domingo, 23 de febrero de 2014

Selva interior



Comenta Maxwell en su libro “Sígueme”: “Cualquiera sea tu vocación o ambición en la vida, podrá aumentar tu impacto sobre los otros cuando logres convertirte en un persona influyente para ellos. (…) ” esto es, inspirar y guiar a otras personas individualmente o en conjunto.

Lograr lo anterior, exige desarrollar un trabajo personal, de reconocimiento interior que profundice en lo que somos y queremos, como prerrequisito para encontrarnos con el otro. Esta ruta de exploración humana, nos permite emprender un viaje por una selva interna inexplorada, donde podemos encontrar diversos retos y contradicciones, que nos harán revisar cada uno de nuestros pensamientos e inclinaciones como mapas imperfectos de la geografía de nuestro ser.

Cuando tenemos el valor de sumergirnos en nuestra propia realidad interior, abandonamos nuestras propias autorestricciones, descendemos por los valles más profundos, donde lo deseos más escondidos no pueden escapar, donde no hay otra forma de conocer que tu propia vista, un recorrido que recaba en los misterios más insondables de lo que somos, nuestros aciertos, nuestras limitaciones y nuestros sueños.

Conocer esta extraña vegetación interior, llena de plantas y frutos exóticos, algunos conocidos y otros novedosos, nos permite avanzar en el reconocimiento del terreno y advertir que existen diversos parajes fabulosos que aún están por descubrir. La selva interior tiene sus propios guardianes, sus propias reglas y su propia dinámica, es importante penetrar sus propias defensas, para conquistar los lugares más inhóspitos, pero igualmente los más exuberantes y mágicos.

La flora y fauna interior, exige una habilidad especial del explorador, una especial cuota de agilidad, respeto por lo incierto y valor frente a la adversidad. El explorador debe rastrear a su presa, perseguir su instinto y revelar las estrategias de sus adversarios, sólo así podrá conquistar sus propios temores, infundir respeto en su zona y ganar espacio en su travesía. Recuerda que la selva, te observa y tú a ella, una relación de mutuo conocimiento que de manera permanente revela y oculta sus propios caminos.

Los ríos y montañas que encuentras a tu paso, te recuerdan los desafíos que se proponen en tu entorno, la perspectiva de los cambios y la fluidez de las expectativas. Caminar junto al río es seguir un cauce de poder y transformación, que nutre la selva, la humedece con sus aguas y la cautiva con su paso. Nunca dejes que nubarrones te alcancen cerca al río, pues su presencia podrá desbordarte y cambiar radicalmente tu propia ruta, claro si tu lo permites.

Podrás tomarte horas, meses o años para recorrer esta selva interior, emprender un viaje con un propósito y un reto: estudiar tu propio mundo y tropezar con tu propia esencia. Hasta el más experto explorador sabe que lanzarse en una aventura, no es una tarea fácil, podemos tener mucho entrenamiento y experiencia, pero ciertamente las condiciones del sitio y el momento, nos darán lecciones que jamás podremos olvidar, aprendizajes que marcarán nuestra vidas. 

Por tanto, libera tus anclas y lánzate a descubrir el ser humano valioso, generoso y virtuoso que eres, pues has sido elegido para ser arquitecto de tu propia realidad y nadie puede reemplazarte en esta tarea. 

El Editor

Referencia
MAXWELL, J. (2012) Sígueme. El poder de un verdadero líder. VR Editoras.

domingo, 16 de febrero de 2014

Líderes de opinión



Mucho se habla en la sociedad sobre los líderes de opinión, esos personajes que son referentes de los debates más relevantes en el contexto social y que marcan una vista sobre la realidad y cómo entenderla mejor. 

Los líderes de opinión no son personas diferentes a nosotros, son seres apasionados por sus temas, que muestran sus opiniones al público, sabiendo que habrá siempre contradictores y defensores de sus afirmaciones. Exhiben claramente una posición, que busca proponer alternativas para indagar sobre la realidad y sus retos relevantes. Buscan conectar con los demás y animar la reflexión para desafiar el status
quo. 

