Revisando el libro de Álvaro
González-Alorda, “Los próximos 30 años”, es importante mantener el foco y la
energía, en aquello que nos motiva, nos eleva y transforma. El autor citando a
Bertrand Russell, afirma: “Cuando un hombre sabe a dónde va, el mundo entero se
aparta para darle paso”, una expresión que habla sobre nuestra capacidad de
enfocarnos y ensanchar todo lo que tocamos para lograr y materializar nuestros sueños.
De acuerdo con el autor, los
próximos 30 años serán de transformaciones y retos interesantes para los
profesionales y todos aquellos que quieran ser protagonistas de su propio
futuro. No habrá espacio para aquellos que se queden en la mitad o para los que
se encuentren en su zona cómoda, toda vez que la revolución en la que estamos
les exigirá lo mejor de ellos para superar los desafíos que están por venir.
La vida como la conocemos
estará marcada por un fuerte influjo digital, que nos demandará mayor disciplina
y selectividad en un mundo lleno de información y sobre carga de datos. No es
posible sobrevivir a una era de redes interconectadas, contenidos digitales
masivos y redes sociales intensivas sin una disciplina personal para mantener
el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu requerido para superar las
vicisitudes del entorno.
Los próximos 30 años debemos mantener
y cultivar una energía intelectual y vital arrolladora para comprender las
variaciones disruptivas que están por venir y tener la capacidad para
anticiparse y posicionarse en un sitio privilegiado, que nos permita combinar
nuestra hambre de logro con el balance familiar requerido, para encontrarnos
con nosotros mismos y los demás.
Si revisamos las tendencias
actuales y la evolución acelerada de las tecnologías de información y los
servicios de información, cada vez más se privilegia la comunicación
asincrónica, de mensajes y recados electrónicos, que lesiona las relaciones
cara a cara generando distancias entre las personas, aumentando la brecha
emocional y de contacto, tan necesaria para reforzar y enriquecer relaciones
con vocación transcendente entre los seres humanos.
En los próximos 30 años
debemos aunar esfuerzos para catalizar compromisos y organizar equipos humanos
para hacer realidad visiones de futuro, que inspiren a muchos otros para crear
grandeza, logro y transformación más allá de lo que hemos conocido. Somos una
generación privilegiada llena de determinación y pasión para hacer que las
cosas pasen y no podemos evadir nuestra responsabilidad para lograr llevar la
humanidad a su siguiente nivel de evolución.
Iniciar nuestro viaje a los
próximos 30 años, requiere la firme convicción de que podemos construir un
futuro lleno de oportunidades para todos y alcanzar la maestría de nuestros
talentos, como fundamento de la audacia, sensatez e inspiración requerida para
lanzarnos a explorar la ventana del mañana, donde el presente es la puerta de
entrada para sincronizar nuestros sueños con la generosidad del universo
presente en todo cuanto vemos, experimentamos y sentimos.
El Editor
Referencia
GONZÁLEZ-ALORDA, A. (2012) Los próximos 30 años. 9ª Edición.
Editorial Alienta
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