Moverse en el
escenario de lo digital y las nuevas tendencias del mercado, implica
reinventarse de forma permanente, sin caer en la fatiga que estos cambios imponen
tanto a las personas como a la organización. Pareciera que es una carrera sin fin,
para mantener una posición estratégica en el escenario global, donde sólo el
más versátil, flexible, atento y hábil, puede mantenerse en operaciones, sin
dejar de lado su capacidad de ver, aprender y proponer de forma anticipada.
Dicen los académicos
Cooray & Duus (2019) que para “lograr y mantener una posición
competitiva, es fundamental mirar fuera del ecosistema central de la
organización y anticipar la aparición de la competencia de fuentes afiliadas e
"invisibles””, esto es, un ejercicio para aprender de las tendencias
emergentes, las decisiones y comportamientos pasados, con el fin de desconectarlos
y enriquecerlos con los retos actuales, para así responder a las oportunidades
latentes y los desafíos futuros.
Para ello, éstos estudiosos
plantean un marco metodológico denominado TRIP acrónimo que incluye
cuatro elementos fundamentales: Transparencia, Respuesta, Inteligencia
y Personalización.
Transparencia, se entiende como apertura e intercambio de las “realidades
duras” tanto con clientes, como con los socios. Ser transparente es un ejercicio
que requiere el valor de enfrentarse a lo que la empresa y las personas son,
sin perjuicio de los comentarios y señalamientos que pueda haber. Es una
apuesta que abre al diálogo y buscar crecer con los retos y realidades del
otro.
Respuesta, es la habilidad para anticipar las necesidades emergentes
de los clientes y dar cuenta de las nuevas oportunidades del mercado. Responder
de forma concreta y clara frente a la variabilidad de las tendencias del
entorno, implica una reflexión con atención plena de nuestros sesgos
cognitivos y mentales, para poder “ver” en medio del ruido mediático, aquellas
rarezas, inconsistencias y contradicciones, que pueden ser de valor para
los retos y requisitos de las personas.
Inteligencia, es esa habilidad de conocimiento, datos e ideas
actualizadas, relevantes para el sector donde se mueve la empresa y el ecosistema
del cual hace parte. La inteligencia no es un servicio para tener y contrastar
información todo el tiempo, es una acción focalizada y estratégica que desarrolla
y construye un cuerpo de saberes necesarios y suficientes para conocer y descubrir
escenarios de forma anticipada, y así, establecer actividades que permitan
a la empresa actuar con fundamento y no bajo juicios que no estén bien fundados.
Personalización, es la esencia de individualizar productos, servicios
y comunicaciones con el fin de atender necesidades particulares y específicas
de las personas en contexto. La personalización, es el proceso de
construcción de la atención plena y genuina de la persona con el fin de
encontrar aquello que hace sentido a sus expectativas y de esta forma elaborar
una propuesta que le permita resolver una inquietud, o atender un reto que hace
mucho tiempo no podía comprender.
Enfrentarse al incierto
que implica moverse y mantenerse en medio del tsunami digital actual, demanda
capacidades (patrones de aprendizaje), competencias (prácticas estándares) y posturas trascendentes (experiencia espiritual) que deben desarrollarse y configurarse de forma
acelerada en cada individuo. Esto es, una declaración de apertura y reto personal que debe ser capitalizada para iniciar un viaje (TRIP) en medio de un mar
de volatilidades y cambios inesperados, y así encontrar algunos archipiélagos de
certezas, esos que son los “espacios en blanco” donde es posible hacer la
diferencia.
El Editor
Referencia
Cooray, M. & Duus, R. (2019). TRIP
Framework: Re-Thinking Organisational Competitiveness in Digital Spheres. European
Business Review. Recuperado de: https://www.europeanbusinessreview.com/trip-framework-re-thinking-organisational-competitiveness-in-digital-spheres/