domingo, 9 de febrero de 2014

La espiritualidad. Esencia del líder



La palabra líder, revisada tanto en la perspectiva latina como anglosajona, concluye el profesor Landolfi es: “(…) actuar de manera tal de tener cierta lucidez para separar y distinguir las partes constitutivas de algo o de alguien, de tal manera de remover de ellas las que no son convenientes para su crecimiento y desarrollo, produciendo por este procedimiento cierta queja o dolor. (…)”, esto es, como un jardinero que poda aquello que sobra en el árbol que cuida, para que no se detenga y continúe su desarrollo.

En consecuencia un líder, en este entendido, anota Landolfi, “es un experto conocedor de la corporeidad del ser humano, de sus aspectos psíquicos y emocionales, de su estrato mental e intelectual y, por último, debe ser un experto en espiritualidad.” Nótese, que el ejercicio de liderazgo implicar conectarse con el mundo y universo de aquellos que lidera, es entender, en sus liderados, las relaciones internas entre su potencial y sus sueños, cultivar y motivar sus talentos y enfrentar su limitaciones, para liberar su capacidad para transformar su entorno y lograr lo que tanto ha deseado. 

Liderar, implica ir desde dentro hacia fuera, es nutrirse de la generosidad y el mundo de una persona, entender aquello que revela su capacidad de sacrificio, de amor y responsabilidad. Es encontrar aquello que le da sentido a la vida del otro y motiva su trascendencia, es decir, la forma como alcanza su plenitud en el ejercicio de sus talentos y virtudes. Por tanto, dice el autor del libro “La esencia del liderazgo” que el liderazgo: “no es una actividad que ha imponer conductas desde el exterior de las personas sino que, conociendo en detalle a las mismas, ha de estimularlos a quitar y cambiar desde dentro de sí, todo lo que le impida desarrollarse como ser humano.”

Así las cosas, un líder debe cultivar su espiritualidad, su sentido de conexión con la realidad espiritual, es decir, con sus valores, sus metas y con las responsabilidades que le asisten para alcanzar su propio potencial. Es un viaje hacia el interior del ser humano, para arrancar la maleza de la mediocridad, esa enfermedad que nos induce en la inercia y el confort; una elección que nos niega la posibilidad de alcanzar un bien superior y nos deja al margen de la excelencia a la que hemos sido llamados.

Liderar, no es solamente un ejercicio para cuestionar el status quo, de confianza sin arrogancia, de mantenernos abiertos para aprender e ir más allá de sí mismo; es una elección de doble vía, donde líder y liderado, se encuentran siempre uno al servicio del otro, para ayudarse mutuamente para potenciar sus talentos y virtudes, para hacer que las cosas pasen, para que la excelencia que yace en esta relación, se materialice en logros concretos, que nos permitan ser enviados en medio del mundo y alcanzar nuestra visión personal y de equipo.

Anota el profesor Landolfi, “ (…) El líder genuino se ha de poner al servicio de dar a sus liderados lo que él tiene, lo que sabe hacer, sus habilidades y destrezas. (…)” complementaríamos igualmente sus limitaciones y retos, un ejercicio de donación y exigencia propia, que no busca su propio beneficio, sino que alcanza su mayor recompensa en el perfeccionamiento del otro. Una ruta que se ha trazado desde antiguo con el signo indeleble de un madero, donde confluyen y terminan todas nuestras miserias y se hacen plenas todas nuestras virtudes; la forma más elevada de liderazgo conocida, esa vocación de santidad que está asistida por el amor sin límites y el servicio con y por el otro.

El Editor

Referencias:
LANDOLFI, H. (2008) Etimología de la palabra líder. Disponible en: http://www.sabiduria.com/liderazgo/etimologia-de-la-palabra-lider/ (Consultado: 9-02-2014)
LANDOLFI, H. (2011) La esencia del liderazgo. Libro electrónico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario