domingo, 5 de julio de 2020

Tipos de futuros

Nadie puede predecir el futuro. Lo más cercano que podemos estar es desarrollar una vista prospectiva basada en alguna de las técnicas disponibles a la fecha. Elaborar una prospectiva estratégica es un ejercicio que busca ayudar a una organización a prever y actuar sobre posibles futuros alternativos. De acuerdo con Hines & Bishop (2015, p.199) al menos cuatro (4) tipo de futuros se pueden delinear:
  • Los futuros posibles: aquellos que hablan de cualquier cosa positiva o negativa, probable o improbable, que pueda suceder potencialmente en el futuro;
  • Los futuros plausibles: aquellos basados en resultados razonables, con una trayectoria discernible desde el presente hasta el futuro;
  • Los futuros probables: aquellos basados en resultados más probables, aunque no sean muy factibles;
  • Los futuros preferibles: aquellos basados en el resultado más deseable que generalmente se desarrollan a través de un proceso de visión empresarial.

Basado en lo anterior, tanto organizaciones como personas pueden abordar el escenario de los inciertos para descubrir cómo pueden cambiar las reglas en el futuro, para tratar de disminuir las sorpresas y las acciones reactivas, que sólo dejan espacio para responder al evento y no procura la capacidad de aprovechar la situación para capitalizarla de forma efectiva y positiva.

Explorar el entorno de forma prospectiva debe ser una labor permanente a nivel empresarial e individual comoquiera que permite situar la razón de ser de cada uno en alguno de los futuros y tensionar los supuestos vigentes para establecer un marco de actuación distinto que movilice los esfuerzos de forma previa para transformar lo necesario, creando la inestabilidad de forma previa y así construir el “nuevo normal” antes que los eventos ocurran.

El ejercicio de revisar los diferentes futuros no es un trabajo aislado y solitario, requiere consultar diferentes puntos de vista de aliados estratégicos, equipos de trabajo y personas de confianza con las cuales compartir y contrastar aquello que se ha podido identificar, y desde allí, visualizar las variantes o cambios que se deben hacer para afinar la propuesta de acción necesaria en cualquiera de los futuros planteados. Esta actividad configura una oportunidad única para incomodar las certezas actuales y ver en el margen de las hojas, otras posturas que pueden o no confirmar las lecturas realizadas hasta la fecha.

Cualquiera sea el futuro que se escoja es importante que sea consistente con los puntos de referencia identificados para su elaboración, para que las lecturas que se hagan mantengan una vista ajustada a los datos confiables y experiencias recolectadas, y todo aquello que no encaje allí, se convierta en señales débiles de eventos que deberán ser explorados y magnificados para establecer sus evolución, deseabilidad y probabilidad.

El futuro si bien es algo que no podemos determinar con precisión, si es un campo de acción donde debemos actuar con el fin de crear puentes entre la realidad y aquellos puntos seleccionados en el tiempo y en el espacio, donde tanto los humanos como las organizaciones, descubren nuevos retos y cambian sus supuestos para dibujar un mapa inédito sobre un territorio que resulta inestable, desconocido y cambiante. Un lugar común y virgen que se aborda desde lo disruptivo y lo emergente, para transformar el presente y aprender del mañana.

El Editor

Referencia
Hines, A. & Bishop, P. (2015) Thinking about the future: Guideline for strategic foresight. Second Edition. Houston, TX. USA: Hinesight.

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