La construcción de equipos es uno
de los retos actuales en el desarrollo del liderazgo en las organizaciones. En
este sentido, Fernando Flores (2015, p.110-111), indica “no es suficiente con
juntar a varios individuos y llamarlos un “equipo””, se hace necesario establecer
los enlaces y construcciones sociales requeridas para que encuentren el lugar
común donde todos hacen la diferencia y transforman su propia realidad.
En este sentido, el Dr. Flores
establece que “los equipos no pueden seguir siendo equipos y lograr éxito en
los proyectos que emprenden a menos que sus miembros tengan conversaciones
permanentes y efectivas (…)” por lo cual la elaboración de las redes de
significados concretos y reales de los miembros de los equipos, permiten
establecer el referente base para motivar el desempeño y desarrollo de sus
capacidades y competencias.
Así las cosas, el académico
indica los nueve (9) compromisos que los equipos deben desarrollar para
alcanzar su máximo potencial, no sólo a nivel empresarial sino personal.
1. Lograr una misión compartida y declarada explícitamente
Esto significa que los miembros
de un equipo se comprometen a actuar en función de esa misión y que sus juicios
individuales, de cómo el equipo comparte la misión, es compartido con los demás
miembros del equipo, asegurando una comprensión homogénea de los participantes,
haciendo de las posibles diferencias un punto de conexión que refuerza el
propósito.
2. Apropiar la misión compartida
Todos los miembros del equipo
toman las acciones legítimas que contribuyen a logro de la misión. La
apropiación consiste en “evocar el juicio de que se tomarán acciones en forma
recurrente para cumplir con la misión declarada por equipo” (Flores, 2015,
p.112).
3. Cumplir con el role y responsabilidades explícitas
Si bien cada persona tiene un
papel que cumplir y responsabilidades claves que asegurar, no significa que
actúa solo o sin mediar relación con los otros. Debe asegurar que sus
actuaciones son coherentes con la misión declarada, que las acciones tomadas
por otros son consecuentes por las tomadas por él y viceversa.
4. Desarrollar y llevar a cabo prácticas de anticipación
Tanto el líder como cada miembro
del equipo se comprometen a “anticipar futuros quiebres, así como oportunidades
futuras para lograr la misión del equipo” (Flores, 2015, p.114). Esto es,
desarrollar capacidades de aprendizaje que permitan anticipar nuevas realidades
a las cuales se verá sometido el equipo, de acuerdo con nuevos escenarios que
antes no estaban disponibles.
5. Asegurar la unidad de mando y las declaraciones políticas
Las “políticas”, anota Flores
(2015, p.115) “son las conversaciones que determinan quiénes serán los
hablantes y observadores”, cómo se manejan los intereses propios de las conversaciones
y se establecen los marcos de acción relevantes para la toma de decisiones.
Esto supone la participación de los miembros del equipo para inventar nuevas
posibilidades y plantear estrategias novedosas para la acción, que actualizan
la declaración formal del equipo y su líder en el contexto de su misión.
6. Evocar y generar confianza
La sinceridad es el valor fundamental
que desarrolla y fortalece la confianza. El compromiso con la misión y la
apertura para actuar con competencia en el logro de la misma, es el fundamento
para construir y asegurar la identidad del equipo. Una falla en la sinceridad,
es preciso hacerla pública, reconstruir el contexto en que ha ocurrido y
restaurar los compromisos para continuar con la misión.
7. Contar con un estado de ánimo
El profesor Flores (2015, p.117)
establece los estados de ánimo clave para contar con un equipo poderoso: la
ambición, la aceptación, la serenidad, el respeto, la pertinencia, el orgullo,
el compañerismo y la celebración, cada uno de ellos permiten sintonizar las
energías de los miembros del equipo y asegurar su focalización en los
resultados que se persiguen, sin perjuicio que emociones negativas como la
resignación, el resentimiento, la ira, la arrogancia, entre otros aparezcan,
como juicios automáticos y no como realidades, los cuales deben ser atendidos
por el líder.
8. Construir estándares de juicio del equipo
Los estándares de cumplimiento y
aseguramiento de las actividades deben ser establecidos entre los miembros del
equipo. Estos referentes consideran la vocación del equipo formalizada en su
misión y las capacidades de sus miembros, con el fin de establecer las
exigencias y compromisos de logro que esperan los integrantes del equipo, la organización
y cada persona, como reto individual para ser más y saber más.
9. Superar el futuro de la empresa, del equipo y las carreras de sus
integrantes
Bien anota el académico chileno
cuando afirma “los equipos no sobreviven cuando los miembros se comportan como
mercenarios (cumplir con las tareas y las fechas)” (Flores, 2015, 119) sino
cuando “funden su identidad personal con la identidad del equipo y desarrollan
una preocupación real por el futuro de éste” (ídem). Esto supone que cada
miembro reconoce en el otro el potencial que tiene y habilita posibilidades
para continúe desarrollando su carrera. Es un hacerme cargo en las
conversaciones del equipo que permite alinear el futuro de la empresa con sus
expectativas.
Si los equipos logran asegurar
estos nueve compromisos en el desarrollo de sus actividades diaria, poco a poco
irán perfeccionando su capacidad de aprendizaje y así reinventarse cuando se
requiera, lo cual es el fundamento para asegurar su viabilidad en el tiempo y
la constante participación en las oportunidades que supone un entorno volátil,
incierto, complejo y ambiguo.
El Editor.
Referencia
Flores, F. (2015) Conversaciones para la acción. Inculcando
una cultura de compromiso en nuestras relaciones de trabajo. Bogotá,
Colombia: Centro Nacional de Consultoría – Lemoine Editores. Capítulo 9.
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