En un mundo de asimetrías, inciertos, amenazas emergentes y competidores inesperados, los fundamentos del liderazgo tradicionales se ponen a prueba y demandan una revisión concreta para transformar la manera como se hace “que las cosan pasen”. La vista tradicional del liderazgo habla de conectar y encontrar aquellos elementos que movilizan a las personas para sintonizarlas con los retos y expectativas de las organizaciones, sin embargo algunos teóricos toman distancia de esta aproximación por considerarla mecanicista y con aroma de “manipulación”.
Revisando una reciente reflexión publicada en Forbes, Snow (2020) afirma que los líderes del futuro deberán desarrollar lo que él llama “cuatro extrañas o raras” habilidades o cualidades que exigen de la persona o equipo que asuma el liderazgo, mantenerse incómodo y atento a las señales del entorno, con el fin de avanzar en medio de las contradicciones, rarezas y anomalías, y así mantener actualizado un mapa sobre un territorio por demás cambiante y lleno de volatilidades.
De acuerdo con Snow (2020) las cuatro habilidades requeridas son:
1. Los líderes del futuro deberán ser “pensadores sistémicos”, es decir comprender que “todo está conectado” y por tanto, sus prioridades y selecciones deberán reflejarlo. En consecuencia, deberá tener la capacidad de hacer distinciones sobre el incierto, organizar las ideas, reconocer relaciones emergentes y establecer distintas perspectivas. De esta manera, no sólo podrá abrir y capitalizar el potencial personal o del equipo, sino habilitarlo para hacer las preguntas correctas y explorar ventanas de aprendizaje.
2. Los líderes del futuro requieren ser “intelectualmente honestos”, esto es, “declarar que no saben”, “que no tienen todas las respuestas”, “que necesitan apoyo de otras personas” y “que la situación ha superado sus saberes previo”. Por tanto, deberá abrirse a la posibilidad de construir de forma conjunta, de retar aquello que ha aprendido, y sobremanera, a exponerse para “sentirse como un aprendiente” y encontrar forma de capitaliza aquello que “no ha salido como se esperaba”. Esto implica experimentar vulnerabilidad y promover la transparencia.
3. Los líderes del futuro requieren cultivar la “humildad intelectual”. Esta característica demanda a) respetar las opiniones de los otros, b) reconocer la riqueza intelectual de otros, c) separar el ego y el intelecto frente al reto que se plantea, d) voluntad para revisar otros puntos de vista y e) arriesgarse a aprender de otros dominios de conocimiento. Cuando se logra concretar esta cualidad se habilita la flexibilidad necesaria para encontrar posibilidades más que probabilidades, para enfrentar las asimetrías del entorno y así, potenciar la creatividad y la innovación tan necesarias para enfrentar la complejidad y el incierto.
4. Los líderes del futuro deberán ser “empáticos y solidarios”, lo anterior significa entender la dinámica y contexto de las personas, su historia de vida y expectativas, como fundamento para ser verdaderamente auténticos y así desarrollar la confianza necesaria para movilizarse ante los retos, apoyarse mutuamente y capitalizar las habilidades y destrezas claves de cada uno de los miembros del equipo. La empatía y la solidaridad son consecuencias de una lectura sistémica de la dinámica de un equipo, donde no sólo están conectados por la relación laboral, sino por la experiencia personal y humana.
Adicionalmente a las cualidades sugeridas por Snow (2020), podemos agregar una más que impulse y transforme la manera de hacer las cosas. Esta cualidad es:
5. Los líderes deberán tener “perspectiva actual y prospectiva del futuro”. Esta habilidad habla del reconocimiento de las tensiones y retos de la dinámica actual del entorno empresarial y sus posibles impactos en las dimensiones políticas, económicas, sociales, tecnológicas, legales y ecológicas, de tal forma que mantenga informado a su equipo, y así mismo, la capacidad de elaborar y simular escenarios prospectivos, que sean elaborados de forma conjunta y alimentados desde las experiencias y retos de cada uno de sus colaboradores, sin perjuicio de la participación de terceros con visiones contrarias o distintas.
Estas cinco cualidades de los líderes del futuro no sólo establecen una invitación permanente para reconocer nuestros propios sesgos y limitaciones, sino una manera de revelar el proceso opaco en el cual construimos la realidad, entendemos las expectativas de los otros y sobremanera, la forma como reconocemos y exploramos la complejidad y la incertidumbre que es propia de una realidad que se reinventa día con día.
El Editor.
Referencia
Snow, S. (2020). Our Leaders Of Tomorrow Are Going To Need These 4 Rare Skills. Forbes. https://www.forbes.com/sites/shanesnow/2020/06/04/our-leaders-of-tomorrow-are-going-to-need-these-4-rare-skills/
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