Estar delante de la
curva no es opcional en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VICA). Por
tanto, es un deber estar explorando nuevas fronteras en cada uno de los retos
personales y profesionales cultivando al menos tres (3) habilidades claves para
sobrevivir a las inestabilidades de esta época: “desconectar y conectar”, “descubrir
y sorprender” y “concretar y ejecutar”.
Figura 1. Habilidades claves en un mundo VICA. Elaboración propia
En la medida que una
persona tiene la capacidad de ver el mundo con perspectiva holística, es capaz
de observar y detallar relaciones entre los diferentes elementos de la realidad.
Esto supone, “desconectar” las posturas existentes, enriquecerla con novedosos
aportes que se revelan en el contexto, para finalmente “conectar” lo vigente
con lo inédito, de tal forma, que el resultado constituya una “ganancia teórica
y práctica” que cambie la manera como se entiende un reto, una situación
problemática o la vida misma.
Quien es capaz de “desconectar
y conectar” tiene la habilidad de repensar sus propios paradigmas desde los
cuales conoce y actúa, para encontrarse con la novedad de los nuevos espacios
de conocimiento que surgen cuando su propios marcos de acción cambian. Adquirir
esta habilidad es contar con una neuroplasticidad cerebral que renueva la
manera de construir el mundo y reinventarse a sí mismo.
Experimentar la vida
como un viaje permanente, para abandonar la orilla de las certezas y explorar horizontes
inciertos, implica tener la actitud de la aventura para conocer y descubrir. Es
claro que en este recorrido de mares inciertos, tendrá que enfrentar tormentas
y contradicciones, inestabilidades y contratiempos que lo harán dudar y
posiblemente desistir de su propósito. Esta habilidad, lleva a las personas en
un reto permanente para sorprenderse a sí mismo y encontrar la esencia misma de
su vocación, una cultura del encuentro que no es otra, que alcanzar la
resiliencia personal y profesional.
Las personas que desarrollan
la habilidad para “descubrir y sorprender”, están todo el tiempo abiertas a
aprender y desaprender, en un proceso personal de reto que los prepara para enfrentar
la incertidumbre como parte natural de sus decisiones y acciones. Una rutina de
pensamiento que encuentra en los caminos que no se han recorrido, paisajes que
están dispuestos a dibujar para darle forma a sus sueños y compartirlo con otros.
Un escenario para inspirar y mostrar que es posible hacer la diferencia.
El que sueña con el
corazón en el cielo, debe tener los pies en la tierra. Esta habilidad demanda
concretar la ejecución de propuestas, encontrar los medios y estrategias para desarrollar
esa idea que hace realidad la esencia de
su deseo. Quien concreta, tiene la capacidad de motivar y conectar con las expectativas
y experiencias de otros, con el fin de crear una red de aliados estratégicos
que habilitan los caminos que fundan la plataforma donde un sueño se hace
realidad.
“Concretar y
ejecutar” implica un ejercicio disciplinado y metodológico que se concentra en
los detalles, para darle forma específica a una idea. Esta habilidad, es la
esencia de los que son capaces de ver el mundo de forma diferente, que se lanza
a experimentar y desarrollar prototipos, de correr riesgos calculados e
inteligentes, que saben que al final hay una luz que siempre brilla con
intensidad, la luz de su propia vida, donde los intentos y aprendizajes son la
marca indeleble que confirman su pasión para hacer que las cosas pasen.
Estas tres habilidades
demandan de cada persona que se arriesga a alcanzarlas en la vida una cuota de
trabajo sistemático, una reflexión sistémica permanente y una conexión
espiritual insistente, pues las fuerzas conocidas y los intereses reinantes,
estarán atentos para tratar de desanimarla y retornarla al redil. Por tanto, todos
los que desean sobrevivir a estos tiempos inciertos, deben saber que están
llamados a “quebrar” los paradigmas vigentes, abandonar las certezas
intelectuales y lanzarse a dejar su impronta, creando un nuevo oasis de energía
y valor donde otros puedan renovarse y continuar su camino.
El Editor