Muchos documentos y orientaciones
existen respecto del desarrollo de una carrera o de una trayectoria. Para
algunos académicos (Las Heras, 2011, p.22) las carreras están sometidas al
reconocimiento de los méritos por parte de terceros, mientras las trayectorias
otorgan una mayor autonomía al individuo para definir cuáles son sus objetivos
y cómo quiere alcanzarlos.
Bien sea carreras o trayectorias,
el enfrentarse a la realidad de un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo,
estimula la reflexión multidimensional que exige una vista más holística del
mundo y sus relaciones. Lo nuevo, lo desconocido, motiva establecer vínculos
entre diferentes dimensiones de la realidad, observar variables nuevas y darle
nuevas interpretaciones a aquellas conocidas. Todo lo anterior necesariamente
lleva al tratamiento de la incertidumbre, como fundamento de la manera como nos
reconocemos parte de un ecosistema superior y de nuestra capacidad de aprender
lo que en cada momento se requiere.
Cuando cultivamos lo anterior,
durante el desarrollo de la vida profesional y personal, llevamos los retos y
logros a niveles no conocidos, creando una espiral de conocimiento y saberes
que nos permiten ver el mundo en perspectiva, habilitando una virtud subyacente
y siempre presente en el ser humano, que se ha llamado sabiduría. No es por
mucho saber funcional que vamos a poder penetrar las verdades del mundo, sino
por darnos la oportunidad para ver en el margen de las hojas y en las
relaciones emergentes aquellas manifestaciones que no son propias de nuestros
modelos mentales o realidades conocidas.
Llega un momento que luego de más
de diez mil horas de trabajo y práctica permanente, se adquiere la maestría en
aquello que se ha escogido o nuestra vocación nos ha dictado y conforme se
continua desarrollando se llega a un momento donde se experimenta una meseta de
conocimiento y saber, que lograr visualizar aspectos de manera previa, incluso
advertir cosas que otros no ven. Todo ello confirma una evolución y perspectiva
ampliada que anuncia bien un nuevo quiebre en la carrera o trayectoria, o la
puesta en marcha del plan de la segunda parte de la vida laboral.
De acuerdo con Drucker (2008)
existen tres formas para desarrollar la segunda parte de la vida laboral: desarrollar una nueva carrera, desarrollar una carrera paralela o ser un empresario social. En este
contexto, el investigador indica que para que esto ocurra se debe planear mucho
antes de que aquel momento llegue.
Si la elección fue desarrollar
una nueva carrera, lo anterior implica movilizarte de un tipo de organización a
otra, cambiar de dominio de conocimiento, desarrollo de nuevas habilidades, lo
que exige necesariamente nuevos retos que motiven una renovación de la forma de
ver la vida y la práctica empresarial para hacer contribuciones diferentes y
lecturas renovadas de aspectos conocidos y novedosos de la realidad.
Si por el contrario la decisión
fue desarrollar una carrera paralela, se invierte tiempo en actividades de
voluntariado de aquello que lo motiva, comparte sus experiencias (aquello que
queda luego de haberse equivocado muchas veces) con otros y aporta o enseña
sobre una vista práctica del mundo que desde su perspectiva ha podido
experimentar y comprender.
Si la elección fue ser un
empresario social, implica que ya la persona ha alcanzado un nivel de experiencia
y madurez en su empresa, y por tanto selecciona una nueva para compartir sus
habilidades y propuestas, un profesional del conocimiento que moviliza
iniciativas diferenciadores en su nuevo entorno, continuando su vida productiva
laboral, consolidando su visión de la vida y el trabajo, preparándose para ser
líder y modelo para otros.
Planear y desarrollar la segunda
parte de la vida laboral, es una oportunidad para servir a otros para que
encuentren su vocación, consolidar una visión y la construcción de saberes y
conocimientos que guíen a las nuevas generaciones y un mandato de contribución
permanente, que no acaba cuando se alcanza el mayor nivel de aporte o rendimiento
laboral, sino que se consolida con la gerencia de uno mismo para mantener la
revolución personal que nos lleve al siguiente nivel de evolución.
El Editor
Referencias
Las Heras, M. (2011) Trayectorias
vs carreras. IESE Insight. Cuarto
Trimestre. 11.
Drucker, P. (2008) Managing oneself. Harvard Business Review.
Classics. Boston, Massachusetts. USA: Harvard Business School Press.
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