El reto por
descubrir el futuro, es un deseo muy escondido en el corazón del hombre. Si
bien vive intensamente el presente, la necesidad de conocer hacia adelante, es
una fuerza interior que lo lleva a establecer patrones o reconocimiento de
tendencias que le permitan estar un poco delante de la curva. ¿Quién no
quisiera conocer qué va a pasar un minuto adelante en el tiempo? ¿Cuántas cosas
podríamos advertir? ¿Cuántas retos podríamos superar?
Algunos piensan que
es mejor no conocer lo que va a ocurrir, pues la sorpresa y el incierto los
motivan y los llenan de energía para asumir la adrenalina que supone estar en
el filo de la ambigüedad y experimentar los límites de sus emociones. Si bien,
cualquiera de las dos posturas frente al futuro son relevantes, en el mundo de
los negocios y las tendencias del mercado, si es clave poder asomarse hacia
adelante para concretar apuestas que posicionen la organización en un lugar
privilegiado del contexto.
Desde esta vista, es
necesario detectar, como anota Burrus (2017), las tendencias fuertes esas
que pasarán quieras o no, esos eventos o situaciones que empiezan a ocurrir o
se darán en el futuro, que permiten transformar el presente, esto es, cambiar de
forma lo que hacemos hoy, para dar cuenta del reto de diseñar y crear las
reglas del futuro, desde la apuestas que hacemos en este momento.
De forma
complementaria, el mismo autor, orienta sobre la identificación de las tendencias
suaves, las cuales se presentan en el entorno con información
razonablemente plausible; esas condiciones que se pueden derivar de datos
creíbles y basados en estadísticas, o aquellas que pueden cambiar si se toman
acciones decidas para que se consoliden. Las tendencias suaves establecen la
base para influenciar el futuro; son la
base para navegar en las posibilidades y sintetizar acciones que materialicen y
concreten nuevas oportunidades para hacer que las cosas pasen.
Combinar
tanto las tendencias fuertes como las suaves, permite elaborar un ejercicio de simulaciones y
escenarios que no sólo crea un entorno de innovación y desafío de los inciertos
e inestabilidades, sino que habilita a
todos los participantes para desarrollar capacidades inexistentes hasta la
fecha, como una forma de quebrar la inercia de lo conocido y lanzarse a
visualizar a través del velo de lo desconocido, los nuevos patrones de
crecimiento y valor.
Si quieres vivir una
vida sin tensiones y estable, sin cuestionamientos, ni movimientos bruscos, y
así lograr diferenciarte en lo que haces, sabrás que no es el camino que te
lleva a ese destino. Sólo en la exigencia de los críticos, los cambios
permanentes de tendencias y los desafíos de los tsunamis “digitales” se
encuentran patrones de transformación y transmutación de espíritus y vidas.
Asume la
inestabilidad y la ambigüedad como una forma de construcción de una
espiritualidad superior, que nace
en la confianza imperfecta de nuestras acciones y las influencias perfectas de
la divinidad, como un referente básico que construye en cada ser humano una
tendencia fuerte, la cual es ajustada desde las tendencias suaves, como ese
timonel que exige la embarcación en medio de la mar, como testigo de su
compromiso con su destino desde sus acciones en el presente.
El Editor.
Referencia
Burrus, D. (2017) The
Anticipatory Organization. Turn disruption and change into opportunity and
advantage. Austin, Texas. USA: Greenleaf Book Group Press.