sábado, 26 de septiembre de 2015

Controlar y Aprender

Las personas ven el mundo de formas diferentes. Cada uno desde su realidad observa y distingue aspectos de la vida que pueden o no ser iguales a los de otros. De acuerdo con Kofman (2013, p.99-100) la forma como cada persona establece las diferencias se puede definir en función de dos posiciones, los que quieren controlar y los que quieren aprender.

Los que quieren controlar pretender saber cómo son las cosas, cómo deben ser, y lo que hay que hacer. Ellos dan muchas órdenes y hacen pocas preguntas. Los que quieren aprender son curiosos y humildes, son más cuidadosos al interpretar lo que está pasando y qué hacer al respecto, preguntan más y dan menos órdenes. Tienden a considerar la perspectiva del otro, en lugar que imponer la suya.

Los que quieren controlar manejan las situaciones imponiendo sus propias opiniones y reclamando que las mismas son “la verdad”. Su discurso desconoce la realidad del otro y margina sus comentarios o visión de las reflexiones que se pudiesen dar. Aquellos que no tienen su mismo punto de vista, están en un error. Los que quieren aprender, invitan a los otros a compartir sus diferentes miradas, manejan las situaciones por consenso y reconocen que su interpretación de la realidad, sólo es una parte del todo que se analiza.

Los que quieren controlar, saben en su interior que no conocen la realidad que pretenden modelar y se marginan de las situaciones inciertas que se les pueden presentar las cuales advierten como una amenaza. Generalmente sus reacciones son agresivas o contrarias, para indicar una posición dominante que deja al descubierto su debilidad manifiesta para dar cuenta de la condición inestable de su conocimiento. Los que quieren aprender, se reconocen necesitados de los otros, saben que en el ejercicio de construcción conjunta las situaciones inciertas no son una amenaza, sino una oportunidad para desarrollar nuevas capacidades y conocer puntos de vista diferentes.

Los que quieren controlar están insertados en la pedagogía de éxito, en la necesidad de tener respuestas para todo y la capacidad de entender los detalles ante situaciones inesperadas. Ellos piensan que están elevados por encima de las realidades y que su visión abarca y explica todo cuanto ocurre. Los que quieren aprender entienden que la diversidad y las diferencias suman en el escenario de lo incierto, que la realidad no pertenece a una mirada particular si no que cada expresión de los otros cuenta.

"La ilusión del control es una realidad inestable que se instala de manera silenciosa en aquellos devotos de la pedagogía del éxito; mientras la inevitabilidad de la falla, es la fuente de los que "perseveran" y "aprenden" desde la pedagogía del error".

Así las cosas, cada una de estas personas, las que quieren controlar y las que quieren aprender cuentan con su propio modelo mental, en palabras de Kofman (2013, p.103), su conjunto particular de supuestos, generalizaciones, creencias y valores profundamente arraigados. Por tanto, vincular estos dos perfiles, requiere comprender la construcción cognitiva del otro y cómo ella influencia sus experiencias y acciones.

Los modelos mentales tienen filtros propios que organizan y dan sentido a las experiencias de las personas, determinan lo que existe, lo que es importante, lo valioso, en pocas palabras lo que la realidad significa para ella. En consecuencia, no importa si una persona privilegia el controlar o el aprender, es importante que se reconozca como observador de la realidad, para encontrar allí aquellos puntos que aún continúan desconectados y trazar líneas novedosas que motiven transformaciones sociales y reflexiones personales donde prime la armonía de los contrarios.

El Editor

Referencia

Kofman, F. (2013) Conscious business. How ti build value through values. Boulder, Colorado. USA: Sounds true.

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