De acuerdo con Irene Martínez, en su libro “Marca Profesional”, donde menciona a Susan Harrow, se establecen algunas recomendaciones para posicionarse como líder de opinión:

  • Especializarse y ofrecer pistas para interpretar la realidad. Ofrece una vista clara, sencilla y rápida que aclare y contextualice la información disponible para indagar sobre la situación bajo análisis.
  • Anticiparse a los acontecimientos. Revisar el horizonte de tus reflexiones y plantea escenarios que posibles, que permitan movilizar el pensamiento de las personas y animar reflexiones más elaboradas.
  • Analizar primero eventos relevantes. Mantén tu atención sobre los acontecimientos propios de tu campo, para mantener la novedad de tus revisiones y análisis antes que cualquier otra persona.
  • Definir claramente tu campo de acción. Declarar con claridad en qué área(s) eres estudioso y referente, para que tus reflexiones posicionen tu pensamiento como relevante y requerido para entrar en debates más elaborados.
  • Liderar una organización. El mejor curso de liderazgo, es aquel por el cual no te pagan, generas visibilidad en la opinión pública y ganas credibilidad frente a los terceros. Revisa asociaciones, fundaciones, ONG u organizaciones sin ánimo de lucro.
  • Elegir un estilo. Desafiar lo establecido y promover posiciones diferentes, debe ser parte de la estrategia para conquistar y movilizar reflexiones al margen de las hojas, es decir, escribir derecho con letras torcidas.
  • Aportar valor. Comparte aquello que sabes, aquello que conoces, pues en la medida que logras vaciarte en los otros, aumentar el caudal de generosidad que regresa hacia ti.

Estas recomendaciones suponen un ejercicio permanente de documentación, revisión y análisis que exige mantenernos fuera de la zona cómoda y estar en la búsqueda permanente de propuestas e ideas, que motiven nuestro intelecto para mantener la revolución interna, que destruye la inercia y nos lanza para conquistar nuevos horizontes.

Ser líder de opinión, no es solamente mantenerse visible a los ojos de los medios sociales de comunicación, es una disciplina personal de construcción de marca profesional, de apertura, conexión, agradecimiento, foco y sobre manera curiosidad, para navegar hacia aguas profundas, donde se esconde el tesoro de una vida plena de luz y amor, donde el buen combate nunca se agota y nos contagiamos de la energía misma del universo de la cual estamos hechos: un propósito, una misión, un compromiso.

El Editor

Referencia
MARTINEZ, I. (2014) Marca profesional. Cómo ser sobresaliente, relevante y diferente. Alienta Editorial. 

domingo, 9 de febrero de 2014

La espiritualidad. Esencia del líder



La palabra líder, revisada tanto en la perspectiva latina como anglosajona, concluye el profesor Landolfi es: “(…) actuar de manera tal de tener cierta lucidez para separar y distinguir las partes constitutivas de algo o de alguien, de tal manera de remover de ellas las que no son convenientes para su crecimiento y desarrollo, produciendo por este procedimiento cierta queja o dolor. (…)”, esto es, como un jardinero que poda aquello que sobra en el árbol que cuida, para que no se detenga y continúe su desarrollo.

En consecuencia un líder, en este entendido, anota Landolfi, “es un experto conocedor de la corporeidad del ser humano, de sus aspectos psíquicos y emocionales, de su estrato mental e intelectual y, por último, debe ser un experto en espiritualidad.” Nótese, que el ejercicio de liderazgo implicar conectarse con el mundo y universo de aquellos que lidera, es entender, en sus liderados, las relaciones internas entre su potencial y sus sueños, cultivar y motivar sus talentos y enfrentar su limitaciones, para liberar su capacidad para transformar su entorno y lograr lo que tanto ha deseado. 

Liderar, implica ir desde dentro hacia fuera, es nutrirse de la generosidad y el mundo de una persona, entender aquello que revela su capacidad de sacrificio, de amor y responsabilidad. Es encontrar aquello que le da sentido a la vida del otro y motiva su trascendencia, es decir, la forma como alcanza su plenitud en el ejercicio de sus talentos y virtudes. Por tanto, dice el autor del libro “La esencia del liderazgo” que el liderazgo: “no es una actividad que ha imponer conductas desde el exterior de las personas sino que, conociendo en detalle a las mismas, ha de estimularlos a quitar y cambiar desde dentro de sí, todo lo que le impida desarrollarse como ser humano.”

Así las cosas, un líder debe cultivar su espiritualidad, su sentido de conexión con la realidad espiritual, es decir, con sus valores, sus metas y con las responsabilidades que le asisten para alcanzar su propio potencial. Es un viaje hacia el interior del ser humano, para arrancar la maleza de la mediocridad, esa enfermedad que nos induce en la inercia y el confort; una elección que nos niega la posibilidad de alcanzar un bien superior y nos deja al margen de la excelencia a la que hemos sido llamados.

