domingo, 19 de febrero de 2017

Síndrome de Procusto

Recientemente una consultora internacional del Dale Carnegie Institute, ha comentado sobre la importancia del síndrome de Procusto, un personaje de la mitología, un posadero que tenía su negocio en las colinas de Ática. “Cuando un viajero solitario se alojaba allí, Procusto entraba por la noche en su habitación y le ataba las extremidades a las esquinas de la cama. Entonces, había dos posibilidades. Si el viajero era más grande que la cama, Procusto le cortaba las extremidades que sobresalían (pies, brazos, cabeza…) para que ‘encajase’ exactamente en el lecho (1)”.

Este síndrome en la lectura organizacional moderna nos habla de la incapacidad de reconocer las ideas de otros, del temor a ser superados por otros, del eliminar iniciativas, aportes o ideas que puedan dejar en evidencia a un superior, entre otras. Un síndrome a todas luces nocivo para la evolución de una empresa y contraproducente para la cultura y clima organizacional de una corporación en pleno siglo XXI.

Las personas con este síndrome viven prevenidas, se esconden detrás de las prácticas tradicionales e impiden nuevas propuestas que revelen su incapacidad de adaptarse a la nueva realidad de la organización. No permite que se les contradiga con argumentos, se apropian de las ideas y propuestas de otros de forma ágil para recibir reconocimientos y aplausos en los altos niveles, exigen nivel de calidad y perfección que ellos mismos no pueden alcanzar, prima su visión particular e intereses específicos frente a los retos de eficiencia y eficacia.

Una persona con síndrome de Procusto, habilita un escenario para que aquellos que sobresalen por sus talentos especiales, no tengan más oportunidades para brillar por sí mismos, y motiven su fuga a otros departamentos u organizaciones, donde se habiliten espacios de construcción conjuntas, donde la diferencia no sea ocasión de limitación o sometimiento, sino una oportunidad para dar lo mejor de sí y crear una diferencia en la práctica misma de la organización.

Cuando usted detecte que está en presencia del síndrome en mención, deberá saber que si es un superior en la estructura organizacional, no tendrá ocasión de establecer una postura distinta a la que él tiene, para lo cual utilizará toda su influencia y posición para hacer ver que usted no tiene razón o sus argumentos no están ajustados a la realidad de la organización. Por tanto, si quiere mantenerse allí deberá “hacer caso” aún no esté de acuerdo, posición nociva para su propia autoestima y criterio profesional, o buscar alternativas en otros espacios dentro o fuera de la organización.

Participar de una organización supone tener la oportunidad de concretar espacios de construcción de sentido, significado y valor que permita fundar experiencias personales que enriquezcan a los colaboradores de las empresas y de igual forma, definir sus aportes particulares para fortalecer los objetivos y resultados de la corporación. Sin este prerrequisito, las organizaciones serán presa de ejecutivos con Síndrome de Procusto, que generen tracción frente a las nuevas ideas que son necesarias para hacer realidad el futuro de la compañía.

Referencia

No hay comentarios:

Publicar un comentario