Revisando recientemente el
libro “Focus. Use different ways of
seeing the World for success and influence” escrito por los doctores Grant
y Higgins, se plantean dos condiciones básicas para ver el mundo: “jugar para
ganar o jugar para no perder”, pareciera que fuese la misma expresión, pero los
académicos con amplitud de ejemplos nos muestran que no es así.
De acuerdo con los
académicos, podemos tener bien un enfoque de promoción o uno de prevención.
Mientras en las personas que predomina el enfoque de promoción, buscan avanzar
y evitar perder oportunidades, en aquellas que su vista es de prevención,
tratan de minimizar las pérdidas y mantener las cosas operando. Éstas últimas
se aseguran que las cosas no salgan mal.
Ambos enfoques deben ser
armas fundamentales en los individuos como herramientas para movilizarse de un
forma de ver el mundo a otra, como una manera de balancear la estrategia de
emprender un reto interesante, sabiendo que podemos encontrarnos múltiples
contradictores y resistencias, pero igualmente con patrocinadores y movilizadores
que concreten nuestras ideas.
La motivación de los que
tienden al enfoque de promoción, es sus ganas de transformar su entorno, su
energía para movilizar dicha transformación y las ganas de continuar haciendo
que las cosas pasen. Son personas que se lanzan a desarrollar una idea, tienen
una alta autoestima y el reto es el combustible que las motiva y las activa
para comprender el campo de las posibilidades.
De otro lado, los que se
orientan a la prevención, cuidan los detalles, su energía se concentra en
establecer el escenario de riesgos que pueden afectar el proyecto que se
desarrolla, buscan mantener la racionalidad de las decisiones y los costos
asociados con las inversiones, ve a sus asociados como posibles detractores de
sus propuestas, por lo que se advierte con claridad un enfoque defensivo.
Cualquiera que sea tu entorno,
debemos saber usar ambos contextos, dos visiones que debemos emplear según el
momento que se requiera, bien para animar y promover las acciones que nos
permitan “hacer cosas diferentes” y lanzarnos a asumir los riesgos calculados,
o bien para mantener la prudencia de nuestras decisiones y valorar las
probabilidades de los eventos que puedan afectar el buen desarrollo de nuestros
proyectos.
La combinación de las dos
tendencias aquí detalladas, permiten crear una vida centrada en altos ideales y
altamente resistente a las frustraciones, fundando un conjunto de habilidades
prácticas tanto psicológicas como profesionales, que desarrollan individuos que
se enfrentan a la vida, no sólo para superar retos y alcanzar objetivos, sino
seres humanos que se conquistan así mismos, aprenden de cada una de sus
empresas y en cada obstáculo y desilusión, encuentra una oportunidad para
superar lo inesperado.
El Editor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario