Revisando el libro de Anthony Robbins, denominado “Poder sin límites. La nueva ciencia del desarrollo personal”, se encuentran lo que el autor declara son las siete (7) “Mentiras del éxito”, que más que “engaños”, son creencias que capacitan a las personas para usar a fondo sus recursos, para quebrar su propia inercia personal y lanzarse a conseguir lo que siempre han querido.
Creencia No.1 – Todo ocurre por su motivo y razón, y todo puede servirnos. Esta declaración nos permite ver la vida como un continuo de oportunidades, de situaciones de donde siempre podemos encontrar una semilla de beneficio equivalente o aún mayor al que esperábamos. No somos fruto de las condiciones, sino protagonistas de nuestra propia realidad, por tanto debemos capitalizar las lecciones aprendidas, recomponer nuestros instintos y explorar nuevas posibilidades.
Creencia No.2 – No hay fracasos, solo resultados. Es una expresión de grandes implicaciones para la vida. Muchas veces programamos nuestras vidas temiendo el “fracaso”, intoxicando la mente y por tanto comprometiendo el futuro. Todos los esfuerzos y proyectos que hacemos, si bien, no siempre llegan al resultado planeado, alcanzamos un bien mayor que nos prepara para acercarnos más a lo que deseamos, aprendemos y logramos mayor experiencia para ser mejores y superar las emociones negativas.
Creencia No.3 – Asumir la responsabilidad, pase lo que pase. Las personas sobresalientes tienden a creer, anota Robbins, que no importa lo que haya ocurrido, bueno o malo, ellos lo crearon. La convicción de que cada una de sus acciones transforma el mundo y moviliza las bendiciones del universo, es el instrumento más poderosos de aquellos que alcanzan sus sueños, una de las expresiones del poder de vivir las posibilidades y no las probabilidades, la madurez de una mente inquieta que ve en el mundo la materialización de sus ideas.
Creencia No.4 – No es necesario entender de todo para poder servirse del todo. Es una expresión del uso eficaz de la información, del conocimiento de lo justo y necesario para encontrar una forma novedosa de alcanzar lo que se propone. Es descubrir las relaciones del entorno que descifran la vista sistémica del todo, sin enredarse en cada una de las conexiones del todo. Es tener la capacidad de observar la totalidad, eliminando aquello que es superfluo, concentrándose en lo esencial, es decir, en ese veinte porciento clave, que apalanca el ochenta porciento de los resultados.
Creencia No.5 – Nuestro mayores recursos son los recursos humanos. Las personas excelentes, tienen un sentido tremendo respeto y aprecio hacia sus prójimos. Entienden que en servicio y donación por otro, es posible vencerse a sí mismo y revelar las potencialidades de los demás. Su búsqueda no es el logro de reconocimientos y lisonjas de los espíritus anclados en las “opacidades” de la gloria, sino la pasión por aprender que no hay realización verdadera y plena, sin un camino permanente de “brasas ardientes” que animen nuestra vocación.
Creencia No.6 – El trabajo es un juego. Bien anotaba una amiga cercana: “Cuando el trabajo, se vuelve “trabajo”, es hora de renunciar”. En esta misma medida, anotaba Pablo Picasso: “Cuando trabajo, descanso; lo que me fatiga es no hacer nada o recibir visitas”. Dos frases que nos hablan sobre descubrir la vocación, ese talento que nos proyecta y nos motiva para descifrar aquello que transforma y evoluciona el mundo. Vivir la esencia de ese “don” que todos tenemos, es crear cada día una forma diferente de trabajar y potenciar tus virtudes.
Creencia No.7 – No hay éxito duradero sin una entrega personal. Detalla Robbins en este punto: “(…) Cuando uno contempla a los grandes triunfadores de cualquier especialidad, descubre que no son necesariamente los mejores ni los más brillantes, ni los más fuertes, ni los más rápidos, pero sí los más perseverantes. (…)” Es la calidad de la entrega y dedicación de la persona, la que distingue a los grandes de los buenos, a los apasionados de los interesados, a los que perfeccionan su talento, de los que usan el talento. Cuando logramos superar nuestros propios límites y salir de la zona de confort, revelamos el brillo de la luz que hemos recibido.
