domingo, 26 de junio de 2016

Dinámica de las organizaciones

Entender la dinámica de las organizaciones, es tratar de comprender la agenda de intereses y juegos de poder y control que las empresas desarrollan. Pareciera que no es de esta manera, sin embargo, los seres humanos, muchos de nosotros nos sentimos motivados por estos ejercicios que generan las intrigas y mantienen una tensión permanente entre los colaboradores y sus directivos.

Mientras más cerca se está de esta dinámica interna de las organizaciones, menos se percibe, pues lo que realmente ocurre, está lejos de lo que realidad revela. Es posible que no podamos acceder a esa red interna de intereses y relaciones, pues no tenemos ni contamos con las llaves de acceso para ingresar, pero lo que si es claro, es que las decisiones que se toman en esos niveles, afectan los destinos y contextos donde todos interactuamos.

Ante esta realidad, parece que estuviésemos atrapados en dos realidades, enfrentados a dos corrientes que circulan en un mismo espacio, a un acto de ilusionismo sofisticado donde cada uno muestra una faceta de su vida que le corresponde para mantenerse mimetizado en alguno de los dos mundos. En este sentido, podemos tomar al menos dos posiciones, seguir la dinámica del juego que plantea el entorno, tratando de no caer en la misma práctica o revelar la trama, lo que implica dejar expuesto a todos en su juego.

Si asumes seguir la dinámica del juego, sabrás que serás un observador privilegiado de la dinámica que presencias. Tu presencia no se deberá notar, pues de hacerlo cambiarán todo su escenario, dejándote nuevamente ausente, aislado y excluido, pues rápidamente se elabora una nueva caja de observación donde de nuevo estarás confinado en medio de “espejos” con una ilusión renovada para que sigas creyendo que estás entendiendo el juego.

Si decides dejar a todos expuestos, debes estar dos o tres pasos adelante, ser el más aventajado de la clase y tomar las opciones para que los que “crean” las cajas, jueguen en la dirección que deseas que jueguen y al final, encontrarse cara a cara con los jugadores, haciendo parte de la rutina oculta y la construcción real de los que no tienen dobles agendas o jugadas calculadas. Esta opción es por demás aventurada e incierta, pues no sabes que puede pasar cuando se plantea el final del juego.

Estas líneas parecen un juego de palabras, una teoría de la conspiración empresarial, una propuesta de contrainteligencia para las fuerzas militares, sin embargo, es el tejido social latente e invisible que nutre las relaciones organizacionales propio de la naturaleza humana que busca formas alternas de mantener poder y control sobre lo que ocurre, para estar delante de los acontecimientos y poder motivar cambios de forma sutil y sin despertar sospechas.

Lo anterior, no es nuevo en las organizaciones, ni en la historia de la humanidad. Muchos eventos han sido y siguen siendo motivados desde escenarios y personas privilegiadas, que con su sagacidad y criterio calculado, han logrado mantener los hilos del poder y el control sin ser notados. 

El reto no está en hacer parte de esta dinámica ni enfrentarla, sino en usar esta construcción social para motivar cambios positivos y tendencias altruistas que permita construir una visión de futuro compartida, donde el poder y el control, no sirvan a intereses particulares, sino que sean ocasión para servir a bienes generales y conquistar propósitos superiores.

El Editor.

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