viernes, 30 de octubre de 2015

Fronteras invisibles

Tres expresiones resumen la inestabilidad propia del mundo moderno y el desconcierto de empresas y personas: el dinero ya no es suficiente, el mundo está fracturado y donde están tus prioridades, están tus oportunidades.

Estas tres expresiones nos hablan de cambios fundamentales en la manera como se concibe el mundo, como se manejan las expectativas de las personas y la necesidad de balancear la vida laboral productiva y la vida personal evolutiva. Las tres expresiones, establecen un nuevo paradigma de progreso y logro, que dista mucho de la estabilidad que se enseñaba en casa.

El mundo lleno de fracturas sociales, económicas, políticas y hasta tecnológicas, exige una posición diferente de liderazgo, más allá del carisma, del mando o influencia política. Demanda una comprensión sistémica del entorno para conectar expectativas y oportunidades que canalicen esfuerzos para contribuir al logro de los objetivos. Una visión de conjunto, que supere la vista de silos, arraigada en nuestro ADN, para salir al encuentro de los contextos de los otros y desde allí tender redes de conexión que construyan puentes entre tejidos sociales y realidades emergentes.

Movilizar personas en un contexto, donde todos están en sintonías diferentes, a velocidades distintas y con intereses diversos, es desarrollar un liderazgo de fronteras invisibles, que trasciende las expectativas de las personas, para conectarse con una lectura común, de conjunto, que entienda el cambio como una oportunidad para transformarse y transformar a otros. Aquellas pequeñas intervenciones que generan grandes cambios y coyunturas inesperadas.

Los jóvenes de hoy, desarrollan en un entorno tan competitivo como el actual, capacidades que en otro momento no se veían como necesarias para entrar al torrente indomable del mercado y sobrevivir en él. La necesidad de aprender de forma constante, el cambiar de entorno cada 2 o tres años, disfrutar lo que se hace y compartirlo con otros, relacionarse con otras culturas y abrirse al mundo, son las nuevas condiciones que hacen interesante el ir a trabajar, el ir a desarrollar un proyecto de vida y no solamente a realizar una tarea y ganar un salario.

En este sentido, liderar un proyecto de vida en el mundo actual es asumir la incertidumbre como maestra, la inestabilidad como fundamento del decidir y la ambigüedad como insumo para innovar. Un ejercicio de liderazgo que, como lo indica Williams (2015, p.43), entiende cómo la gente ve y usa el pasado, qué es importante alcanzar en el presente y cuál es su relación con el futuro, tres narrativas que revelan el permanente descubrimiento del mundo, las expectativas que se tienen sobre su desarrollo y la convicción de aquello que se quiere lograr en el mañana.

Así las cosas, la dinámica actual nos motiva a cruzar fronteras invisibles, conectar historias de personas y crear puentes entre las diferencias, un ejercicio como agente de cambio local y global que define un liderazgo, más allá del reconocimiento y el prestigio, que habilita la colaboración, superar los límites creados y construye realidades superiores.

El Editor

Referencia
Williams, D. (2015) Leadership for a fractured world. Oakland, CA. USA: Barret Koehler

sábado, 24 de octubre de 2015

Sembrar: conciencia espiritual

Cada vez que actuamos en la vida estamos transmitiendo mensajes, lecturas de nuestra realidad, que viajan indefectiblemente en medio de los imaginarios sociales. Nuestras acciones definen posibilidades para potencializar nuestras virtudes y abren portales para conectar con otros. Somos un flujo permanente de sentimientos y sensaciones que adornan las palabras, moldean pensamientos y definen emociones.

Cada mirada, cada palabra, es una semilla que siembra una oportunidad, una forma de comprender mejor el mundo y por tanto, de lo que hemos venido a hacer y compartir. Esa semilla cae y se nutre en la tierra de los significados, ese entramado social de apuestas, intereses y contradicciones donde tendrá que superar adversidades y construir nuevas relaciones, para afianzarse y establecer su base para luego emerger y hacer presencia como parte relevante de la realidad.

De esta forma, los seres humanos, así como el Bambú, anota Cala (2015, p.xvi), “para llegar a dar frutos, … necesitan madurar antes desde su semilla, afianzarse y adquirir experiencia” y así luego crecer y ofrecer lo mejor de sí, que no es otra cosa que su ejemplo, sus limitaciones y lecciones aprendidas, la experiencia reflejada en aquellas cosas que no salieron bien y que hacen parte de su repertorio como ser humano con “pies de barro”.

Somos seres que estamos enraizados en nuestras propias realidades, donde compartimos y desarrollamos formas de ver el mundo, algunas de ellas compartidas, otras no. En ese ejercicio podemos observar la penumbra de nuestros egoísmos, de nuestros intereses que muchas veces ocupan gran parte de nuestros pensamientos, dejando poco espacio para experimentar el vacío necesario para conectar con el infinito, un vacío interior que nos libera de nuestras “llenuras” del mundo y nos revela la profundidad de lo que somos y podemos.

No podemos dejar de sembrar cada día, en cualquier momento y lugar, es una necesidad permanente que cada ser humano tiene para reconocerse con el otro y construir junto con él. Somos sembradores de realidades, de oportunidades, esos bambúes que con diámetro definido y gran altura, son fuente permanente de transformación y cambio, de flexibilidad y armonía, no para vivir una vida pasiva y limitada, sino como la confirmación de la grandeza de la humanidad que se construye alrededor de la nada, del vacío interior, que nutre de abundante espiritualidad a todo aquel que se deja cautivar por esa semilla.

"Sembrar es el portal de la generosidad divina, que habilita la gracia desde la condición humana; un acto de desprendimiento personal que nutre una experiencia colectiva"

No te distraigas con las generosas y seductoras “necesidades autoimpuestas” por tu realidad: la tecnología, los accesorios, las vanidades, los elogios y premios, y más bien encuentra con tus pares las raíces de la solidaridad, de la tierra fecunda y fértil donde muchas miradas y palabras de fe, hagan de tu realidad una forma diferente de conocer y descubrir tu propia misión, tu propia vocación.

Recuerda como afirma Cala (2015, p.xx) “donde están tus prioridades, están tus oportunidades”, por tanto ordena tus pensamientos, tus deseos y preferencias, para que el universo conspire contigo y se haga realidad aquello que conecta tu vida con la fuente de tu saber y poder: tu conciencia espiritual.

El Editor

Referencia

Cala, I. (2015) El secreto del Bambú. Una fábula. Nashville, Tennessee, USA: Harper Collins Español.

lunes, 19 de octubre de 2015

Insights

Muchas veces pensamos y meditamos sobre iniciativas que nos gustaría hacer, pero no llegamos a ejecutar. Situaciones como “no tengo tiempo”, “eso es una bobada que se me ocurrió”, “eso es una idea loca” son las que aparecen para socavar lo que la mente y nuestros pensamientos han puesto en nuestro entendimiento.

¿Te has puesto a pensar si tan solo supieras que vas a tener éxito en aquello que has calificado de “loco” o “bobada”? ¿Te has imaginado cómo fue que esa idea llegó a tu cabeza, sin que se lo pidieras? Pues somos seres que procesamos y analizamos información que recibimos a diario, bien en nuestro ejercicio profesional o en nuestra interacción con otros. Esa información es tratada por nuestro cerebro, que focalizado en un problema particular, la articula de formas insospechadas dando como resultado esos “momentos” o “flash” que los académicos llaman “insights”, los cuales revelan aspectos novedosos de nuestras aproximaciones.

Esos “insights” que generalmente tenemos, luego de muchas horas de revisión y análisis de información, y que surgen en momentos inesperados, nos permiten advertir que nuestra capacidad de ver el mundo, más allá de lo que conocemos, está vigente y activa. Por tanto, debemos estar atentos para capitalizar esos escenarios de “iluminación” que nos permiten entrar en profundidad de temas poco entendidos y que nuestra mente ha visualizado de manera eficiente.

Quien diga que no ha tenido estos “insights” no es fiel a la verdad, pues a diario tenemos en nuestro pensamiento retos o situaciones que requieren nuestra atención y estamos compilando información que nos permita focalizar estrategias para dar cuenta de los desafíos que enfrentamos. Por tanto, mientras más claros tengamos las situaciones problemáticas, mejor será el desempeño de nuestro cerebro procesando la información a la que tenga acceso.

Los “insights” son parte del orden natural de los seres humanos que han decidido exigir la capacidad cerebral y motivar transformaciones de hábitos que los habiliten para ver su contexto de manera sistémica y relacional, como una red de relaciones e interconexiones, que permiten una visión aumentada de la realidad para anticiparse y posicionarse frente a sus pares.

Crear los “insights” demanda un compromiso con la reflexión permanente, con la lectura decidida, con la necesidad de respuestas y la generación de preguntas, en pocas palabras en la potencialización de la curiosidad natural de los seres humanos, para profundizar y dejarse sorprender de las posibilidades que el mundo tiene para aquellos que han decidido descubrirlo y enfrentarlo.

Cuando tengas un “insight” recuerda que no es un acto mágico o misterioso, sino un ejercicio de perseverancia, fortaleza, desafío y generosidad, donde la mano divina, le da forma a una decisión humana, para lanzarse a cruzar el horizonte de lo conocido y encontrarse con la posibilidad de asombro y revelar nuevas formas de entender el mundo y sus supuestos límites.


El Editor.

sábado, 10 de octubre de 2015

Estrategia resiliente

Muchas veces nos encontramos en situaciones límites, con un contexto adverso y lleno de contradicciones. Sentimos que el mundo se nos viene encima y pareciese que no tuviésemos salida. Estos momentos, son momentos de verdad donde nuestra capacidad de comprensión de la realidad y sus diferentes variables debe brillar.

Sobreponerse a las condiciones es una capacidad que todos debemos desarrollar, como función base de resiliencia, para poder seguir avanzando a pesar de las adversidades del entorno. Cada reto que se nos presenta debe ser revisado y analizado con cabeza fría, con la visión sistémica de la realidad y así, motivar las acciones claves que articulen los conocimientos que se tienen y superar el escenario donde se encuentre.

Para efectos de enfrentar los desafíos del entorno, debemos entender que debemos prepararnos para anticipar y actuar en consecuencia. En este sentido, tres declaraciones son claves para asumir la complejidad de las situaciones que se presentan: nunca te doblegues antes las situaciones límite, toma decisiones inteligentes para abordarlas; todo lo que aprendas en la vida, tarde o temprano te servirá para algo; el entrenamiento lo es todo, nunca dejes de ejercitarte.

No doblegarse ante las situaciones límite, es comprender que siempre podemos elegir qué hacer ante los retos, es entender que tenemos la capacidad para descifrar las razones y condiciones que hacen que la situación nos afecte. Perseverar e insistir de manera inteligente, es aprovechar el entendimiento de la situación, para capitalizarla y darle sentido en nuestro empeño. Recuerda los retos están para moldearte y prepararte para próximo nivel de exigencia que te lleve a un mayor nivel de comprensión del entorno.

Aprender diferentes cosas en la vida, nos permite tener una lectura diversa de la realidad, nos habilita para observar diferentes puntos de vista y nos motiva para descubrir nuevas formas de cambiar el curso de las cosas. Si dejamos de aprender, nuestra capacidad de sobrevivir y proponer disminuye. Cuando lees y encuentras nuevas razones para pensar y analizar, estas abriendo una ventana para recibir revelaciones que antes estaban veladas para el entendimiento y los lentes a través de los cuales observas el mundo.

Todos tenemos habilidades, fortalezas que nos permiten actuar de manera ágil e inteligentemente confiada, con el fin de manejar contextos donde las variables son semejantes o conocidas. Dichas fortalezas se ponen a prueba, cada vez que el entorno cambia, muta o se hace diferente, cuando las condiciones circundantes revelan elementos inciertos y volátiles. Es en este escenario donde se concreta la capacidad de quebrar las formas tradicionales de actuar, comprender la sabiduría del error y aplicar las lecciones aprendidas, para dar cuenta de la realidad y las exigencias que se deben superar para incorporar nuevos aprendizajes antes ignorados.

Si somos capaces de mantenernos activos aprendiendo, mirando los retos como oportunidades para transformarnos e incorporando habilidades diferenciales para hacer la diferencia, configuramos el equipaje necesario para activar nuestra estrategia resiliente y así, como guerreros de luz tomar posición como herederos que lo han dado todo para alcanzar bienes superiores y objetivos trascendentes.

El Editor.

sábado, 3 de octubre de 2015

Segunda parte de la vida laboral

Muchos documentos y orientaciones existen respecto del desarrollo de una carrera o de una trayectoria. Para algunos académicos (Las Heras, 2011, p.22) las carreras están sometidas al reconocimiento de los méritos por parte de terceros, mientras las trayectorias otorgan una mayor autonomía al individuo para definir cuáles son sus objetivos y cómo quiere alcanzarlos.

Bien sea carreras o trayectorias, el enfrentarse a la realidad de un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo, estimula la reflexión multidimensional que exige una vista más holística del mundo y sus relaciones. Lo nuevo, lo desconocido, motiva establecer vínculos entre diferentes dimensiones de la realidad, observar variables nuevas y darle nuevas interpretaciones a aquellas conocidas. Todo lo anterior necesariamente lleva al tratamiento de la incertidumbre, como fundamento de la manera como nos reconocemos parte de un ecosistema superior y de nuestra capacidad de aprender lo que en cada momento se requiere.

Cuando cultivamos lo anterior, durante el desarrollo de la vida profesional y personal, llevamos los retos y logros a niveles no conocidos, creando una espiral de conocimiento y saberes que nos permiten ver el mundo en perspectiva, habilitando una virtud subyacente y siempre presente en el ser humano, que se ha llamado sabiduría. No es por mucho saber funcional que vamos a poder penetrar las verdades del mundo, sino por darnos la oportunidad para ver en el margen de las hojas y en las relaciones emergentes aquellas manifestaciones que no son propias de nuestros modelos mentales o realidades conocidas.

Llega un momento que luego de más de diez mil horas de trabajo y práctica permanente, se adquiere la maestría en aquello que se ha escogido o nuestra vocación nos ha dictado y conforme se continua desarrollando se llega a un momento donde se experimenta una meseta de conocimiento y saber, que lograr visualizar aspectos de manera previa, incluso advertir cosas que otros no ven. Todo ello confirma una evolución y perspectiva ampliada que anuncia bien un nuevo quiebre en la carrera o trayectoria, o la puesta en marcha del plan de la segunda parte de la vida laboral.

De acuerdo con Drucker (2008) existen tres formas para desarrollar la segunda parte de la vida laboral: desarrollar una nueva carrera, desarrollar una carrera paralela o ser un empresario social. En este contexto, el investigador indica que para que esto ocurra se debe planear mucho antes de que aquel momento llegue.

Si la elección fue desarrollar una nueva carrera, lo anterior implica movilizarte de un tipo de organización a otra, cambiar de dominio de conocimiento, desarrollo de nuevas habilidades, lo que exige necesariamente nuevos retos que motiven una renovación de la forma de ver la vida y la práctica empresarial para hacer contribuciones diferentes y lecturas renovadas de aspectos conocidos y novedosos de la realidad.

Si por el contrario la decisión fue desarrollar una carrera paralela, se invierte tiempo en actividades de voluntariado de aquello que lo motiva, comparte sus experiencias (aquello que queda luego de haberse equivocado muchas veces) con otros y aporta o enseña sobre una vista práctica del mundo que desde su perspectiva ha podido experimentar y comprender.

Si la elección fue ser un empresario social, implica que ya la persona ha alcanzado un nivel de experiencia y madurez en su empresa, y por tanto selecciona una nueva para compartir sus habilidades y propuestas, un profesional del conocimiento que moviliza iniciativas diferenciadores en su nuevo entorno, continuando su vida productiva laboral, consolidando su visión de la vida y el trabajo, preparándose para ser líder y modelo para otros.

Planear y desarrollar la segunda parte de la vida laboral, es una oportunidad para servir a otros para que encuentren su vocación, consolidar una visión y la construcción de saberes y conocimientos que guíen a las nuevas generaciones y un mandato de contribución permanente, que no acaba cuando se alcanza el mayor nivel de aporte o rendimiento laboral, sino que se consolida con la gerencia de uno mismo para mantener la revolución personal que nos lleve al siguiente nivel de evolución.

El Editor

Referencias
Las Heras, M. (2011) Trayectorias vs carreras. IESE Insight. Cuarto Trimestre. 11.

Drucker, P. (2008) Managing oneself. Harvard Business Review. Classics. Boston, Massachusetts. USA: Harvard Business School Press.