Anota Ismael Cala en su libro
“El poder de escuchar”: “(…) Un gran
secreto que aprendí en el camino de la vida es que el éxito no es excluyente ni
egocéntrico y se saborea mejor si es compartido. (…) La gente de éxito se potencia y se amplifica a través de otros. (…)”
Leer estas expresiones despierta
grandes reflexiones sobre aquello que llamamos éxito, ese gran anhelo de las
personas que necesitan transformarse y lograr lo que siempre han querido.
Muchas podrían ser las definiciones de éxito o logro, pero sólo una tiene
sentido en el corazón de la gente, aquella que le permite trascender y motivar
los sueños en los otros.
Si el éxito no es excluyente,
como menciona Cala, porqué nos empecinamos en construir sin ayuda, avanzar sin
contar con los comentarios de otros, demostrar nuestra autosuficiencia para
lograr lo que nos proponemos. Si bien, es importante poner nuestro interés y
esfuerzo para movilizar las metas que queremos, igualmente debemos rodearnos de
aquellos que quieren mantenernos fuera de la zona cómoda, pues son ellos, lo
que realmente nos motivan a quebrar nuestra propia inercia y lanzarnos a
navegar en el campo de las posibilidades y no de las probabilidades.
Si el éxito no es
egocéntrico, como menciona el periodista de CNN, porqué nuestro vocabulario
está plagado de primeras personas: yo, mi, mío; porqué nuestro corazón desea en
primera persona y no en plural; porqué insistimos en tener siempre la razón y no
experimentar el alivio que otros la tengan; porqué queremos solamente nuestro
beneficio y no el de los demás. Es claro que somos seres únicos, con virtudes y
grandes talentos, los cuales sólo tienen sentido si los ponemos al servicio de
los demás, si nos donamos para que otros se transformen y surjan.
Podríamos agregar a lo
indicado por el autor, que el éxito no es envidioso, no se acelera ni se
desespera. Esto significa que la sensación de logro, es una experiencia que
descubre lo mejor que hay en ti y lo proyecta en el ejercicio de reconocimiento
propio de los otros. No es un modelo para seguir, pero si una experiencia para
consultar, un esfuerzo para estudiar y una vida para meditar.
El éxito no se acelera ni se
desespera, es un camino que se hace al andar, un ejercicio de hacer todo el
tiempo nuestro mejor esfuerzo, de vencer nuestras propias marcas para alcanzar inicialmente
las victorias personales y luego compartirlas con los otros. Quien alcanza el
éxito, no cae en la trampa de compararse con otros, insiste en el
reconocimiento de sus limitaciones y virtudes, con el fin de, estudiar las
primeras y potenciar las segundas.
Ismael Cala, termina su
capítulo “Calando Sueños” con una advertencia: “No confundamos deseos con sueños, porque los deseos casi siempre son
egoístas. (…)” por tanto busca alcanzar tus sueños, esos que te elevan al
siguiente nivel de excelencia, esos que se escriben con cada declaración y
acción que tienes para hacerlos realidad, esos que son decretados y vividos
intensamente en tu mente y corazón, pues sólo allí con la complicidad de tu
Creador se harán realidad.
El Editor
Referencia:
CALA, I. (2013) El poder de escuchar. La guía esencial en tu
camino al éxito. Ed. Penguin Group.
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