domingo, 30 de septiembre de 2018

Talento rebelde


“Romper con las reglas” es una demanda que muchas organizaciones tienen ahora como mantra para desarrollar sus actividades. “Romper con las reglas” es una respuesta natural contra lo establecido, contra lo que se sabe y contra la zona cómoda. “Romper con las reglas” es un llamado a renacer y reinventar aquello que consideramos concluido e inventado.

Esta nueva frase tiene en su interior, una invitación de fondo para reconocer nuestras cegueras cognitivas, sociales, profesionales y espirituales, que permite que aquello que está anquilosado, caduco y poseído por la herrumbre, sea activado nuevamente para ponerse a tono con los tiempos actuales. En este sentido, como afirma Maturana (2002, p.33), “el respeto por sí mismo no constituye en la diferencia con el otro, sino en la aceptación de la propia legitimidad”.

Romper con las reglas, es lo que hizo un hombre nacido en Nazareth, que superando las costumbres de su tiempo, renueva la esencia de un mensaje que invita a concretar una postura “rebelde”, que no atropella y desplaza a los otros, sino que los convoca para que se abran a una realidad que incluye, acoge y descubre la esencia misma de cada persona.

De acuerdo con Gino (2018), son características del talento rebelde, las que se mencionan a continuación, las cuales plantean esa ruta que está más allá de nuestra vista cómoda y nos demuestra la grandeza y generosidad de un DIOS que vive en cada uno de nosotros. Las características son:
  • Novedad: en busca del desafío y de lo nuevo,
  • Curiosidad: preguntar todo el tiempo "por qué",
  • Perspectiva: ampliar su visión del mundo y verlo como lo ven los demás,
  • Diversidad: tendencia a desafiar los roles sociales predeterminados y a llegar a aquellos que pueden parecer diferentes,
  • Autenticidad: permanecer abierto y vulnerable para conectarse con los demás y aprender de ellos.

Figura 1 Características del talento rebelde (Elaboración propia, basado en Gino, 2018)

Comprender que estamos llamados a materializar un “talento rebelde”, es comprender el llamado de la divinidad, para ver de forma distinta nuestra realidad; preguntarnos todo el tiempo sobre cómo hacer las cosas nuevas; descubrir la visión amplia de la vida desde los ojos de los otros; encontrar en la diferencia una razón más para incluir y reconocer al otro; y finalmente experimentarse vulnerable, como la forma de vida que nos mantiene conectados con “el no saber” y abrirnos como buenos discípulos a aprender/desaprender del propio “maestro”.

No somos accidentes en el mundo. No somos efectos de una realidad contingente. Somos seres privilegiados y creados por el “talento rebelde” de un DIOS trascendente (cualquiera que sea tu imagen de él), que nunca deja de atender y escuchar a su creatura. De una fuerza indomable de la gracia y de bendición, que no es obra de un mundo temporal y decadente, sino de una promesa sobrenatural, siempre viva y poderosa, que ha legado en cada uno de nosotros la semilla de su generosidad, para germine en dones y luces que den testimonio de su amor sin límites.

El Editor

Referencias
Gino, F. (2018) Rebel talent. Why it pays to break the rules at work and in life. New York, NY. USA: Harper Collins Publishers.  
Maturana, H. (2002) Formación humana y capacitación. Santiago, Chile: Dolmen Ediciones – Oceano.

sábado, 22 de septiembre de 2018

Estar conectados


Se afirma que estamos en la era de la información y los flujos de datos. Una era donde las relaciones entre las personas y sus decisiones responden a criterios basados en información y muchas veces orientados o guiados por la ejecución de algunos algoritmos, los cuales todo el tiempo siguen los pasos de los individuos a través de sus conexiones en la red.

Estar conectados supone estamos expuestos a sobrecarga de información, a información de alta y baja integridad, a datos que posiblemente no podemos verificar y sobremanera, a dinámicas de intereses que no podemos revelar. Estar conectados es un ejercicio de comprensión de un espacio de interacción que está más allá de nuestro entendimiento, pues son muchas variables las que actúan para que el efecto de estar “conectados” se haga realidad.

Bien anota Perrow (1999), que las fallas son motivadas por las conexiones entre los diferentes elementos de la realidad, pues a mayor conectividad, mayor posibilidad de efectos colaterales no documentados, los cuales ponen en tensión el nivel de conocimiento de la realidad y demandan una comprensión del nuevo escenario que emerge como resultado de la interacción de sus objetos. Así las cosas, estar conectados, además de ser una oportunidad, supone una gestión de riesgos que es necesario adelantar.

