domingo, 27 de abril de 2014

No te distraigas



Vivimos en un mundo de desconfianza, marcado por las dobles agendas y discursos acordados. No logramos descifrar si lo que nos dicen es cierto o no, si lo que desean realmente para nuestra vida es el bienestar o solamente servir a otros intereses. Esta suerte de eventos, que ocurren en el mundo, nos define una postura incrédula respecto de la bondad y la generosidad de las personas.

Sin embargo, cuando vemos las manos suplicantes de un recién nacido pidiendo cariño, las manos orantes de un sacerdote pidiendo por su comunidad, la mirada suave y bella de un enamorado para su amada; cuando podemos ayudar a otros a salir de una situación difícil, cuando somos capaces de dejar de hacer algo por encontrarnos con los demás, volvemos a creer que las cosas pueden ser diferentes y que los hechos de bondad y generosidad son más que las manifestaciones egoístas y oscuras.

Como quiera que la vida es un paisaje lleno de figuras con distintos colores y matices, no esperes que las personas sean aquello que tu esperas, o que los momentos sean aquellos que tienes en mente, pues estamos en medio de una dinámica especial que nos sorprende en cada momento, para que no nos habituemos a las condiciones actuales, sino que nos mantengamos en movimiento para continuar creciendo y desarrollando nuestras capacidades y habilidades.

La vida es una demostración permanente de quiebres conceptuales y personales que nos permiten descubrir las posibilidades que podemos crear y las cimas que podemos alcanzar. Cada ser humano viene dotado de talentos y dones especiales, que en la medida que los descubra y los potencie en el servicio a los otros, será capaz de obrar grandes transformaciones y revoluciones, las cuales serán el preámbulo de la impronta que debemos dejar como evidencia de nuestro paso por el mundo.

Nunca pienses que las cosas contrarias permanecerán para siempre, pues estamos hechos de energía y de luz, dos elementos que sólo vibran y fluyen en la naturaleza con la fuerza de nuestros deseos y oraciones, con la bondad de nuestras acciones y con la ilusión de los que creen. Por tanto, es preciso crear una visión retadora y generosa para alcanzar, una ruta de esperanza y poder, para que todo lo que hagamos sea ocasión de alabanza y adoración a tu DIOS (cualquiera sea de tu idea de él), como ofrenda permanente de tu donación entera hacia su presencia.

Por tanto, vive intensamente cada momento como si fuese el último, con la confianza de alcanzar todo cuando queremos, con la certeza de que fuimos ungidos y elegidos desde la eternidad para transfigurar nuestra esencia humana en un fluido de luz interior, que logra todo cuanto toca, todo cuando ve y todo cuanto dice. 

No te dejes distraer por aquellos que retrasan tu evolución: los egoístas, los orgullosos, los arrogantes, los altaneros y los vanidosos, quienes con su doctrina caduca y vacía, se resisten a doblegarse delante de la humildad, ese trono de sabiduría y poder, que esta reservado para aquellos que viven vaciados de sí y heridos por DIOS.   

El Editor

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