Cuando nuestra fe y nuestras creencias nos posibilitan descubrir el potencial que tenemos comenzamos a vivir una nueva experiencia personal, una forma de penetrar los misterios del mundo, que no es otra cosa que liberarnos de nuestras restricciones autoimpuestas para que brille el ser trascendente que hay en ti.
El Editor
Creencia No.1 – Todo ocurre por su motivo y razón, y todo puede servirnos. Esta declaración nos permite ver la vida como un continuo de oportunidades, de situaciones de donde siempre podemos encontrar una semilla de beneficio equivalente o aún mayor al que esperábamos. No somos fruto de las condiciones, sino protagonistas de nuestra propia realidad, por tanto debemos capitalizar las lecciones aprendidas, recomponer nuestros instintos y explorar nuevas posibilidades.
Creencia No.2 – No hay fracasos, solo resultados. Es una expresión de grandes implicaciones para la vida. Muchas veces programamos nuestras vidas temiendo el “fracaso”, intoxicando la mente y por tanto comprometiendo el futuro. Todos los esfuerzos y proyectos que hacemos, si bien, no siempre llegan al resultado planeado, alcanzamos un bien mayor que nos prepara para acercarnos más a lo que deseamos, aprendemos y logramos mayor experiencia para ser mejores y superar las emociones negativas.
Creencia No.3 – Asumir la responsabilidad, pase lo que pase. Las personas sobresalientes tienden a creer, anota Robbins, que no importa lo que haya ocurrido, bueno o malo, ellos lo crearon. La convicción de que cada una de sus acciones transforma el mundo y moviliza las bendiciones del universo, es el instrumento más poderosos de aquellos que alcanzan sus sueños, una de las expresiones del poder de vivir las posibilidades y no las probabilidades, la madurez de una mente inquieta que ve en el mundo la materialización de sus ideas.
Creencia No.4 – No es necesario entender de todo para poder servirse del todo. Es una expresión del uso eficaz de la información, del conocimiento de lo justo y necesario para encontrar una forma novedosa de alcanzar lo que se propone. Es descubrir las relaciones del entorno que descifran la vista sistémica del todo, sin enredarse en cada una de las conexiones del todo. Es tener la capacidad de observar la totalidad, eliminando aquello que es superfluo, concentrándose en lo esencial, es decir, en ese veinte porciento clave, que apalanca el ochenta porciento de los resultados.
Creencia No.5 – Nuestro mayores recursos son los recursos humanos. Las personas excelentes, tienen un sentido tremendo respeto y aprecio hacia sus prójimos. Entienden que en servicio y donación por otro, es posible vencerse a sí mismo y revelar las potencialidades de los demás. Su búsqueda no es el logro de reconocimientos y lisonjas de los espíritus anclados en las “opacidades” de la gloria, sino la pasión por aprender que no hay realización verdadera y plena, sin un camino permanente de “brasas ardientes” que animen nuestra vocación.
Creencia No.6 – El trabajo es un juego. Bien anotaba una amiga cercana: “Cuando el trabajo, se vuelve “trabajo”, es hora de renunciar”. En esta misma medida, anotaba Pablo Picasso: “Cuando trabajo, descanso; lo que me fatiga es no hacer nada o recibir visitas”. Dos frases que nos hablan sobre descubrir la vocación, ese talento que nos proyecta y nos motiva para descifrar aquello que transforma y evoluciona el mundo. Vivir la esencia de ese “don” que todos tenemos, es crear cada día una forma diferente de trabajar y potenciar tus virtudes.
Creencia No.7 – No hay éxito duradero sin una entrega personal. Detalla Robbins en este punto: “(…) Cuando uno contempla a los grandes triunfadores de cualquier especialidad, descubre que no son necesariamente los mejores ni los más brillantes, ni los más fuertes, ni los más rápidos, pero sí los más perseverantes. (…)” Es la calidad de la entrega y dedicación de la persona, la que distingue a los grandes de los buenos, a los apasionados de los interesados, a los que perfeccionan su talento, de los que usan el talento. Cuando logramos superar nuestros propios límites y salir de la zona de confort, revelamos el brillo de la luz que hemos recibido.
Cuando nuestra fe y nuestras creencias nos posibilitan descubrir el potencial que tenemos comenzamos a vivir una nueva experiencia personal, una forma de penetrar los misterios del mundo, que no es otra cosa que liberarnos de nuestras restricciones autoimpuestas para que brille el ser trascendente que hay en ti.
El Editor
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