Los riesgos de estar conectados inician con los motivos para hacerlo: por gusto, por diversión, por información, por ocio, por aprendizaje, por compras entre otros tantos. Comprender el alcance de esta acción nos pone en alerta para no dejarnos alcanzar por la inminente sugerencia de la red para llevarnos a sitios que no tenemos previstos visitar. Dejarnos seducir por otros contenidos que no teníamos en el radar, es desviarnos para explorar nuevas experiencias que pueden sorprendernos positivamente o dejarnos con sabores amargos y desconciertos.

Otro elemento a tener en cuenta al conectarse, es la consecuencia de hacerlo. Evaluar cómo terminamos la conexión es una parte particular de la experiencia. Si luego de estar “en línea” terminamos agotados, desesperados, animados, tranquilos o exhaustos, es importante comprender qué pasó, para no dejar que los sentimientos de esta conexión afecten de forma contraria, la esencia misma de nuestra humanidad. Debemos estar atentos a lo que sentimos luego de estar conectados, pues todo lo que hemos recibido puede y tendrá efectos en nuestra mente. Dicho efecto será pasajero o permanente dependiendo de nuestra motivación inicial y de los hechos concretos que afectan directamente nuestra psique.

Si existe una motivación y las consecuencias del acto de “conectarse”, lo que sigue son los efectos emergentes que median estos dos momentos. Los conocimientos, sentimientos y acciones que surgen pueden responder a diferentes experiencias que se concretaron en el ejercicio de la conexión. Hacer evidente estos efectos, es entender al individuo que las motiva, y las respuestas que se materializan. 

Quien diga que después de estar conectado, no le ha ocurrido nada, debe saber que una vez se concreta el acto de “conectarse”, la persona ha dejado de ser la misma. Redes de información y experiencias de otros ya han afectado y nutrido sus sentimientos y conocimientos sin darse cuenta. Reconocerlo, es hacer evidente que tenemos que ser prevenidos y cautos cuando de “conectarnos” en la red se trata, pues quedamos expuestos tanto a oportunidades y reflexiones constructivas que enriquecen y edifican al ser humano, como a posturas radicales o extremas que no suman o aportan.

El Editor

Referencia
Perrow, C. (1999) Normal accidents. Living with High-Risk Technologies. Princeton, NJ. USA:
            Princeton University Press.

domingo, 16 de septiembre de 2018

Transformación personal


Revisando un reciente artículo donde se entrevista al Dr. Mark Mcgregor (McGregor, 2018), CEO de Leadership Academy of Barcelona, se plantean tres preguntas que pueden ser de interés para revisar que tanto estamos dispuestos a lanzarnos a cruzar nuestra zona cómoda y encontrar los nuevos retos que nos lleven a un nuevo nivel de desarrollo personal y profesional. Las preguntas son:
  1. ¿Cuál ha sido tu frustración más significativa, qué has aprendido de ella y cómo lo has aplicado?
  2. ¿Cómo se mantiene creativo y se expone a nuevas perspectivas?
  3. ¿En qué ha cambiado de opinión últimamente?

La primera implica necesariamente el ejercicio natural de aprendizaje. El aprendizaje se habilita cuando estamos expuestos a situaciones no conocidas, o donde lo dudoso de las actuaciones es la norma. En este punto, la sorpresa y la impericia, obligan al ser humano a dar un paso en medio del incierto, para cuestionar los saberes previos y construir nuevos, lo que implica salir de su posición actual y entrar en terrenos inéditos donde todo está por descubrirse.

Aprender es la esencia misma de las transformaciones. Los cambios en las personas obedecen a aprendizajes/desaprendizajes que se concretan en su interior, que, mediados por su capacidad cognitiva, reconoce nuevos patrones y los incorpora como nuevos saberes disponibles para ser usados y renovados conforme las situaciones lo requieran. Responder la pregunta, es contestar desde la experiencia del aprender, que reconoce en el “no saber” la virtud para retarse a sí mismo.

La segunda pregunta interroga sobre nuestras restricciones autoimpuestas, esas que vamos creando alrededor de los lentes con los cuales observamos y conocemos el mundo. Cuando deseamos exponernos a nuevas perspectivas, estamos dispuestos a liberarnos de nuestros propios prejuicios, marcos de conocimiento y entendimiento de la realidad. Es importante recordar que la respuesta que tenemos a la fecha de nuestras preguntas, dan cuenta de un debate propio de circunstancias de tiempo, modo y lugar.

Romper con la visión privilegiada del entorno en un momento dado, es tratar de pensar “por fuera de la caja” y “crear cajas alternas” que expliquen la lógica del mundo desde una perspectiva distinta. En este sentido, dar respuesta a la segunda pregunta es lanzarnos a dar posturas diferentes de realidades conocidas, repensar lo que otros han propuesto y demostrarnos a nosotros mismos que podemos generar aportes a las problemáticas con una mirada fresca y renovada que vaya más allá de lo que hasta el momento sabíamos.

La tercera pregunta es un ejercicio de humildad. El reconocimiento que podemos cambiar nuestra forma de ver las cosas, es abrirnos al reto de dejarnos interrogar por propuestas distintas, que reten y actualicen nuestro entendimiento del mundo. Cambiar de opinión, dicen los maestros espirituales, es de sabios, es reconocer que tenemos mucho que aprender y que nuestra vida no es cuadro en la pared, sino una película en movimiento.

Tener la capacidad de cambiar de postura o posición sobre un aspecto en la vida, es el resultado de un proceso de conocimiento interior y de búsqueda de transcendencia humana, que no responde a criterios académicos, sino a la experiencia personal de encontrarse consigo mismo y ver cómo reinventarse desde la posibilidad de abrirnos a nuevos conocimientos.

¡El reto queda servido para todos! Las tres preguntas nos presentan una ruta de transformación personal, que no inicia o termina con las respuesta a las mismas, sino que sugieren una excusa permanente para superar la inercia de la zona cómoda, donde definitivamente existe mucha tranquilidad, pero donde nada crece, nada se renueva y todo se envejece.

El Editor

Referencia
McGregor, M. (2018) Could you answer these 3 questions? European Business Review. September.Recuperado de: http://www.europeanbusinessreview.com/could-you-answer-these-3-questions/

sábado, 8 de septiembre de 2018

Anticipar: Comprender la vulnerabilidad


Es claro que siempre estaremos expuestos a la inevitabilidad de la falla, pero no por esa razón debemos esperar a que los eventos ocurran. En este sentido, el anticipar debe ser una capacidad básica, tanto de las personas como de las organizaciones, para tratar de estar delante de la curva y actuar de forma previa para prevenir y comprender aquello que puede ser contrario a lo que queremos o, potenciar una oportunidad que no vemos.

De acuerdo con Weick y Sutcliffe (2007) los eventos inesperados pueden tomar tres formas: a) un evento que se esperaba, no ocurre, b) un evento que no se esperaba que ocurriera, sucede y c) un evento impensable acontece. Estas tres condiciones, establecen un conjunto de condiciones para pensar y diseñar zonas de reflexión que le permitan, tanto al individuo como a una empresa, preparar escenarios concretos, basado en su contexto, con el fin de aumentar su capacidad resiliente frente la creciente volatilidad e inestabilidad de los mercados y su entorno de negocios.

En este sentido, observar la realidad implica, siguiendo los desarrollo clásicos de Perrow (1999) comprender en detalle tanto las interacciones de los objetos, así como su nivel de acoplamiento, es decir que tan cercanos están uno del otro los elementos que se estudian en el ambiente. Considerando esta propuesta, cuanto más fuerte sea el acomplamiento de los objetos y sus interacciones sean mas invisibles e impredecibles, estaremos en una zona inestable e incierta donde la materialización de un evento inesperado es inminente, con efectos en cadena que pueden generar situaciones no documentadas y con escasa capacidad de control.

Así las cosas, Perrow (1999) define un “accidente normal” como “la interacción inesperada de dos o más fallas (debido a las interacciones de los objetos) que causa una cascada de anomalías (por el acoplamiento fuerte de los elementos)”. En esta definición, lo normal no hace referencia a la frecuencia con que ocurre, sino en el sentido de revelar una condición natural e inevitable. Si bien muchos de los desastres se pueden prevenir, existe la aplicación de malas prácticas que pueden acelerar un colapso, más allá de las relaciones entre los dos elementos antes mencionados.

Frente a un ambiente donde lo inesperado y lo inestable es la constante, sabiendo que cada vez más habrá convergencia de tecnologías, disciplinas y saberes, se hace necesario afinar una serie de nuevas prácticas que permitan, tanto a personas como corporaciones, mantenerse atento a la evolución de su entorno, para dar cuenta de su retos y visiones de futuro. Siguiendo a Weick y Sutcliffe (2007), se detallan cinco actividades básicas para mantener una atención activa y consistente que advierta aquellas situaciones que pueden alterar las estrategias futuras y la promesa de valor:
  • Realizar el seguimiento de pequeños fallos
  • Resistir la simplificación excesiva de las explicaciones
  • Mantener la sensibilidad de las operaciones
  • Mantener y desarrollar capacidades de resiliencia
  • Aprovechar la diversidad de conocimientos especializados
En consecuencia, el reto de anticipar en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo, es el ejercicio de toma de decisiones para capitalizar la vulnerabilidad humana o empresarial, que permita una lectura relacional del ambiente, encajar piezas de información recolectadas desde diferentes puntos de vista, incentivar posturas distintas de la comprensión de la realidad, incorporar las lecciones aprendidas y desarrollar una función de inteligencia que construya e influencie el futuro. 

