sábado, 6 de agosto de 2016

"Headhunter" Divino

Existe una profesión que algunos conocen como “reclutador de personas” y otra más ejecutivas los denominan “cazatalentos” o en inglés “headhunter”. Ambas tienen como función seleccionar el “mejor talento” para su cliente, que por lo general es una organización grande y con presencia internacional. La pregunta que surge en este escenario es ¿qué busca este tipo de profesional para encontrar sus candidatos?

De acuerdo con Arancha Ruiz, en su libro “¿Qué busca el headhunter?”, la respuesta tiene varias aristas. Por un lado “se piden líderes para el cambio y profesionales globales, ágiles y creativos capaces de seguir el ritmo de la transformación” (Ruiz, 2016, p.20). Por otro, se busca que cuenten con “capacidades digitales, talento altamente cultivado, que cuestionen todo, que tomen decisiones basadas en datos y que tengan obsesión por el cliente” (ídem).

Pero ¿qué es el “ritmo de la transformación” ?, ¿qué transformación es la que son capaces de seguir estos profesionales? Preguntas que no responde la mencionada autora. Podemos inferir que habla de una transformación en dos vías, una digital de la sociedad donde se encuentra y otra personal, frente a los eventos que su entorno le presenta.

En la primera vía, la transformación digital, que es el reconocimiento del mundo digitalmente modificado, presenta un desafío novedoso para los profesionales del siglo XXI: cultivar y mantener su empleabilidad frente a la acelerada obsolescencia del conocimiento (Cano, 2016). La cualificación del personal no está supeditada a la actualización de conocimientos requeridos para un cargo particular, sino en el desarrollo de capacidades distintivas que permiten una lectura distinta de la realidad, que sorprenden al entorno y crean un movimiento que cambia el curso de los estándares conocidos.

En la segunda, la transformación personal, esa que es la que búsqueda de la conexión con el ser interior, con el motor del progreso constante, advierte un reto complementario al inicialmente comentado: cultivar y mantener la fe, la esperanza y el amor frente a la “cosificación” de las relaciones y las personas. La competencia que se exige frente a esta realidad, no es qué tanta capacidad de escucha tienes, o qué nivel de compromiso has alcanzado, o qué motivación te mantiene alerta, sino qué tanto has servido a los demás, qué tanto has salido de ti mismo para encontrarte con el otro, qué has hecho distinto para hacer que las cosas pasen.

Mientras el “headhunter” terreno persigue aquellos capaces de seguir la transformación digital, el “headhunter” divino persigue tus actos de generosidad, tus ejercicios de dominio de sí, tus conquistas personales y tus lecciones aprendidas. No te elige como el headhunter terreno, por tu ““alta cualificación”: educación, idiomas, experiencia consolidada, habilidades digitales, de comunicación e interacción social” (Ruiz, 2016, p.21), sino por la apertura, la donación, la entrega, la generosidad y el deseo de aprender/desaprender, que son los signos distintivos de una persona cuyas emociones no conocen frontera y se adaptan a cualquier entorno conocido o por conocer.

Recuerda que si bien el “headhunter” terreno te juzga y atrae para concretar una transacción administrativa que concluye o no una posibilidad concreta para ingresar a una organización, el “headhunter” divino sólo te atrae, te motiva y cautiva para que puedas expandir tus horizontes y capitalizar todo tu potencial, más allá de los linderos que otros han querido imponerte, sin interesar la organización donde quieras estar. Una experiencia educativa que funde la divinidad en tu humanidad, haciendo de ti su mejor talento.

El Editor

Referencias
Ruiz, A. (2016) ¿Qué busca el headhunter? Lo que saben los cazatalentos y cómo emplearlo a tu favor. Barcelona, España: Editorial Conecta.
Cano, J. (2016)  Leer, reflexionar, experimentar y desaprender. Lecciones básicas para los profesionales del siglo XXI. Recuperado de: https://www.linkedin.com/pulse/leer-reflexionar-experimentar-y-desaprender-lecciones-jeimy


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