espiral de conocimientos descendente que deteriora sus propia perspectiva del mundo y lo margina de nuevas posibilidades que se encuentran fuera de sus propios dominios.

De acuerdo con Osho (2019), quien responde, se abre al momento a momento, abre sus ojos al tiempo actual, para ver la situación con claridad, sin sobresaltos y sin prejuicios de experiencias previas, permitiendo que la serenidad de la mente elabore, reconozca y explore para actuar de forma concreta y sin marcas particulares. Un ejercicio que libera al hombre de sus restricciones autoimpuestas, para dar respuesta al momento, generando sorpresas y experiencias inesperadas, que le sorprenden y le habilitan para cambiarla.

Cuando reaccionamos, no se cambia la situación, se trata de enmarcar en las experiencias previas que posiblemente no corresponden con el momento y contexto donde ocurren las nuevas situaciones. Cada momento en la vida es diferente, por lo tanto todo aquello que intentamos explicar desde lo que hemos aprendido, posiblemente no será lo más adecuado frente al incierto que plantea lo que ocurre en este instante.

Si nos acostumbramos a responder, sin restricciones, con atención plena y sin prevenciones previas, podemos mirar los momentos con mayor libertad, con la consciencia clara y atenta donde, los saberes previos se reinventan y renuevan, para darle sentido a la existencia renovada que se tiene delante, pasando de una intrincada serie de variables con registros emplazada en nuestra memoria, para explorar y sorprendernos frente a la novedad que este instante nos propone.

Las experiencias previas nos marcan, nos dicen que algo ocurrió, y por tanto es necesario, no sólo aprender de ellas, sino desaprender de forma permanente, para enriquecer y renovar nuestra propia historia, como una hoja en blanco donde a diario re-escribimos y respondemos por la historia inacabada de una existencia continuamente nueva.

Referencia
Osho (2019) Sal de tu zona de confort … y empieza a vivir. New York, USA: EDAF Ediciones.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario