domingo, 15 de julio de 2018

Reinvención personal: Un ejercicio de aprendizaje profundo


Uno de los grandes retos que tiene la educación en la actualidad es que los estudiantes alcancen un aprendizaje profundo, es decir aquel que construye conocimiento en el interior de cada individuo, que es capaz de crear distinciones nuevas desde su propia experiencia y que sorprende e incomoda su saber previo y el de otros.

De acuerdo con Richards (2018) el aprendizaje profundo viene de explorar, cuestionar y usar las ideas (aprender haciendo – proyectos, laboratorios, experimentos), de abrir espacios para la imaginación que conecte las habilidades de las personas, sus motivaciones y sus retos, con el fin de aprender rápidamente de aquellas cosas que no salieron como se planearon y reinventase rápidamente para volver a intentar.

Aprender de forma profunda, significa ensayar y capitalizar lecciones de cada experimento, aumentar la capacidad de reflexión y crear puentes inexistentes entre conceptos o dominios de conocimiento antes inexplorados. Aprender implica necesariamente intentar diferentes caminos, encontrar salidas inesperadas y callejones sin salida (aparente). En este sentido, aprender de forma profunda, no implica que no se tengan momentos de incomodidad, al contrario, son esos instantes los que muestran que se avanza por el camino más interesante para romper con el statu quo.

En consecuencia, el aprendizaje profundo es un camino de desafíos personales que se plantea en medio de un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo, donde luego de cada acción realizada, lo que tenemos son datos y experiencia acumulada para pensar sobre las decisiones que se han tomado para llegar hasta este punto. Es entender, que tenemos cegueras cognitivas que nos impiden ver un fenómeno y que debemos encontrar diferentes puntos de vista para reconocerlos, entenderlos y superarlos.

Cuando se entiende que aprender implica necesariamente caminar por rutas inciertas y atreverse a experimentar en sitios o lugares inesperados, claro está con arreglo a una vista de juicio ético y de valores sociales acordados, es posible superar la “emocionalidad” que implica no cumplir con lo esperado y transformarla en aprendizajes significativos, que generen nuevas motivaciones para seguir intentando.

Aprender de manera profunda significa en palabras de Fox & Pollack (2017) “juzgar tanto el éxito como el error no por sus resultados, sino por la calidad de las decisiones tomadas”, así como, por los cambios en las estructuras internas del pensamiento y las reflexiones humanas que sacan al individuo de la zona cómoda y lo lanzan a crear nuevas conexiones más allá de su saberes previos.

En este sentido, el aprendizaje profundo implica una honda conexión con la intimidad del hombre, en la esfera de lo cognitivo y lo trascendente que busca hacerse nuevas preguntas, para continuar explorando nuevas respuestas. Un proceso que implica una práctica espiritual, experimental y mental para reinventarse a sí mismo, desde los hechos de sus acciones, el reconocimiento del otro y la visualización de su propio futuro. Es decir, mantenerse en modo aprendizaje, como norma de vida que entiende “la falla” como una forma de reconocerse necesitado, abierto a las oportunidades y crear en perspectiva desde la sabiduría del error.

El Editor

Referencias
Richards L. D. (2018) Changing the Educational System: The Bigger Picture. Constructivist Foundations. 13(3): 331–333. Recuperado de: http://constructivist.info/13/3/331.richards
Fox, O. & Pollack, J. (2017) The net and the butterfly. The art and practice of breakthrough thinking. New York, New York. USA: Penguin Random House LLC.

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