El futuro no se puede predecir, no obstante lo anterior, si es viable advertir diferentes futuros posibles y por tanto, movilizar toda nuestra atención y acción para concretar y motivar alguno de ellos desde el presente. En este sentido, es necesario anticipar el futuro retando el presente, para lo cual es necesario actuar en consecuencia y no esperar que lo que viene nos sorprenda y desestabilice de formas inesperadas aquello que hemos visualizado y planeado previamente.
En este ejercicio es necesario, en primer lugar revelar el futuro implica al menos dos momentos: anticipar las amenazas y visualizar los riesgos. Anticipar las amenazas implica producir alertas tempranas, y analizar posibilidades mediante la detección de señales débiles, patrones y tendencias que permitan visualizar los cambios en el territorio que vamos a examinar. Es caminar en las memorias del futuro, como un navegante que toma nota de las condiciones de la ruta que ha trazado sin perjuicio de los inciertos naturales que se pueden presentar.
Visualizar los riesgos demanda proponer visiones retadoras y novedosas para explorar nuevos vectores de inciertos, los cuales deben ser analizados para motivar con tiempo las acciones y estrategias de mitigación y de disminución de impacto que se puedan considerar frente a estas situaciones adversas. Cuando se concretan estos dos momentos, se cae el velo del futuro y se abre la oportunidad de distinguir mejor las oportunidades y los retos que se van a asumir para transformar el presente.
En segundo lugar, tenemos desafiar el presente que está compuesto por otros dos instantes: descubrir lo inédito y materializar eventos. Descubrir lo inédito requiere explorar situaciones hipotéticas, y estudiar estrategias inesperadas que no se hayan visto a la fecha. Es un ejercicio para plantear posibilidades y apuestas sobre que se ha revelado en el futuro como un plano incompleto e imperfecto de lo que puede ocurrir con el fin de divisar aquello que se puede lograr y describir algunas pistar de cómo alcanzarlo.
Materializar eventos demanda simular escenarios inéditos e inciertos a través de prototipos, artefactos o pruebas para validar nuevas realidades y concretar nuevos desafíos. Es un entrenamiento previo y situado de los escenarios que plantea lo inédito, donde estamos dispuestos a desafiar lo que hemos aprendido, retar lo que sabemos y darnos la oportunidad de encontrar nuevas formas de hacer las cosas.
La combinación de revelar el futuro y desafiar el presente, establece una exigencia personal para reconocer que sólo podemos movernos hacia adelante si estamos dispuestos a salir de lo que conocemos, si estamos comprometidos con la expansión de nuestros horizontes y sobremanera, si queremos transformar lo somos hoy y abrirnos a las oportunidades que se advierten hacia adelante. En este proceso, no sólo debemos confiar en nuestras fuerzas y conocimientos, sino ser dóciles a la voluntad divina que como guía permanente nos provee de aquello que necesitamos para alcanzar el potencial que tenemos y la vida plena a la cual estamos llamados.
El Editor
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