sábado, 6 de septiembre de 2014

Aprehendizaje Estratégico

Revisando algunos apartes del libro “Strategic IT” de Arthur M. Langer y Lyle Yorks editado por John Wiley & Sons en 2013, se establece que la “strategic advocacy” o “promoción o venta de la estrategia” debe ser una forma de pensar y actuar particularmente de los directores o gerentes de tecnología de información. Para ello, los autores establecen dos conjuntos de competencias claves:
 
1. Participar y desarrollar un aprendizaje (un saber) estratégico y actuar estratégicamente.
 
2. Tener la habilidad política para construir un capital social y efectivamente influenciar a otros sin depender de la autoridad formal.
 
Desarrollar la primera competencia implica que la persona debe sentirse cómoda con la ambigüedad y tomar riesgos calculados. Esto significa que sus estructuras mentales deben estar adecuadas para enfrentar segmentos no lineales de la realidad, combinar las probabilidades con las posibilidades y forjar una visión sobre lo que puede y debería ser el futuro. Es una apuesta, que supone poner a prueba lo que ha conocido de la realidad, aquello que le sorprende del presente y eso que lo desvela del futuro.
 
Esta competencia clave para abrir posibilidades en el hoy, que permite transformar el futuro, demanda un cambio de paradigma, de enfoque, de marco tecnológico de las personas, pues supone entender las expectativas políticas e intereses primarios de los ejecutivos de primer nivel, para luego generar conversaciones estratégicas; aquellas que repiensan la realidad, más allá de las relaciones causa-efecto, creando nuevos caminos para leer el ambiente fuera del statu quo.
 
La segunda competencia implica el desarrollo de una inteligencia política, una capacidad para divisar y delinear los intereses y necesidades ejecutivas con el fin de articular, sus ejercicios estratégicos en el lenguaje de la alta gerencia. No son los indicadores de volumen o de logro en los planes de trabajo lo que hace la diferencia en esta temática, sino la forma como una persona es capaz de persuadir y sintonizar el discurso, con las sensibilidades gerenciales, para que sus propuestas tengan eco en la agenda de las juntas directivas.
 
Dirían en la actualidad que esta competencia es lo que se denomina ser un “perro viejo”, un toro “lidiado en muchas plazas”, cosa que puede ser cierta, sin embargo, es mucho más que eso, pues alcanzar este nivel de alineación y movilización de ideas con recursos, exige desarrollar sensibilidad a los cambios directivos, capacidad de interlocución en ese nivel y mente abierta que perciba cambios y patrones emergentes en sus intereses, conversaciones y decisiones.
 
En consecuencia, todo aquel que aspire a transformar algo en la vida, no solamente debe tener conocimiento experto en un dominio de conocimiento, sino advertir la capacidad de aprehender estratégicamente, es decir, descubrir y revelar la estrategia, esto es, no solo entender los objetivos del negocios, sino habilitar el escenario para descubrir sus fracturas y crear las condiciones para que evolucione de manera anticipada frente al entorno.
 
El aprehender estratégico demanda interiorizar la esencia de un pensamiento que cuestiona la realidad existente, encuentra en la incertidumbre sus fundamentos y habilita a la persona para crear quiebres: aquellos aspectos invisibles de la realidad que se manifiestan cuando nos desinstalamos de lo conocido.
 
El Editor.
Referencia
LANGER, A. y YORKS, L. (2013) Strategic IT. John Wiley & Sons.

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