Crear el futuro, una consigna
permanente de los empresarios y de todos aquellos que tienen visión de aquello
que vendrá. El futuro es una ilusión inmersa en nuestros deseos, que toma forma
con las acciones de nuestro querer y se materializa con la firmeza de nuestras
convicciones. No es algo que llegue de improviso, o de manera no anunciada, es
una declaración de presente que se ilumina en una promesa cumplida en
circunstancias de tiempo, modo y lugar.
El instinto creador es la
competencia fundamental de aquellos que crean el futuro. Un deseo natural por
navegar en medio de las aguas turbulentas de lo inesperado, que aprende de lo
que ha ocurrido en el pasado, define la apuesta de su presente y conecta los
puntos en el futuro. Desafía el conocimiento y la práctica tradicional para
compartir su visión de futuro con su competencia, pues en ella encuentra una
contraparte inteligente que lo hará mejor participante en los escenarios aún
sin especificar.
Los crean el futuro ven a través
del desorden y las contradicciones, tienen la rara habilidad de proponer y
encontrar un camino que describe una posibilidad, más que una probabilidad. Se
preparan para un viaje sobre lo incierto, por lo cual deben preparar su mente y
corazón para crear una vista flexible que establezca los parámetros donde la
improvisación estratégica aparece, no como algo inesperado, sino como contexto
estructural que define su intencionalidad estratégica.
Los que crean el futuro se
enfrentan a dilemas, a situaciones donde “aparentemente no hay una solución
plausible”, donde la realidad parece comprometer nuestra capacidad de
actuación. Los creadores de futuro, confrontan los dilemas y repiensan el
contexto que los contienen, para superar las posiciones tradicionales, y tener
la oportunidad de pensar por “fuera de la caja”. La confusión y la ambigüedad,
son el fundamento de su razonar, por tanto el reto que asume transforma su
cosmovisión y la forma como ve el mundo.
Los creadores de futuro se
sumergen en primera persona en un proceso inmersivo de aprendizaje. Se enfrenta
a un mundo que es diferente de él y por tanto, demanda una posición de apertura
y reconocimiento que lo llevará a cambios tangibles en su forma de actuar, ver
y construir su realidad. Los creadores de futuro conectan sus propias
experiencias con los escenarios y contextos diferentes al suyo para ver cosas
que desde su propio paradigma no puede ver.
Los que buscan crear el futuro,
leen la incertidumbre del ambiente como variable positiva, como quiera que en todos
sus movimientos, exhibirá oportunidades y posibilidades, donde la esperanza de
logro y transformación es real. Crear el futuro, es un ejercicio de confianza
en las habilidades, las competencias y los instintos. Es una mezcla, no necesariamente
homogénea de indicadores, que advierte la transparencia de sus reflexiones y
pensamientos, con vocación de servicio y resistencia a toda prueba.
Aquellos que se lanzan a crear el
futuro, crean prototipos que anticipan los fallos y lecciones aprendidas, para
avanzar con mayor celeridad. Aprenden observando a las personas hacer con sus
creaciones, para reinventar sus propuestas y servicios. En pocas palabras,
saben que el futuro no espera y no deja de avanzar, que es una oportunidad
valiosa para experimentar y observar el observador que es.
Crear el futuro, no es solamente
tener la visión de futuro, pasión para lograrlo e inversiones para hacerlo
realidad, es la habilidad de conectar realidades, expectativas y deseos para
delinear una ruta compartida que siempre tiene una “puerta abierta” para hacer
que las cosas pasen.
El Editor
Referencia:
Johansen, B. (2009) Leaders Make the Future: Ten New Leadership
Skills for an Uncertain World. San Francisco, USA: Berrett-Koehler
Publishers.
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