Dice una máxima de
la estrategia china: “No despliegues a un dragón oculto”, una frase algo
extraña y contradictoria, pues nuestro sentido común nos dice que si es algo
que es poderoso como un dragón debería poderse revelar.
La explicación de
esta frase va como sigue: “No despliegues
un poder, cuando debe estar oculto. Un poder debe esconderse mientras esté
inmaduro y sea insuficiente para influir sobre una situación de manera
constructiva”. Una explicación que cobra sentido y habla de la prudencia y
el tiempo requerido para que ese “poder” tome forma y fuerza para poderse
desplegar.
Cuántas veces hemos
visto salidas en falso de personas, que no estaban preparadas lo suficiente
para impactar de manera positiva. Cuantos intentos fallidos de personas
presurosas que querían sorprender a otros con sus nuevas habilidades. Cuantos
profesionales que se arriesgan a hacer cosas para las cuales aún requieren
mayor entrenamiento. Tanto momentos que sólo por el afán de sobresalir,
terminan opacando el poder que tienen en sus manos.
Un poder, es una
responsabilidad. Por tanto, cuando tal poder está en formación, debe pasar
largas horas de preparación, sometida a estrictos regímenes de disciplina y
seguimiento para que esa capacidad, esa habilidad, esa destreza, esa vocación
cada vez más se perfeccione y se haga una con su fuente, para que puede salir a
conquistar el mundo, no para su beneficio, sino para el de todos.
Muchos tenemos
poderes ocultos, habilidades inexploradas, vocaciones olvidadas, que requieren
atención, pues allí vibra la esencia de la transformación que espera el mundo
de cada uno de los seres humanos. Es tan peligroso dejarla salir sin
preparación, que nunca haberla tomado en consideración. Pues en la primera, no
es posible canalizarla de la mejor forma para producir todo el bien que puede
hacer y en la segunda, es renunciar a los triunfos futuros para los cuales
ellas te preparan.
No podemos
anticiparnos a actuar con nuestros poderes, sin madurarlos; ni tampoco dejar de
usarlos, para olvidarlos. Se requiere estar conscientes del compromiso que
implica brindarles toda la atención y la formación, pues al hacerlo se estarán
potenciando nuevas posibilidades para hacer que las cosas pasen y tomando en
consideración talentos que estaban latentes esperando su oportunidad para revelarse.
Muchos hoy pueden
estar preparando sus “poderes” para impactar positivamente el mundo, otros sólo
viendo que las cosas pasan, que otros deciden por ellos y que existen personas
que se lanzan a descubrir sus dones. Cualquiera que sea la distinción que
selecciones habrá implicaciones para tu vida, unas que te obligarán a salir tu
comodidad y otras que te llevarán a la inercia que todo lo acaba y lo destruye.
Así pues que
comienza a domar el “dragón” que llevas dentro, esa figura y poder invaluable
con el que has nacido, para que surtiendo las exigencias del entrenamiento y
fatiga propias del dominio de sí, puedas revelar al mundo, la transformación de
un ser ordinario en una persona extraordinaria.
El Editor
Referencia
CLEARY, T. (1996) El arte de la estrategia. Lecciones de negociación basadas en la
antigua sabiduría china. Ed. Edaf.
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