domingo, 3 de junio de 2018

El hombre: Innovación y creatividad


Recientemente vuelve nuevamente a la escena la ya conocida reflexión sobre la relación entre creatividad e innovación. Para algunos, la creatividad tiene connotaciones asociadas con pensar distinto, con una mirada divergente de la realidad (Zuleta & Zuleta, 2017) y para otros, como Ackoff (1997), aquella de liberarnos de las restricciones que el mismo ser humano se autoimpone y experimentar las consecuencias de haberse liberado.

Por otra parte, retomando las reflexiones de Fernando Flores (2013), la innovación es “la emergencia histórica de nuevas prácticas que modifican o desplazan a otras ya existentes y que se encarnan en artefactos o en maneras de relacionarnos u organizarnos”, mientras para los más ortodoxos es el resultado de la ecuación entre “Ciencia + Tecnología + Creatividad”, donde se homologa el ser innovador con el uso ingenioso de la ciencia y la tecnología.

Estas dos posturas para cada uno de los conceptos, revela los encuentros y desencuentos de los científicos, cuando se plantea una revisión convergente de estas dos expresiones del ingenio humano. Lo creativo nace en la mente humana y la innovación es una expresión materializada de esa creatividad, que puede o no ser comercializada. Así las cosas, si algo es creativo, no es necesariamente innovador, pero si algo es innovador, si necesariamente responde a una manifestación de la creatividad.

En línea con la postura de Flores (2013), la innovación genera un quiebre en las prácticas históricas vigentes, creando un punto de inflexión que tensiona los saberes previos hasta ese momento, abriendo una nueva espiral de conocimiento que desconecta los puntos conocidos, genera nuevas apuestas hasta el momento desconocidas y establece una manera inédita de conectarlos y llevarlos a la realidad.

Los negocios digitales como son entre otros Amazon, Netflix o Uber, responden a la dinámica de la innovación, cuando cambian las reglas históricas relativas a comprar en una tienda, ir al cine o tomar un taxi. En este sentido, más allá del acto creativo que tuvieron sus creadores, la magia de esta nueva revolución, está en la manera como cambian las prácticas vigentes por nuevos normales que retan el statu quo en sus diferentes dominios para dar cuenta con una realidad distinta y ahora digitalmente modificada.

En lectura espiritual, cada ser humano es único, especial e irrepetible, la expresión manifiesta de la creatividad de la divinidad: una apuesta de confianza, amor y fe, que entrega en su criatura, las llaves de la creación para ser extensión de su sueño y crear las nuevas dinámicas de la historia de la humanidad. El hombre frente a esta responsabilidad no puede ser inferior y debe mantener una conexión permanente con este mandato, que no es otro que el ser fieles administradores de la vocación y el querer de su Creador.

En este contexto, el ser humano es al mismo tiempo innovación y creatividad, una fusión de entendimientos y saberes, muchos de ellos más allá de su comprensión, que libera a la humanidad de su visión huérfana en la historia, y lo dota de nuevas condiciones de hijo y elegido, que le permiten ser heredero de las primicias de sus Creador. Esto es, explorar y trascender las cosas materiales conocidas, para elevarse y alcanzar nuevos momentos de suspensión de la realidad, donde no existen apreciaciones buenas o malas, sino experiencias significativas que pueden cambiar o no, el estado del arte de su propia lectura de la vida.

El Editor

Referencias
Flores, F. (2013) Orientaciones estratégicas. Surfeando hacia el futuro. Chile en el horizonte 2025. Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad. Disponible en: http://www.cnid.cl/wp-content/uploads/2013/05/Surfeando-2013.pdf
Zuleta, N. & Zuleta, C. (2017) La creatividad en 7 verbos. Bogotá, Colombia: Intermedio Editores.
Ackoff, R. (1997) Cápsulas de Ackoff. Administración en pequeñas dosis. México, México: Noriega Editores. p.117-120

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