Revisando un
reciente artículo donde se entrevista al Dr. Mark Mcgregor (McGregor, 2018),
CEO de Leadership Academy of Barcelona, se plantean tres preguntas que pueden
ser de interés para revisar que tanto estamos dispuestos a lanzarnos a cruzar
nuestra zona cómoda y encontrar los nuevos retos que nos lleven a un nuevo
nivel de desarrollo personal y profesional. Las preguntas son:
- ¿Cuál ha sido tu frustración más significativa, qué has aprendido de ella y cómo lo has aplicado?
- ¿Cómo se mantiene creativo y se expone a nuevas perspectivas?
- ¿En qué ha cambiado de opinión últimamente?
La primera implica
necesariamente el ejercicio natural de aprendizaje. El aprendizaje se habilita
cuando estamos expuestos a situaciones no conocidas, o donde lo dudoso de las
actuaciones es la norma. En este punto, la sorpresa y la impericia, obligan al
ser humano a dar un paso en medio del incierto, para cuestionar los saberes
previos y construir nuevos, lo que implica salir de su posición actual y entrar
en terrenos inéditos donde todo está por descubrirse.
Aprender es la
esencia misma de las transformaciones. Los cambios en las personas obedecen a
aprendizajes/desaprendizajes que se concretan en su interior, que, mediados por
su capacidad cognitiva, reconoce nuevos patrones y los incorpora como nuevos
saberes disponibles para ser usados y renovados conforme las situaciones lo
requieran. Responder la pregunta, es contestar desde la experiencia del aprender,
que reconoce en el “no saber” la virtud para retarse a sí mismo.
La segunda pregunta
interroga sobre nuestras restricciones autoimpuestas, esas que vamos creando
alrededor de los lentes con los cuales observamos y conocemos el mundo. Cuando
deseamos exponernos a nuevas perspectivas, estamos dispuestos a liberarnos de nuestros
propios prejuicios, marcos de conocimiento y entendimiento de la realidad. Es
importante recordar que la respuesta que tenemos a la fecha de nuestras preguntas,
dan cuenta de un debate propio de circunstancias de tiempo, modo y lugar.
Romper con la visión
privilegiada del entorno en un momento dado, es tratar de pensar “por fuera de
la caja” y “crear cajas alternas” que expliquen la lógica del mundo desde una
perspectiva distinta. En este sentido, dar respuesta a la segunda pregunta es
lanzarnos a dar posturas diferentes de realidades conocidas, repensar lo que
otros han propuesto y demostrarnos a nosotros mismos que podemos generar aportes
a las problemáticas con una mirada fresca y renovada que vaya más allá de lo
que hasta el momento sabíamos.
La tercera pregunta
es un ejercicio de humildad. El reconocimiento que podemos cambiar nuestra
forma de ver las cosas, es abrirnos al reto de dejarnos interrogar por propuestas
distintas, que reten y actualicen nuestro entendimiento del mundo. Cambiar de
opinión, dicen los maestros espirituales, es de sabios, es reconocer que tenemos
mucho que aprender y que nuestra vida no es cuadro en la pared, sino una
película en movimiento.
Tener la capacidad de
cambiar de postura o posición sobre un aspecto en la vida, es el resultado de
un proceso de conocimiento interior y de búsqueda de transcendencia humana, que
no responde a criterios académicos, sino a la experiencia personal de encontrarse
consigo mismo y ver cómo reinventarse desde la posibilidad de abrirnos a nuevos
conocimientos.
¡El reto queda
servido para todos! Las tres preguntas nos presentan una ruta de transformación
personal, que no inicia o termina con las respuesta a las mismas, sino que
sugieren una excusa permanente para superar la inercia de la zona cómoda, donde
definitivamente existe mucha tranquilidad, pero donde nada crece, nada se
renueva y todo se envejece.
El Editor
Referencia
McGregor, M. (2018) Could
you answer these 3 questions? European
Business Review. September.Recuperado de: http://www.europeanbusinessreview.com/could-you-answer-these-3-questions/
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