sábado, 3 de octubre de 2015

Segunda parte de la vida laboral

Muchos documentos y orientaciones existen respecto del desarrollo de una carrera o de una trayectoria. Para algunos académicos (Las Heras, 2011, p.22) las carreras están sometidas al reconocimiento de los méritos por parte de terceros, mientras las trayectorias otorgan una mayor autonomía al individuo para definir cuáles son sus objetivos y cómo quiere alcanzarlos.

Bien sea carreras o trayectorias, el enfrentarse a la realidad de un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo, estimula la reflexión multidimensional que exige una vista más holística del mundo y sus relaciones. Lo nuevo, lo desconocido, motiva establecer vínculos entre diferentes dimensiones de la realidad, observar variables nuevas y darle nuevas interpretaciones a aquellas conocidas. Todo lo anterior necesariamente lleva al tratamiento de la incertidumbre, como fundamento de la manera como nos reconocemos parte de un ecosistema superior y de nuestra capacidad de aprender lo que en cada momento se requiere.

Cuando cultivamos lo anterior, durante el desarrollo de la vida profesional y personal, llevamos los retos y logros a niveles no conocidos, creando una espiral de conocimiento y saberes que nos permiten ver el mundo en perspectiva, habilitando una virtud subyacente y siempre presente en el ser humano, que se ha llamado sabiduría. No es por mucho saber funcional que vamos a poder penetrar las verdades del mundo, sino por darnos la oportunidad para ver en el margen de las hojas y en las relaciones emergentes aquellas manifestaciones que no son propias de nuestros modelos mentales o realidades conocidas.

Llega un momento que luego de más de diez mil horas de trabajo y práctica permanente, se adquiere la maestría en aquello que se ha escogido o nuestra vocación nos ha dictado y conforme se continua desarrollando se llega a un momento donde se experimenta una meseta de conocimiento y saber, que lograr visualizar aspectos de manera previa, incluso advertir cosas que otros no ven. Todo ello confirma una evolución y perspectiva ampliada que anuncia bien un nuevo quiebre en la carrera o trayectoria, o la puesta en marcha del plan de la segunda parte de la vida laboral.

De acuerdo con Drucker (2008) existen tres formas para desarrollar la segunda parte de la vida laboral: desarrollar una nueva carrera, desarrollar una carrera paralela o ser un empresario social. En este contexto, el investigador indica que para que esto ocurra se debe planear mucho antes de que aquel momento llegue.

Si la elección fue desarrollar una nueva carrera, lo anterior implica movilizarte de un tipo de organización a otra, cambiar de dominio de conocimiento, desarrollo de nuevas habilidades, lo que exige necesariamente nuevos retos que motiven una renovación de la forma de ver la vida y la práctica empresarial para hacer contribuciones diferentes y lecturas renovadas de aspectos conocidos y novedosos de la realidad.

Si por el contrario la decisión fue desarrollar una carrera paralela, se invierte tiempo en actividades de voluntariado de aquello que lo motiva, comparte sus experiencias (aquello que queda luego de haberse equivocado muchas veces) con otros y aporta o enseña sobre una vista práctica del mundo que desde su perspectiva ha podido experimentar y comprender.

Si la elección fue ser un empresario social, implica que ya la persona ha alcanzado un nivel de experiencia y madurez en su empresa, y por tanto selecciona una nueva para compartir sus habilidades y propuestas, un profesional del conocimiento que moviliza iniciativas diferenciadores en su nuevo entorno, continuando su vida productiva laboral, consolidando su visión de la vida y el trabajo, preparándose para ser líder y modelo para otros.

Planear y desarrollar la segunda parte de la vida laboral, es una oportunidad para servir a otros para que encuentren su vocación, consolidar una visión y la construcción de saberes y conocimientos que guíen a las nuevas generaciones y un mandato de contribución permanente, que no acaba cuando se alcanza el mayor nivel de aporte o rendimiento laboral, sino que se consolida con la gerencia de uno mismo para mantener la revolución personal que nos lleve al siguiente nivel de evolución.

El Editor

Referencias
Las Heras, M. (2011) Trayectorias vs carreras. IESE Insight. Cuarto Trimestre. 11.

Drucker, P. (2008) Managing oneself. Harvard Business Review. Classics. Boston, Massachusetts. USA: Harvard Business School Press.

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