Liderar, no es solamente un ejercicio para cuestionar el status quo, de confianza sin arrogancia, de mantenernos abiertos para aprender e ir más allá de sí mismo; es una elección de doble vía, donde líder y liderado, se encuentran siempre uno al servicio del otro, para ayudarse mutuamente para potenciar sus talentos y virtudes, para hacer que las cosas pasen, para que la excelencia que yace en esta relación, se materialice en logros concretos, que nos permitan ser enviados en medio del mundo y alcanzar nuestra visión personal y de equipo.

Anota el profesor Landolfi, “ (…) El líder genuino se ha de poner al servicio de dar a sus liderados lo que él tiene, lo que sabe hacer, sus habilidades y destrezas. (…)” complementaríamos igualmente sus limitaciones y retos, un ejercicio de donación y exigencia propia, que no busca su propio beneficio, sino que alcanza su mayor recompensa en el perfeccionamiento del otro. Una ruta que se ha trazado desde antiguo con el signo indeleble de un madero, donde confluyen y terminan todas nuestras miserias y se hacen plenas todas nuestras virtudes; la forma más elevada de liderazgo conocida, esa vocación de santidad que está asistida por el amor sin límites y el servicio con y por el otro.

El Editor

Referencias:
LANDOLFI, H. (2008) Etimología de la palabra líder. Disponible en: http://www.sabiduria.com/liderazgo/etimologia-de-la-palabra-lider/ (Consultado: 9-02-2014)
LANDOLFI, H. (2011) La esencia del liderazgo. Libro electrónico.

sábado, 1 de febrero de 2014

Atraer la buena suerte



Revisando algunos apartes del libro de Irene Martínez, “Marca Profesional” se habla sobre “atraer la buena suerte”, algo que aparentemente parece mágico, misterioso y místico, pero que en la práctica, de acuerdo con la autora, es mucho más que esto y exige mucho de nosotros mismos.
 
La consultora expresa cuatro reglas generales para “atraer la buena suerte”, los cuales nutren nuestro intelecto y motivan nuestra reflexión, toda vez que la suerte en últimas supone mantener nuestro sentido del olfato atento a las oportunidades del entorno y a crear las condiciones para que las cosas pasen.

1. La buena suerte depende de uno mismo. Revisa y potencia tus talentos, tus habilidades y capacidades distintivas, ellas son el regalo maravilloso del Creador extendidas en el crisol de tu vocación, para continuar su obra en la tierra. Alcanzar maestría en ellas, es rasgar el velo de los imposibles y revelar el escenario de los posibles, es ver seres ordinarios transformarse en individuos extraordinarios.

2. La buena suerte llega cuando creas las circunstancias y te animas a salir de la zona de confort. No somos víctimas de la realidad, ni títeres del destino. Somos escultores del presente, historiadores y estudiantes legítimos del pasado y herederos del futuro. En este sentido, el azar no ninguna preocupación, es la variable dinámica que nos exige mantenernos alerta y despiertos, aún cuando el panorama no se vea claro.

3. La buena suerte anida en la red de relaciones y contactos. Habla con ellos, busca su consejo, aprende de sus experiencias, crea nuevas posibilidades y sobremanera, ampliarás tu espectro de oportunidades, creando una espiral de crecimiento ascendente donde podrás explorar patrones nunca antes vistos.

4. La buena suerte llega cuando perseveras. No abandones tus causas, confía en tus capacidades, sintonízate con la Eternidad, para que abras espacios en la abundancia del corazón y tus palabras declaren la bendición que esperas. El que persevera asume los retos como provisión y nutriente del carácter, como preparación para alcanzar lo que se propone. 

Agregaría un quinto elemento de la buena suerte llega cuando entiendes que, como afirma Dan Coyle, “el esfuerzo no es una opción, es una exigencia biológica”, una declaración que nos invita a movilizarnos y dejar las orillas de lo conocido, navegar hacia lo inexplorado, para así, darle mayor plasticidad a nuestro cerebro, para que brille aquello que sabes que te hace fluir.

La buena suerte nos acompaña y permanece con nosotros siempre y cuando resistamos la tentación de la inercia personal, el conformismo profesional y la sequedad espiritual. Busca siempre fluir allí donde el ego desaparece, el tiempo vuela y tus sentidos se expanden, una condición que es el signo distintivo de aquellos que encuentran la armonía de su mundo interior y viajan por el mundo exterior, como extranjeros en tierras conocidas.

El Editor

Referencia
MARTINEZ, I. (2014) Marca profesional. Cómo ser sobresaliente, relevante y diferente. Alienta Editorial.