domingo, 4 de febrero de 2018

El "Asombro"

El asombro es la expresión evidente de la ceguera cognitiva, de las tensiones propias de los sesgos humanos y la promesa de la renovación de la forma de ver el mundo. Asombrarse es una cualidad de la mente creativa, de los pensamientos disruptivos y sobremanera, de los espíritus inconformes.

El asombro es una emoción que conecta con la vida y el movimiento, con la dinámica de la incertidumbre y las tensiones conceptuales y prácticas, que saca al hombre fuera de la zona cómoda para descubrir y andar senderos desconocido. Es una expresión de la duda natural que surge cuando un individuo se encuentra frente a aquello que no conoce y donde es necesario avanzar.

Los límites que imponen los marcos de trabajo vigentes, las formas hegemónicas de ver el mundo se debilitan, cuando alguien es capaz de verlos distintos y sorprenderse con los resultados. El asombro es una inquietud que conecta los diversos universos humanos, para concretar respuestas que aún están pendientes de darse y revelar aspectos de la realidad que muchos no se han atrevido a ver y explorar.

Entrar en asombro, es el núcleo de las propuestas disruptivas que buscan nuevas preguntas para dar cuenta con un escenario ignorado, donde los referentes conocidos se desvanecen y nuevas propuestas emergen. Asombrarse es preguntar cosas que nadie pregunta, esperando muchas veces respuestas que nadie posee, por el momento.

En la medida que los pensamientos, los retos y las expectativas se movilicen en la mente de los disonantes y soñadores, habrá oportunidad para construir momentos de asombro, de preguntas riesgosas, de respuestas inesperadas, que abran nuevos caminos para descubrir y desarrollar ideas que cambien la manera de hacer las cosas y los estándares del mundo.

Cuando el hombre es capaz de asombrarse, recupera el sentido natural del niño que nunca renuncia a entender y comprender lo que ocurre en su entorno, renueva y restaura su instinto natural para descubrir y conquistar, retoma el dudar como fuente de la diferencia que se aparta de los cánones sociales e ilustra nuevas fronteras de pensamiento que, como anota Morin (2001, p.117), navegan en mares de incertidumbre con algunos archipiélagos de certezas.

El asombro como emoción en sí misma, es un disparador de aprendizaje y desaprendizaje que confronta los saberes previos de las personas, busca nuevas fronteras de conocimiento que expliquen situaciones inesperadas, elabora y sugiere propuestas arriesgadas y, descubre en el error, la fuente de nuevas oportunidades e inéditas reflexiones que saquen al hombre fuera de sus certezas.

Cuando un individuo se asombra ocurre un desprendimiento conceptual entre lo que sabe y lo que conoce, para lanzarse con ilusión a lo inesperado. Un ejercicio que lo sagrado permanentemente nos propone, para llevarnos sobre retos de amor divino, que restauren nuestra capacidad de asombro: descubrir al otro como verdadero “otro”.

El Editor

Referencias
Zuleta, N. & Zuleta, C. (2017) La creatividad en 7 verbos. Bogotá, Colombia: Intermedio Editores.
Morin, E. (2001) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Barcelona, España: Paidos.

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