El Editor.

Referencias 
Weick, K. & Sutcliffe, K. (2007) Managing the Unexpected. Resilient Performance in an Age of 
            Uncertainty. Second Edition. San Francisco, CA. USA: Jossey-Bass. 
Perrow, C. (1999) Normal accidents. Living with High-Risk Technologies. Princeton, NJ. USA: 
            Princeton University Press.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Redes grupales de aprendizaje

Si entendemos que “el conocimiento jamás revela sus propias fronteras”, lo que nos lleva más cerca de las incomprensiones de la totalidad, que de la comprensión de la misma (Baeza, 2008) y que “revelar un imaginario social no se trata de verificar que hay de verdad en eso que se construye, sino entender lo que sucede para que lo tengamos verdad” (Pérez, 2017), estamos avanzando en un reto personal y colectivo que nos libera de nuestra propias parcelas de saber.

Al explorar la acelerada convergencia de la tecnología y los diferentes campos del saber, estamos asistiendo al recorrido de un conocimiento salvaje, inexplorado, virgen, que espera que muchos se lancen a conquistarlo, a pesar de la inestabilidad inherente que ello implica, para hacerlo visible y práctico en el contexto real (Indset, 2017).

El aparente desorden que se advierte en la actualidad, no se opone al concepto particular que hemos construido de orden. No por tener más datos e información sobre una realidad, vamos a tener mejores resultados en su comprensión, o mayor orden (Indset, 2017). El reto es precisamente añadir más variedad y complejidad en la mirada de los observadores, con un foco específico, para hacer que las cosas pasen, aplicando los instrumentos adecuados.

En este sentido, las comunidades construyen esquemas que interpretan la realidad, desde una interrelación de redes personales de aprendizaje (Utecht, s.f), que conectadas entre sí, desarrollan redes grupales de aprendizaje, las cuales son resultados emergentes, que muestran cómo los conjuntos sociales fundan acuerdos de cohesión social que se traducen en comprensiones y prácticas que dirigen y concretan visiones particulares de las personas.

En este sentido, el aprendizaje no se centra en el paradigma de un referente particular de un tercero ajeno a la dinámica social, sino como parte de las reflexiones sobre las fallas incrementales o desacuerdos fundamentales, que hacen que la misma estructura social desarrolle nuevos saberes y los incorpore a su red de aprendizaje, en la cual el error, más que una ocasión para recriminar, se convierte en lecciones aprendidas colectivas que les permiten moverse hacia adelante.

Por tanto, la comprensión de lo que llamamos realidad, está directamente relacionada con la red de observadores, los cuales cada uno desde su propia perspectiva, suma al entendimiento y comprensión de aquello que resulta de interés para el conglomerado del cual hace parte. Así, aprender desde esta mirada constructivista y relacional, no es otra cosa que reconocernos como parte de un tejido social el cual influencia a sus diferentes participantes con sus saberes previos, dejando abierta la puerta para que se sumen propuestas novedosas de estos y ver oportunidades antes inexploradas.

De esta forma, no es la homogeneidad lo que define las redes grupales de aprendizaje, sino las diferencias, las posturas inestables, los comentarios contrarios, la vistas complementarias, es decir, una vista policontextual (Pérez, 2017) donde en cada momento se tienen respuestas parciales a realidades contingentes y emergentes, que le recuerdan a la humanidad que es una obra gris en permanente evolución, con sus equivocaciones, con sus dudas y temores, pero con la convicción firme de que en el ejercicio de aprender son más las satisfacciones por los retos superados, que las opacidades que aún se encuentran pendientes por entender.

Referencias
Baez, M. (2008) Mundo real, mundo imaginario social. Teoría y práctica de sociología profunda. Santiago de Chile, Chile: RIL Editores.
Indset, A. (2017) Wild knowledge. Outthink the revolution. London, UK: LID Publishing.
Pérez, S. (2017) Situando los imaginarios sociales: aproximación y propuestas. Imagonautas. Revista Interdisciplinaria sobre Imaginarios sociales. 9. 1-22. Recuperado de: http://imagonautas.webs.uvigo.gal/index.php/imagonautas/article/view/83
Utecht, J. (s.f) Stages of persona learning network (PLN) adoption. Recuperado de: https://www.flickr.com/photos/jutecht/2384289406/sizes/o/