domingo, 23 de marzo de 2014

Competencias Educativas



El tema de competencias educativas es un tópico donde existe aún mucho debate académico y práctico. Mientras unos se enfocan a que el tema tiene que trascender hacia un vista integrada sobre el ser humano, otros establecen fundamentos particulares que se operacionalizan en la práctica de cada individuo.

Sin perjuicio de lo anterior, parece que hay cierto acuerdo en la literatura que existen al menos cuatro competencias educativas básicas que deben tener todos los sujetos: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser. Cada una de ella, complementaria de la otra, forma un cuerpo de capacidades propias del ser humano como fundamento de su integración con la realidad y entorno.

Aprender a aprender, según la literatura, consiste en que los estudiantes se hacen conscientes de sus aprendizajes, construyendo conocimiento a partir de éstos. Una definición conceptual y causal. Sin embargo, el aprendizaje en la vista de sistemas ocurre cuando tenemos un quiebre que nos saca de nuestra zona cómoda y nos percata que algo ha cambiado en nuestro entorno. Es una oportunidad para encontrarse con el entorno y entender cómo hacemos parte de esta realidad.

Aprender a hacer, según los autores académicos, es la aplicación del conocimiento adquirido en beneficio de su entorno social, entendiendo los cambios continuos de su contexto. Una definición operacional y basada en la acción. En la vista de sistemas, el hacer ocurre en la actuación de las personas, en su relación con el entorno y en la vista propia de sí mismo respecto de su contexto social. Es una forma de delimitar el marco informacional que domina la persona, operando en las conversaciones con los otros.

Aprender a convivir, según los educadores expertos, es el respeto por el otro, vivir en el pluralismo, reconociendo y valorando la diferencia, como oportunidad para descubrir al otro. Una propuesta socialmente incluyente. Esta competencia leída en la teoría de sistemas, es delinear las relaciones entre los componentes de un sistema, los cuales definen su comportamiento, una convivencia diseñada para que el todo sume más que sus partes.

Aprender a ser, según los especialistas, es el reconocimiento de lo que somos, de nuestras virtudes y limitaciones, un ejercicio autónomo y libre que busca su realización como persona y profesional. Una definición orientada a la autoreflexión. En la vista de sistemas, el aprender a ser, es el desarrollo de una propiedad emergente del ser humano, sustentada en la transformación interna permanente del ser, que busca su lugar en el universo y que no se acomoda en el ejercicio de su práctica permanente.

Estas cuatro competencias educativas, describen el fundamento del hombre que vive en sociedad, las capacidades requeridas para explicarnos a nosotros mismos, las expectativas que yacen en las declaraciones de un mundo más humano y justo, en síntesis una enseñanza permanente, que sin caer en una vista academicista, abre la posibilidad de una transformación personal que supera los criterios de valoración humanos, para encontrarse con la providencia divina.

El Editor.

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