El peso del mando, es la frase que se escucha con frecuencia en los entornos militares. Las decisiones que se toman por los altos comandantes, son determinantes para el éxito o no de las operaciones planeadas.
De acuerdo con Keegan,
referenciado por Rubio Merino, en su libro: “Así en la empresa como en la
guerra. La estrategia bélica como paradigma del triunfo empresarial”, “El líder
exitoso es aquel que percibe los imperativos del mando y sabe cómo servirlos”.
Los imperativos son:
- El imperativo de legitimidad
- El mando tiene que ser reconocido como tal por los subordinados. El comandante en jefe ha de ser bueno escogiendo a sus colaboradores, formándolos en su estilo. Y sabiendo cuándo cambiarlos o prescindir de ellos.
- El imperativo de prescripción
- El comandante debe saber cómo hablar directamente a sus hombres, elevar sus espíritus en tiempo de adversidad, inspirarles durante las crisis y darles las gracias tras las victorias.
- El imperativo de la sanción
- Es tan importante como los anteriores, pero debería permanecer la mayor parte del tiempo sin usar, estando implícito. Es un elemento que está disponible sólo para casos extremos y donde se han agotados todos los recursos para rescatar a una persona.
- El imperativo de la acción
- Hay que ejecutar, movilizarse frente al objetivo planteado, perseguirlo y alcanzarlo. Todo lo anterior es prerrequisito para concentrarse en hacer y cambiar el paradigma.
- El imperativo del ejemplo
- Estar presente, vivir con las tropas cada momento y mantenerse fiel a sus principios, es una muestra real de las convicciones del comandante. Cree en la fuerza del ejemplo, como fuente de inspiración y estrategia de consolidación de su equipo.
En el comandante en jefe
recae el “peso del mando”, la responsabilidad por la tropa, la consecución de
los objetivos y la estrategia de mediano y largo plazo. Este personaje debe
contar con la sabiduría necesaria para discernir los momentos para movilizar
las tropas, aceptar las derrotas, cambiar de objetivos y conquistar la misión.
Con los años y la experiencia
el comandante en jefe, entiende que el “peso del mando” no es otra cosa que la
exigencia total del amor, esa condición humana y divina, que “poda” lo que no
nos deja crecer, cree en lo que nos hace diferentes y potencia lo que nos hace
brillar.
El “peso del mando” es el
peso de nuestra entrega total y desinteresada por el otro, el sacrificio
permanente de un “cordero inmaculado”, que siendo inocente, dio la vida por
aquellos, que aún amándolos, lo traicionaron.
El Editor
RUBIO MERINO, A. (2014) Así en la empresa como en la guerra. La estrategia
bélica como paradigma del triunfo empresarial. Editorial Espasa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario