Cuando en tu mente
habita un sueño, un reto o una idea, estas ante la magia poderosa del universo
que te llama a conquistar nuevas cimas, nuevos logros y nuevas oportunidades.
Un universo que a diario conspira contigo para que la fuerza del “dueño de la
vida” se haga realidad y transforme, tus preguntas y dudas, en respuestas y
certezas. Nunca dudes que eres siempre elegido para concretar el plan de DIOS
(cualquiera sea de tu ideas de él), pues Él cree firme y decididamente en ti, y
te da todo lo necesario para que hagas realidad tu querer, que es el suyo.
Si lo anterior es
cierto, no podemos ser inferior al llamado de la grandeza; al llamado de la fe
y el amor que lo rodea todo, como ese poder misterioso, siempre nuevo, que confirma
las promesas del “Altísimo” en cada momento de la vida. Nunca olvides que has
sido llamado para ser águila y elevarte en el firmamento; para visualizar tu
propio destino, tu propio proyecto, tus nuevas fronteras. Deja que la fuerza del poder divino que habita en ti, sea la fuente que nutra tus deseos y conjure todos tus temores y miedos.
Desear firmemente
algo en la vida, es hacer un llamado al universo en pleno, para que su poder sobrenatural
active las relaciones necesarias para hacerlo realidad. Cuando la potencia y el
convencimiento de aquello que esperas, es más grande que tus dudas y limitaciones,
eres capaz de quebrar tu zona de confort para leer tu destino en clave de libertad.
Abandonar la orilla de la vida, enfrentar la navegabilidad en un mar cierto, es
el reto de construcción personal que conquista y cruza nuevos umbrales del conocimiento,
del saber y de la realidad.
Nada pasa por
casualidad, no se mueve la hoja de un árbol sin un propósito, sin una
intencionalidad. En este sentido, cada paso que damos en la vida, es la manifestación
permanente de una fuerza que habita en el universo y que se hace realidad en
cada uno de nosotros; no como lo que algunos llaman destino, sino como la
declaración de interdependencia que conecta nuestros deseos y sueños, con la armonía
del todo que habita en nosotros.
Nunca pierdas el foco
ni el rumbo de allí donde quieres llegar, pues no te ha sido revelado esto como
un capricho de la naturaleza, sino como fuego que arde en tu ser, como savia que
nutre mente y como tierra que abona tu historia. Persevera y reta todo el
tiempo tus propios saberes previos, tus propios conceptos y verás cómo cae el
velo de la realidad y se abren nuevas rutas en medio de un mar de incertidumbres,
para conquistar algunos archipiélagos de certezas.
Cuando el entorno
cambia, la vida cambia, los hombres cambian. Cuando tu vida cambia, renaces en
el espíritu de la verdad. Abandonas lo “viejo y caduco” para transformarte en “otro
distinto”, en otro que lee el pasado sólo para aprender y enfrenta el presente como
una puerta por descubrir. No hay un futuro si renuncias a partir y explorar, si
olvidas tus propias capacidades y habilidades, si tus miedos te paralizan.
Recuerda que has
sido declarado como “administrador y señor” de todo lo creado. Un administrador
encargado, que con sus luces y sombras, ha prometido ser diligente, audaz y
práctico para enfrentar los retos, superar las dificultades y entregar resultados
en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo que aún tenemos para descubrir.
El Editor.