sábado, 8 de noviembre de 2014

Entorno VICA


El cambio es la única constante y por lo tanto debemos mantener una posición abierta para enfrentar un entorno VICA – Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo, donde los conocimientos que hemos adquirido entran en tensión conceptual con esta realidad y nuestra capacidad de respuesta ante lo inesperado se compromete. En este sentido, se hace necesario transformar nuestra forma de comprender la realidad y enfrentarnos a la inseguridad de no saber, para nuevamente repensar la forma de delinear nuestro contexto.

De acuerdo con Shea y Solomon (2013) liderar un cambio exitoso, requiere de dos pilares fundamentales: focalizarse en los comportamientos que se quieren cambiar y diseñar el entorno de trabajo para promover dichos comportamientos. Estos dos elementos, establecen la base de la metamorfosis que se quiere desarrollar en las personas y en las organizaciones, como quiera que sólo allí es viable renovar los supuestos base, sobre la cual los individuos actúan y toman decisiones.

Muchas veces los cambios no generan las transformaciones esperadas, pues los gestores de los mismos no son capaces de especificar los comportamientos que se deben renovar y menos lo que ellos significan en el hacer práctico de las personas. Adicionalmente, no se armoniza el entorno de trabajo donde deben darse los nuevos comportamientos, los cuales generalmente entran en conflicto, como quiera que se promueve un cambio en la persona, que no es reforzado por su entorno.
 
En este contexto, las personas quedan atrapadas en un conflicto de cambio, es decir, la necesidad de cambiar para renovarse, que es restringida por el entorno de trabajo que envía mensajes encontrados para que la transformación se dé. Así las cosas, es necesario advertir tanto los comportamientos como las condiciones del cambio para enfatizar el proceso de quiebre que se requiere para suspender lo que ocurre en la realidad y dar paso a la nueva práctica que derriba la inercia previa.

El cambio, es una realidad contingente y sistémica, que constantemente se construye con base en variables inesperadas o patrones emergentes, las cuales confrontan la forma en que entendemos el entorno, para mantenernos alerta y fuera de la zona cómoda, habida cuenta que sólo en una permanente tensión creativa entre nuestro filtro de la realidad y las propuestas inesperadas del escenario, podemos avanzar para superar nuestras propias autorestricciones.

No podemos quedarnos con aquello que hemos conocido y experimentado para enfrentar un entorno VICA, se hace necesario desarrollar la capacidad de cambio, como esa exigencia personal que cada individuo tiene para superar su propia condición actual, para potenciar los talentos desconocidos, que sólo serán revelados cuando la incertidumbre y la certeza se armonicen en un ejercicio que demanda abandonar tierras conocidas y sumergirse en un camino incierto.

Somos producto del cambio y el cambio nos transforma a nosotros. Por tanto, el cambio no puede ser una condición para repensar, sino la fuente misma para renovar nuestra episteme y crear una realidad emergente que sólo fluye y nunca se detiene.
 
El Editor.


Referencia
SHEA, G. y SOLOMON, C. (2013) Leading successful change. Wharton Digital Press.

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