domingo, 11 de noviembre de 2018

Pensar lo impensable

Pensar lo impensable, es recrear la mente en el escenario de las posibilidades, para “ver” aquello que se encuentra restringido por los paradigmas vigentes que se tienen. Cuando DIOS pensó el hombre, rompió todos los esquemas para darle vida a una creatura, que siendo imagen y semejanza suya pudiera ser la extensión de su obra en la tierra.

El hombre tiene la capacidad en sí mismo de pensar y pensarse, desde realidades insospechadas, como una forma de encontrar espacios de reflexión que lo mantengan alerta y atento a los cambios y retos que el entorno le provee para llevarlo al siguiente nivel de evolución. Pensar lo impensable, es dar un paso en el incierto, para explorar y experimentar aquello que aún no ocurre y que es posible anticipar. Negarse a hacerlo, es vivir una vida correctiva, poco recomendable y saludable para el hombre moderno.

DIOS en su infinita bondad, siempre abierto y generoso con su creatura, le proporciona medios y contextos para que abra su mente y corazón, con el fin de encontrarse con sorpresas que lo lleven a pensar nuevamente sobre el presente y darle la oportunidad de crear el futuro. Pensar lo impensable, desde la omnipotencia del Creador, es arriesgarse a ver el mundo desde el corazón humano y romper las barreras mentales, que atan al hombre con su conexión terrena, para recuperar su habilidad y conectividad con la fuente divina: la oración.

Esperar hoy que un sistema humano, altamente interconectado, funcione como se espera, es caer en la ingenuidad que este es predecible y analizable, siempre que las relaciones o conexiones no cambien. Liderar desde lo incierto e inestable, es una apuesta por encontrar en la volatilidad del entorno, el camino para decidir sobre la ruta a tomar y tratar de tomar una posición anticipada sobre aspectos inéditos de una realidad antes de que ocurra. Pensar lo impensable, en la dinámica de los humanos, es caminar en el futuro desde las imprecisiones y fallas del presente con el fin aprender rápidamente de las tendencias que son débiles, contradictorias y raras en un marco vigente de comprensión.

DIOS cuando crea al hombre, cree firmemente en las capacidades que este nuevo ser va a fundar y desarrollar. Conoce su entereza, su decisión y resiliencia para enfrentar aquellos momentos contradicción, así como su necesidad de acompañamiento y consejo, que le permita hacer un trabajo, que de justa recompensa y glorificación a su Padre. Pensar lo impensable, es concentrarse en cómo poner al servicio los dones y habilidades humanas, para ayudar a otros a encontrar los caminos de DIOS.

Pensar lo impensable, es el nuevo imperativo de los líderes humanos y la declaración abierta de un DIOS de posibilidades y no de probabilidades. Es decretar en la acción individual, el sello de la excelencia, que no tiene miedo de la crítica y sus contradictores por proponer aquello que no existe. Sus temores no tienen que ver con los “atemorizantes” conceptos y apreciaciones los hombres, sino con la exigencia de su DIOS para dar lo mejor de sí en todas sus actividades y así participar de la comunión permanente de la gracia que todo lo puede.

Nunca piense que el mundo es un lugar acabado, donde no hay opción para renacer, pues son muchas las razones que el Divino Creador ha escondido en lo cotidiano, como ruta de seguimiento y construcción interior, para aquellos que no tienen reparos en lanzarse a rasgar el velo de la realidad y encontrar las pistas divinas que lo conduzcan a convertirse en el sueño pensado de DIOS: un hombre que no se conforma con lo que ha alcanzado y se resiste a la inercia de los que nunca lo han intentado.

El Editor

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